En 2017, Iván Darío Obando Agudelo, presidente de Cosmovisión, publicó el libro Me llevarás en ti, editado por Planeta. Una obra literaria basada en la vida real de Gonzalo Mejía Trujillo, empresario antioqueño, y su romance con una condesa polaca, Isolda Pruzinsky, de quien se enamoró durante su estancia en Europa, específicamente en Roma en 1906.Pero, Obando Agudelo quería hacer trascender más esta historia, por lo que su ambición no se agotó con la publicación del libro. Él, un ‘hombre de medios’, quería plasmar esta historia en el formato cinematográfico, y no descansó hasta concretarlo, su filme es la producción colombiana que se estrenó esta semana en el cine nacional, y por ser local, necesita que sean muchos los asistentes, semana tras semana, para que esta dure largo tiempo en cartelera.Del argumento de Me llevarás en ti, se debe destacar que es una trama que tiene una parte de ficción pero en su mayoría es realidad. Todo lo que se dice de Gonzalo Mejía Trujillo ocurrió, está narrado de una forma personal de parte de Iván Darío Obando Agudelo, hace parte de muchos años de investigación, de varias y largas charlas con la familia del empresario antioqueño, de la lectura de un gran número de cartas entre ellos, a las que accedió el escritor durante su investigación, y denota el interés del autor por mostrar que este territorio tiene mejores historias para contar.En cierto modo, en la parte de Isolda, el autor se encontró con muy poquitos datos, por lo que debió construir a la familia de ella en la historia, crear los hechos por los que se la llevaron a vivir a Rusia, para así poder darle continuidad a la historia con la realidad que se detalla en las cartas que se escribieron entre ellos.Ahora bien, el director Obando Agudelo aseguró: “Dentro de la investigación que yo hice, la conexión del romance que tuvo Gonzalo Mejía con una condensa polaca es, para bien de la película, la parte mágica del relato”.Una trama llena de datos históricosEl biógrafo del empresario local, Héctor Mejía Restrepo, lo define como un pionero de las cosas nuevas. Al hablar de él, es necesario remontarse a tiempos históricos, sucesos como La Guerra de los Mil Días, la Revolución Bolchevique, la Gran Depresión, el accidente de Carlos Gardel en suelo de Medellín o la Invasión a Varsovia. Además, en su historia se mencionan los inicios de la aviación en el mundo.Concretamente, el guión de Me llevarás en ti transcurre durante 50 años.Los antes mencionados, fueron “sucesos que sirven de escenario histórico y fantástico de esta película. Don Gonzalo es eso, un personaje histórico. Trajo la aviación comercial a Latinoamérica, mejoró la navegación por los ríos, hizo carreteras y teatros y fundó grandes empresas”, describió el director.En cambio, la relación de los hechos con Isolda, la protagonista, es que al tener ancestros rusos, “es una víctima de la Revolución Bolchevique y de la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes invadieron a Polonia”, explicó la actriz Géraldine Zivic, quien la interpreta a ella en tiempos de su adultez.Por su parte, Carlos Fernández, quien le da vida en la cinta al empresario Mejía Trujillo, refirió que Me llevarás en ti es una historia de amor en la que los protagonistas viven jugándosela al destino, “que los acerca y los aleja, en los momentos más inesperados de sus vidas”, dijo.Este relato, entretejido con la historia del Siglo XX, constituye uno de los sueños de infancia que Iván Obando quiere poder cumplir, el llegar a Hollywood, confesó a EL MUNDO.La dignificación de un personajeDe don Gonzalo Mejía se ha dicho mucho en la literatura nacional; también, se ha producido mucho para la televisión del país, y ya se han grabado en formato de cine varios relatos de su legado. Es más, él mismo, en 1924, se reseña en la Enciclopedia Banrepcultural (del Banco de la República), filmó la película Bajo el cielo antioqueño, en la que junto a su esposa, Alicia Arango, debutaron como actores en los papeles estelares.Por tanto, crear el argumento de Me llevarás en ti para su director constituía un gran reto. Y él, para hacerlo con “la mayor veracidad posible”, según dijo, decidió basarse en el libro biográfico La vida de Gonzalo Mejía, que escribió Alberto Mejía.Además, María Clara Mejía, una bisnieta de don Gonzalo, aportó la tesis de grado que había hecho sobre él, y, finalmente, las charlas con Luis Mejía, su hijo, varios años atrás, permitieron construir la imagen del personaje principal del filme de “la mejor