Se estrenó Me llevarás en ti, filme dirigido por Iván Obando, una película 100% colombiana y que lleva a la Pantalla grande la vida y obra del empresario antioqueño Gonzalo Mejía Trujillo.
En 2017, Iván Darío Obando Agudelo, presidente de Cosmovisión, publicó el libro Me llevarás en ti, editado por Planeta. Una obra literaria basada en la vida real de Gonzalo Mejía Trujillo, empresario antioqueño, y su romance con una condesa polaca, Isolda Pruzinsky, de quien se enamoró durante su estancia en Europa, específicamente en Roma en 1906.
Pero, Obando Agudelo quería hacer trascender más esta historia, por lo que su ambición no se agotó con la publicación del libro. Él, un ‘hombre de medios’, quería plasmar esta historia en el formato cinematográfico, y no descansó hasta concretarlo, su filme es la producción colombiana que se estrenó esta semana en el cine nacional, y por ser local, necesita que sean muchos los asistentes, semana tras semana, para que esta dure largo tiempo en cartelera.
Del argumento de Me llevarás en ti, se debe destacar que es una trama que tiene una parte de ficción pero en su mayoría es realidad. Todo lo que se dice de Gonzalo Mejía Trujillo ocurrió, está narrado de una forma personal de parte de Iván Darío Obando Agudelo, hace parte de muchos años de investigación, de varias y largas charlas con la familia del empresario antioqueño, de la lectura de un gran número de cartas entre ellos, a las que accedió el escritor durante su investigación, y denota el interés del autor por mostrar que este territorio tiene mejores historias para contar.
En cierto modo, en la parte de Isolda, el autor se encontró con muy poquitos datos, por lo que debió construir a la familia de ella en la historia, crear los hechos por los que se la llevaron a vivir a Rusia, para así poder darle continuidad a la historia con la realidad que se detalla en las cartas que se escribieron entre ellos.
Ahora bien, el director Obando Agudelo aseguró: “Dentro de la investigación que yo hice, la conexión del romance que tuvo Gonzalo Mejía con una condensa polaca es, para bien de la película, la parte mágica del relato”.
El biógrafo del empresario local, Héctor Mejía Restrepo, lo define como un pionero de las cosas nuevas. Al hablar de él, es necesario remontarse a tiempos históricos, sucesos como La Guerra de los Mil Días, la Revolución Bolchevique, la Gran Depresión, el accidente de Carlos Gardel en suelo de Medellín o la Invasión a Varsovia. Además, en su historia se mencionan los inicios de la aviación en el mundo.
Concretamente, el guión de Me llevarás en ti transcurre durante 50 años.
Los antes mencionados, fueron “sucesos que sirven de escenario histórico y fantástico de esta película. Don Gonzalo es eso, un personaje histórico. Trajo la aviación comercial a Latinoamérica, mejoró la navegación por los ríos, hizo carreteras y teatros y fundó grandes empresas”, describió el director.
En cambio, la relación de los hechos con Isolda, la protagonista, es que al tener ancestros rusos, “es una víctima de la Revolución Bolchevique y de la Segunda Guerra Mundial, cuando los alemanes invadieron a Polonia”, explicó la actriz Géraldine Zivic, quien la interpreta a ella en tiempos de su adultez.
Por su parte, Carlos Fernández, quien le da vida en la cinta al empresario Mejía Trujillo, refirió que Me llevarás en ti es una historia de amor en la que los protagonistas viven jugándosela al destino, “que los acerca y los aleja, en los momentos más inesperados de sus vidas”, dijo.
Este relato, entretejido con la historia del Siglo XX, constituye uno de los sueños de infancia que Iván Obando quiere poder cumplir, el llegar a Hollywood, confesó a EL MUNDO.
De don Gonzalo Mejía se ha dicho mucho en la literatura nacional; también, se ha producido mucho para la televisión del país, y ya se han grabado en formato de cine varios relatos de su legado. Es más, él mismo, en 1924, se reseña en la Enciclopedia Banrepcultural (del Banco de la República), filmó la película Bajo el cielo antioqueño, en la que junto a su esposa, Alicia Arango, debutaron como actores en los papeles estelares.
Por tanto, crear el argumento de Me llevarás en ti para su director constituía un gran reto. Y él, para hacerlo con “la mayor veracidad posible”, según dijo, decidió basarse en el libro biográfico La vida de Gonzalo Mejía, que escribió Alberto Mejía.
Además, María Clara Mejía, una bisnieta de don Gonzalo, aportó la tesis de grado que había hecho sobre él, y, finalmente, las charlas con Luis Mejía, su hijo, varios años atrás, permitieron construir la imagen del personaje principal del filme de “la mejor manera”.
La sensación que quedó en la familia de Gonzalo Mejía Trujillo, primero al leer el libro y luego al ver la película, es que el trabajo de Obando Agudelo dignifica su historia.
La primera que se pronunció fue Alicia Mejía Escobar, una de sus nietas, al momento de la publicación del libro, cuando dijo: “Muchas gracias por respetar la memoria de Gonzalo”, así lo recuerdan ambos. Y ella reconoció que para este filme se hizo un trabajo responsable.
Y en virtud de la obra cinematográfica, se debe destacar que por un lado se aprecia la historia de Isolda y por el otro la de Alicia; en ningún momento el personaje de Gonzalo Mejía se muestra en contradicción o refleja alguna historia oculta. La producción y el argumento maneja los tiempos de tal forma que son dos historias de amor con un respeto la una por la otra.
Ese es un antojo de Me llevarás en ti, el filme disponible en la cartelera de cine nacional. Son muchos más los datos de la vida y obra del empresario antioqueño que allí salen; no obstante, la película tiene, además, un mensaje oculto, muestra el poder del amor más allá del tiempo y la distancia.
Regresar 113 años en el tiempo (hasta 1906) supuso una cuidadosa escogencia de locaciones, vestuario y manejo de la fotografía, entre otros aspectos. Todo hizo parte de la tarea de producción para llevar la película Me llevarás en ti a escenarios de Italia y España y lograr que todo encajara a la perfección con lo que se iba a hacer en Colombia.
El Coliseo Romano de la ciudad de Cartagena, en la costa del Mar Mediterráneo (España); la Plaza de San Marcos y el Gran Canal, en Venecia (Italia) fueron algunos de los escenarios donde se rodó.
Además, el vestuario, parte importante también del rodaje, fue hecho por Diego Guarnizo.