manera”.La sensación que quedó en la familia de Gonzalo Mejía Trujillo, primero al leer el libro y luego al ver la película, es que el trabajo de Obando Agudelo dignifica su historia.La primera que se pronunció fue Alicia Mejía Escobar, una de sus nietas, al momento de la publicación del libro, cuando dijo: “Muchas gracias por respetar la memoria de Gonzalo”, así lo recuerdan ambos. Y ella reconoció que para este filme se hizo un trabajo responsable.Y en virtud de la obra cinematográfica, se debe destacar que por un lado se aprecia la historia de Isolda y por el otro la de Alicia; en ningún momento el personaje de Gonzalo Mejía se muestra en contradicción o refleja alguna historia oculta. La producción y el argumento maneja los tiempos de tal forma que son dos historias de amor con un respeto la una por la otra.Ese es un antojo de Me llevarás en ti, el filme disponible en la cartelera de cine nacional. Son muchos más los datos de la vida y obra del empresario antioqueño que allí salen; no obstante, la película tiene, además, un mensaje oculto, muestra el poder del amor más allá del tiempo y la distancia.El rodajeRegresar 113 años en el tiempo (hasta 1906) supuso una cuidadosa escogencia de locaciones, vestuario y manejo de la fotografía, entre otros aspectos. Todo hizo parte de la tarea de producción para llevar la película Me llevarás en ti a escenarios de Italia y España y lograr que todo encajara a la perfección con lo que se iba a hacer en Colombia.El Coliseo Romano de la ciudad de Cartagena, en la costa del Mar Mediterráneo (España); la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, en Venecia (Italia) fueron algunos de los escenarios donde se rodó.Además, el vestuario, parte importante también del rodaje, fue hecho por Diego Guarnizo.
En la antesala de la temporada de premios en el cine internacional, que ocurrirá a principios de 2019, más claramente rumbo al hall de los Bafta, los Premios de Cine de la Academia Británica, que serán el 18 de febrero; los Premios César, de la Academia del Cine Francés, que serán el 2 de marzo; los David de Donatello, galardones cinematográficos más prestigiosos en Italia, y los dos más importantes galardones para Latinoamérica, los Oscar (24 de febrero) y el Goya (2 de febrero), cabe destacar el filme colombiano que competirá por la importante distinción a la estatuilla de La Academia.Se trata de Pájaros de verano, una ‘peli’ colombiana a la altura de los Oscar.Estamos hablando del filme de Ciro Guerra y su esposa, Cristina Gallego, quienes ya tienen experiencia en los Oscar, pues su anterior película, El abrazo de la serpiente, fue la primera cinta colombiana nominada a esta distinción, en 2016.Es una película que retrata la historia de una familia wayúu que, en medio de la bonanza marimbera, derrama la sangre de los suyos en la arena guajira.Los OscarEn cuanto a los Premios Oscar, sólo cinco nominaciones al máximo premio de la Academia de las Artes Cinematográficas se destinarán para el cine latinoamericano, y en la cuenta de aspirantes por la región figuran quince filmes.Lea también:Pájaros de veranole devolvió la esencia a Carmiña MartínezHay que decir que a este filme-drama de dos tribus wayú le fue muy bien en las taquillas del país y ostenta un peregrinaje digno de envidiar por las grandes citas del cine mundial antes de su estreno.Las palabras de Cristina Gallego a EL MUNDO sobre la aspiración a la nominación fueron: “Estamos muy contentos de ser la película que represente a Colombia en los Premios Oscar, y estamos muy confiados con la película. Nos sentimos orgullosos también por hacer parte del marco en el que Colombia está labrando su espacio en medio de la industria del cine internacional”.“Está muy bien hecha”La actriz y presidenta de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Acacc), Consuelo Luzardo, consideró, en entrevista con EL MUNDO, que el filme “dejará muy bien parado al cine nacional”, la anterior afirmación la sustentó ella en la calidad de la historia, en la producción y el talento colombiano que se exhibió en él y “en la carrera de presentación y promoción que han hecho sus directores en el exterior, para incrustarla en la memoria y generar recordación en las grandes cabezas del cine mundial, muchos de quienes tienen voto para la distinción”, dijo.Como lo manifestó Gallego, “esperamos que pueda ser una representación digna y sólida”. Por su parte, Luzardo continuó: “Será una oportunidad única para que los grandes productores vuelquen de lleno su mirada al cine colombiano”.Le puede interesar:Pájaros de verano:una cinta de convicciones y realidadesCintas latinas aspirantesEn ese apetecido listado, la gran favorita para quedar nominada, e incluso para ganarse el Oscar en la categoría de Mejor película extranjera, es Roma, del mexicano Alfonso Cuarón, según la crítica.También están en ese curso El Ángel, de Luis Ortega, director argentino, una historia acerca de la vida de Carlos Robledo Puch, un criminal condenado a cadena perpetua con tan solo veinte años de edad.Le sigue Muralla (The Goalkeeper), del director boliviano Rodrigo Gory Patiño, es la historia de Coco Muralla Rivera, guardameta profesional por mucho tiempo y años después de estar fuera de las canchas su vida se ve envuelta en un ambiente de pobreza; continúa en la cuenta El Gran Circo Místico, del cineasta brasileño Carlos Diegues, que relata la historia de una familia que se ha dedicado al circo a lo largo de cinco generaciones.Además, están como precandidatas Y de pronto el amanecer, filme del director chileno Silvio Caiozzi, que relata la historia de un escritor originario de un pequeño pueblo de la Patagonia chilena, quien regresó a su localidad para reencontrarse con su pasado. A su vez, aspira Medea, de Alexandra Latishev, directora oriunda de Costa Rica, la película da un vistazo al malestar e incertidumbre de un personaje que se siente dentro de un cuerpo ajeno; sigue, Sergio & Serguéi, una obra del director de cine cubano Ernesto Daranas que trata sobre la amistad y superación de obstáculos.También, lea:Pájaros de veranoNo obstante, aspiran a entrar también La maldición del tesoro de Atahualpa, de Luis Felipe Fernández-Salvador y Campodónico, más conocido como Jamaicanoproblem, y Pablo Agüero. La realización de esta película se hizo sin guion, sin actores profesionales ni sets de grabación. Sigue Yo no me llamo Rubén Blades, del director de cine panameño Abner Benaim, un documental que es un viaje a través de los cincuenta años de carrera del músico; Las herederas, del paraguayo Marcelo Martinessi, una historia de autodescubrimiento personal donde dos mujeres son separadas después de una convivencia de treinta años; Wiñaypacha, escrita y dirigida por Óscar Catacora y realizada en 2013, esta producción sería la única entre las películas latinoamericanas postuladas a la nominación al Oscar que no fue producida durante los años 2017 o 2018; Cocote, del director de cine dominicano Nelson Carlo de los Santos; La noche de 12 años, en la que el director y guionista uruguayo Álvaro Brechner retrató doce años tortuosos de confinamiento a los que tres hombres fueron sometidos por la dictadura militar uruguaya; La familia, del creador cinematográfico venezolano Gustavo Rondón, un relato de un padre (Giovanny García) que se ve forzado a escapar con su hijo (Reggie Reyes) tras haberse involucrado en una situación de violencia.Ellas, junto a Pájaros de verano, son las quince películas latinoamericanas en camino por el premio más ostentoso para los audiovisuales de la región, la estatuilla del Oscar.
La Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas (Acacc) anunció este lunes las 11 películas inscritas que participarán por un cupo para los Premios Oscar y los Premios Goya del próximo año, informó en un comunicado.Las producciones concursantes son Candelaria (Johnny Hendrix), El día de la cabra (Samir Oliveros), Epifanía (Óscar Ruiz Navia y Anna Eborn), Matar a Jesús (Laura Mora) y Sal (William Vega).Igualmente, están Señorita María (Rubén Mendoza), Sobre Ruedas (Gustavo Torres), Somos Calentura (Jorge Navas), Vía Crucis (Harold de Vasten), Virus Tropical (Santiago Caicedo) y Pájaros de Verano (Ciro Guerra y Cristina Gallego).Lea:Positivo balance entregó el Festival de cine de JardínEsta última producción, el primer trabajo que dirigen Guerra y Gallego luego del éxito del El abrazo de la serpiente, fue la primera película latinoamericana en abrir la Quincena de Realizadores durante el Festival de Cannes 2018.Aquellas que aspiren a concursar en los Oscar son las cintas que hayan sido estrenadas entre el 1 octubre de 2017 y el 30 de septiembre de 2018.Por su parte, quienes participen para ir a los Goya son aquellos trabajos con fecha de estreno entre el 1 de noviembre de 2017 y el 31 octubre de 2018.Los miembros de la Acacc escogerán de ahí una lista preliminar de cuatro nominadas, y el 29 de agosto serán anunciadas las dos piezas cinematográfica que representará al país en cada concurso.
Con un positivo balance, que incluye la presencia de 19.000 espectadores, 70 proyecciones, 30 películas, 16 invitados nacionales e internacionales, siete conversatorios con directores y actores y nueve conferencias, terminó la tercera versión del Festival de cine de Jardín.Víctor Gaviria, director de este evento que se realizó durante cuatro días en la “capital” del Suroeste antioqueño, agradeció a las autoridades de Jardín y a los habitantes de este municipio por acoger esta iniciativa cultural.“Todos salimos distintos de este Festival, apreciamos conceptos que nos sirvieron muchísimo”, afirmo Gaviria, quien añadió: “Me emociono mucho viendo a estos jóvenes que asisten a las proyecciones y a las actividades académicas, el resultado es que todos estos muchachos se fueron con mucha información, ellos son las nuevas generaciones y necesitan contexto”.Por su parte, Oswaldo Osorio, crítico de cine y fundador de Cinefagos.net ; quien es el responsable de la programación del Festival nos recuerda que: “La muestra central parte de un gran listado de 45 películas que pasan por mi curaduría y luego la selección final se realiza también bajo la posibilidad de adquirir y pagar los derechos de estas obras”.Lea:La Semana del Cine colombiano llevará el séptimo arte a 215 municipiosEn el caso de los invitados cuenta que “conseguir los invitados es una tarea de mucho cuidado porque en estos festivales es tan popular la programación cinematográfica como la académica, e incluso existen eventos académicos con mayor número de espectadores que las mismas proyecciones”.Víctor Gaviria anunció que el exitoso cierre de esta 3era edición, permite convocar nuevamente para el 2019. El tema central para la cuarta versión será el Patrimonio. Se eligió este tema que sigue en coherencia con anteriores versiones como: posconflicto, con los pies en la tierra, y cine y democracia.Para esta tarea, explica Oswaldo Osorio, en su condición de programador: “lo que sigue es realizar una selección de las líneas, muy seguramente estará el patrimonio audiovisual, y por supuesto el Patrimonio Material, considerando que para el 2019 se inaugurará el Teatro de Jardín que tiene 100 años de existencia y estará completamente restaurado”.
Al terminar de grabar el documental El pacto de Adriana, Lissette Orozco entendió que no se trataba de la historia de su tía, sino de la historia de los horrores de la dictadura pinochetista contados al país chileno pero desde la historia de su querida La chany.En entrevista con EL MUNDO, la cineasta chilena habló de los retos a los que se enfrentó para sacar su ópera prima a las pantallas de cine del mundo, los problemas que solventa con sus familiares y también a lo que en el momento se dedica.La cámara que se usó en ciertos puntos hace la trama más dramática, ¿así se pensó?Hay muchas cosas que no están tan consientes. Hay muchas grabaciones que se hicieron involuntarias sin creer que había un documental en el fondo. En cine documental hay muchas cosas que no se piensan tanto y que salen más natural, en la ficción está todo calculado.El punto de vista de El pacto de Adriana tiene que ver con que yo dije voy a hacer un documental donde voy a dejar un diario de vida para mí tía que es un diario visual en el que ella se graba sola y yo me grabo sola, por eso esas fueron decisiones que debí tomar en camino, ya que no tenía plata para ir a grabarla a Australia, entonces le dije tía grátate sola.Creo que las dificultades terminaron siendo oportunidades y al final hay buenos resultados.En la grabación del filme tuvo la oportunidad de asistir a momentos históricos del régimen como los cuarenta años de la caída de la dictadura y la marcha pichetista por Santiago, ¿por qué decidió meter esas imágenes en el filme? ¿Cuándo y en qué contesto?esde el día uno que yo emprendí a hacer esta película yo me dije esta va a ser una película contemporánea, yo no voy a poner a la casa del presiente quemándose como todas las pelis de la dictadura chilena, ni tampoco a Allende ni a Pinochet, en el fondo no se trataba de eso, se trata de una película del presente, contemporánea.Como sabía que debía contextualizar, pues tenía un problema porque si no pongo archivo, no cuento yo, nadie habla de la dictadura, pues en Japón no me van a entender la película y esos eventos me sirvieron para eso, para contextualizar.Los conté de una manera particular, porque efectivamente grabé a La Moneda quemándose, pero grabé el audio con la gente en el homenaje, quise hacerlo con mi punto de vista especial.¿De quiénes se acompañó para grabarla, ahí claramente en algunas partes de la película se ve que usted no pudo hacerlo sola?Fue muy circo pobre porque me demoré cinco años en hacerla. Entonces en un año tenía una amiga cerca que hacía cámara y le dije: ‘¿Dany me podéis acompañar a esto?’ y al siguiente año un amigo de la universidad, Bryan, que hace una cámara maravillosa, lo invité al homenaje a Pinochet y ya las grabaciones con mi tía las hacía con un amigo cámara que vive cerca de ella, y así se grabó, todo muy precario.La mayoría de las grabaciones fueron con cámara casera, que las hicimos mi tía y yo.Las grabaciones de los eventos las pude planificar con mis amigos pero todos esos favores fueron retribuidos porque a la película le ha ido súper bien, ha ganado un montón de premios, también en plata, con el que pude devolver todos esos favores.¿Las escenas con su familia en las que algunas personas salen con los rostros borrados a qué se debe?La decisión de las caras borradas fue porque me lo recomendó un abogado, me dijo: ‘Para que no te demanden’.Pero mi familia yo sé que no me van a demandar, no tienen plata para hacerlo.Pero la verdad es que lo hice con gusto, me dije, muy convencida, si ellos no quieren aparecer en mi película, pues no son parte de la película, no pasa nada.¿En qué anda en el momento?Estoy trabajando en mi segunda película y dando clases de cine en la Universidad Nacional; también como jurado del Fondo Nacional de Mincultura con la última convocatoria de este año.Estoy asesorando dospelículas, una colombiana y otra chilena.Y al final, ¿consiguió fondos para su segunda película?Está como medio circo pobre. Me estoy postulando a los fondos, apenas pasando mi propuesta.Pero usted dijo que ya está haciendo su segundo documental, ¿ya la está grabando?Sí, yo estoy haciendo la cámara. Es que estoy grabando porque es ya que están pasando las cosas.Y tengo a María Fernanda, mi compañera, que me está haciendo el sonido, nos estamos, más bien, repartiendo el trabajo.¿Se encasilla el cine político?Sí, aunque mi estilo es más que político, es cine social.La película que estoy haciendo ahora no es política, es social, pero también toco los secretos de la familia y muchas de las cosas que están presentes en el El pacto de Adriana.¿Cómo llegar a contar una buena historia en el cine?Todo el mundo puede llegar a buenas ideas, pero no todo el mundo puede llegar a buenas historias.Creo que es súper importante para los que hacemos cine el saber contar bien las historias, porque uno va a ver la película pero cuando se va y termina fijándose en cosas vánales como el sonido o la cámara o que quién hizo el personaje está buen mozo, ahí se perdió el interés por la historia.Para llegar a una buena historia hay que saber escribir historias, para ficción o documental; eso sí, es muy distinto escribir una novela que una película.Yo soy también guionista, por eso escribo historias; hay gente que cree que sabe escribir historias, pero cuando tú les preguntas cuál es el climax, no saben, y el detonante no lo debe encontrar el espectador, lo debe sugerir el cineasta, por eso, para hallar una buena historia hay que saber escribir historias para cine.
Damián Alcázar asegura, insistentemente, que no es tan “diablo” como parece. Y esas palabras las dijo a EL MUNDO desde Jardín, Antioquia, donde actúa como invitado especial delFestival de Cinede ese municipio antioqueño porque esa, aseguró, es la impresión que le puede quedar a los espectadores después de ver los filmes que él protagonizó:La Dictadura PerfectayLa Ley de Herodes, ambos dirigidos por Luis Ospina, quien también tiene un lugar en esta cita cinematográfica local, pues estos dos productoshacen parte de la programación.Él se describe como un hombre “esperanzado”. Lleva a cuestas una premisa: “esfuérzate y lo lograrás”, yesa atribuyó que ha sido el impulso para llegar a ser el actor de cine que es en la actualidad.Él es un actor “con talento innato”, dijo Víctor Gaviria, director delFestival.Puede encarnar en las pantallas a él hombre más malo del mundo, al mismito “Satanás”, pero aseguró que es simplemente un “actor real”, que pone en escena lo que el papel le pide, aunque él mismo no pueda serlo en la vida real, por más cruel que sea el personaje en acción.Y esas aseveraciones las expresó porque en los dos filmes antes mencionados le tocó ser a él el malo de la película, “quien mostró lo peor de los seres humanos, algo que represento, pero que no encarno en la vida real”, aclaró entre risas.Cabe destacar que Damián Alcázar logró 'el privilegio” de ser el protagonista de la película colombianaSatanás, deAndy Baiz, basada en el libro de Mario Mendoza del mismo nombre, el cual se basa en los hechos ocurridos en el restaurante Pozzetto, de Bogotá, el 4 de diciembre de 1986, cuando un excombatiente de la guerra de Vietnam, llamado Campo Elías Delgado, masacró a varias personas que se encontraban en el lugar después de haber asesinado a su madre y a otras personas cercanas a él.Lea también:El ciudadano en la mirada de cuatro filmes de Carlos ÁlvarezAlcázar insiste, con mucho afán, que no es tan “diablo” como parece porque cree en losbuenos seres humanos y le gusta estar del lado bueno, por eso, declaro, más bien, es un “ángel”, en todo el sentido de la palabra.Cree que fue designado “divinamente para ser el malo”, casi siempre, en el cine y la televisión porque “en la vida se necesita también quien haga de malo, para equilibrar las cosa”, precisó.Se describió como un “hombre incansable” cuando de lograr 'lo mejor' se trata, por ello su vida la simplifica en una frase: “soy el esfuerzo de lo cotidiano”.Él no deja de mencionar a cada uno de los directores de los filmes en los que ha actuado, pues consideró que para llegar a ser un buen intérprete se debe también tener en frente una muy buena historia, un muy buen personaje y un aliado como director.Este actor, con más de 65 títulos entre largometrajes, cortos y series de televisión, prefiere interpretar a los malos en la pantalla para que la gente pueda establecer un límite en sus vidas, pues “un personaje con una personalidad bien mala es el espejo para muchos, para que no sigan ese camino, para que no lo intenten hacer”, narró.Cree que su espejo de buen ser humano está reflejado en lo que essu rol como actor.Finalmente, en su paso por Jardín, Damián Alcázar declaró que quiere dejar un mensaje a los jóvenes de Antioquia, que “la actuación va más allá de un medio de expresión y se convierte en una poderosa herramienta para hablar de los grandes temas del mundo”, algo él asegura ha cuidado mucho en su carrera.
Carlos Álvarez es un autor fílmico crítico, sus producciones buscan poner a pensar a los espectadores.Como autor se ha especializado en la sucesión de visiones críticas y políticas de la historia de Colombia a partir de cincuenta años atrás.Al mirar con detenimiento sus filmes Asalto, Desencuentros, Qué es la democracia e Introducción a Camilo se tiene allí el compendio de lo que fue la década del 68 al 78 en Colombia.Se muestran, además, en estas cuatro producciones los “desencuentros” de las realidades sociales, el cómo Colombia se ha especializado en la no aceptación de esas realidades e igualmente el cómo ha funcionado el sistema de la democracia representativa versus las rivalidades sociales, así él mismo lo narró para el periódico EL MUNDO desde Jardín, Antioquia, donde asiste como invitado especial a la tercera edición del Festival de Cine que organiza Antioquia Audiovisual.Él es consiente que en Colombia la crítica política en el cine no es bien vista, pero para descontento de muchos, sus filmes fungen hoy en día como documentos de consulta en los colegios y universidades.“El cine documental de este tipo está a la tarea de comprenderse en conjunto con la producción de una cultura nacional auténtica”, declaró.Lea también:Cine, política y democracia: una sola cita en JardínEste documentalista considera a la crítica presente en sus filmes como “parásitos”, pues si bien tienen el poder de divisar el panorama, casi contemporáneamente con la sucesión de los hechos históricos del país, es un cine que “no contiene alabanzas, que es despreciado por los autores de los films, es consumo de unos cuantos intelectuales semi-ociosos”, dijo.Los cuatro filmesEn Asalto, Carlos Álvarez muestra la protesta de 200 estudiantes de la Universidad Nacional, de Bogotá, por el alza de las matriculas, fue graba en 1968, a la par de los hechos.Se muestra en la producción la ocupación de la universidad, la toma militar en detalle, acompañada de la creación de grafitis en los que los estudiantes denuncian que se sienten humillados por el gobierno.En cambio en Qué es la democracia, Álvarez hace un compendio histórico de varios gobiernos en el país y muestra cómo llegaron al poder los mandatarios desde tiempos del general Rojas Pinilla.Para el film Desencuentros el cineasta recopiló la escena religiosa que se vivió en Medellín cuando ocurrió la visita de Pablo VI.Y finalmente, en Introducción a Camilo este cineasta logró algo inédito en el cubrimiento de la muerte del cura Camilo Torres, una entrevista con la mamá del sacerdote que dejó los hábitos para militar en la guerrilla.El concepto de ciudadanoen los filmsSe ven en estos cuatro filmes “la protesta, el derecho y la necesidad de ejercerla; el mal concepto de democracia que ha segado a Colombia en su historia, el cual se ha visto enmarañado por la sed de poder, la corrupción galopante en el contexto nacional y la frustración de la gente para ejercer su vocación de ciudadanos, y finalmente, la relación que hay entre la religión y la ciudadanía”, así lo describió Carlos Álvarez, sentando en este concepto el precedente del ser social que ha documentado en sus producciones cinematográficas.
El próximo sábado empieza la Semana del Cine Colombiano, que se extenderá hasta el 1º de agosto y llevará decenas de películas a 215 municipios de todos los departamentos del país, informó este martes la organización del evento en un comunicado.La muestra, impulsada por el Ministerio de Cultura con el lema “El cine que somos”, se compondrá de 60 filmes colombianos estrenados entre 2016 y 2017.Lea:Gustavo Dudamel rinde homenaje a José Antonio Abreu en Teatro DigitalAdemás de las ciudades principales del país, las obras de gran pantalla también se mostrarán en “lugares con poca o nula circulación y exhibición de contenidos cinematográficos nacionales” con el objetivo de “propiciar intercambios culturales y fortalecer la formación de públicos”, aseguró la directora de Cinematografía del Ministerio de Cultura, Adelfa Martínez.
El reconocido director venezolano Gustavo Dudamel presentará este jueves 28 de junio el concierto A mi Maestro, que tendrá lugar en el Centro Cultural CopArtes de Chile y se transmitirá en vivo para todo el mundo a través de la página web www.teatrodigital.org a las 7:00 p.m. (Hora Colombia).Se trata de un espectáculo que tendrá como base las obras favoritas del maestro José Antonio Abreu de compositores como Beethoven, Wagner y Tchaikovsky.De esta forma, Gustavo Dudamel rendirá un sentido homenaje al fundador del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles de Venezuela.El concierto proyectado en las salas de cine nacional a través del programa Teatro Digital contará con la participación de músicos de la Orquesta Filarmónica de Viena, la Filarmónica de Los Ángeles, la Orquesta Filarmónica de Berlín, la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo y la Orquesta Sinfónica Juvenil Simón Bolívar de Venezuela.Lea también:Dago García es un vendedor de emocionesCabe destacar queJosé Antonio Abreu como mentor del Sistema Nacional de Orquestas Juveniles de Venezuela transformó la vida de miles de niños y jóvenes a través de la música.“El Sistema” creado por el maestro Abreu es un modelo y una escuela de vida dignas de admirar, ya que logró posicionar a la música como un motor que le devuelve la dignidad a niños y jóvenes con escasas oportunidades de vida, destacó Dudamel.El programa musical de A mi Maestrofue especialmente seleccionado por Gustavo Dudamel e incluye a la Sinfonía No. 7, de Beethoven; Lohengrin, Preludio al Acto I, de Wagner; y Sinfonía No. 4, de Tchaikovsky.Además, contará con la participación de alrededor de 90 músicos pertenecientes a la Fundación deOrquestas Juveniles e Infantiles de Chile (Foji).