Las cifras del desplome de la economía norteamericana en el segundo trimestre muestran el impacto de la pandemia. Un edificio construido durante 5 años que súbitamente se desploma dejando sin aire al sector productivo, trabajadores y familias. La Eurozona tampoco fue inmune a la caída con una cifra sin precedentes del 12.1 por ciento. México, la segunda economía más grande América Latina reporta una disminución del 19 por ciento y si seguimos al sur el panorama es aún más desolador.Lea también: El nuevo mejor amigoEse colapso no tiene precedentes en su velocidad y efectos. La única comparación posible sería lo ocurrido durante la Depresión de finales de los años 20 y comienzos del 30, cuando la economía se contrajo un tercio de su producto. Contrario a previas recesiones, estas caídas fueron el resultado consciente de los gobiernos de clausurar temporalmente la actividad económica para evitar una propagación del virus y una reapertura que no da señales de recuperación rápida.Es preciso recordar que el consumo personal en los Estados Unidos representa casi las dos terceras partes de la actividad económica incidiendo en la caída un 25 por ciento del producto en el segundo trimestre. El gasto descendió en el rubro de salud muy seguramente por las restricciones de movilidad. Por igual razón ropa y calzado. La reducción de los inventarios la encabezaron el sector de vehículos cuyas plantas como se recordará estuvieron paralizadas por casi 3 meses. Si bien las ventas del sector de la construcción, la luz que brilla con repuntes históricamente altos, no hay el mismo ritmo en nuevas viviendas.Paradójicamente, la pandemia ha profundizado la brecha entre ricos y pobres en América Latina. Según la OXFAM (organización internacional que realiza labores humanitarias en 90 países) las elites económicas de la región han ampliado su patrimonio en más de 48 mil millones de dólares a partir de marzo, fecha oficial de inicio de la pandemia. En contraste, la recesión económica en el continente puede provocar que hasta 52 millones de personas caigan en la pobreza y 40 millones pierdan sus empleos, lo que supondría “un retroceso de 15 años para la región”.Si bien los Estados Unidos ha logrado contener parcialmente el derrumbe de su economía a través de auxilios temporales de 600 dólares semanales para los desempleados y giros de 1 mil doscientos dólares por persona, combinado con otros montos según el número de hijos, ello no ha sido suficiente de acuerdo con las cifras negativas reflejadas en el producto durante el segundo trimestre. Un segundo estimulo esta estancado en el congreso por las diferencias entre demócratas y republicanos.Los gobiernos de América Latina no pueden darse esos lujos, primero porque para muchos el endeudamiento impide la aprobación de nuevos préstamos y segundo porque enfocar los auxilios a los más pobres se hace complejo dada la informalidad económica. Imprimir dinero como lo hace hoy la Reserva Federal es una alternativa a la que se podría acudir, pero existen los riesgos de una hiperinflación. Sin embargo, una deflación suena más riesgosa que la misma inflación. Los tiempos exigen medidas extremas.Le puede interesar: Hacia un mundo sin efectivo PD. Duele ver que un periódico como El Mundo de mi ciudad Medellín, que ha sido mi casa durante tantos años tenga que cerrar sus puertas. Agradecido con sus directivos por la oportunidad de aportar a la discusión de tantos temas. Seguiré compartiendo mis columnas en las redes sociales o mi correo electrónico rafaelbravo@comcast.net
En la incesante carrera contra el tiempo buscando una vacuna para combatir el covid-19, Los Estados Unidos hicieron una apuesta muy arriesgada: invertir una inmensa suma de dinero no sólo en la vacuna misma sino en algunas medicinas que han mostrado efectos positivos en el tratamiento de la enfermedad, léase Remdesivir, REG- COV2 una droga experimental de la compañía Regeneron, así como en farmacéuticas que producen jeringas, ampollas y asegurándose la fabricación masiva.Lea también: La globalización está en retiradaLo anterior comenzó en abril bajo el nombre Operation Warp Speed cuya traducción sería Operación a toda velocidad que consiste en una iniciativa liderada por varias agencias vinculadas a la salud y Departamento de Defensa. Su principal objetivo es entregar 300 millones de vacunas para enero de 2021, algo que podría darse en octubre teniendo en cuenta los recientes avances mostrados por AstraZeneca y Moderna. Hay quienes cuestionan si en efecto el gobierno de Trump “está subsidiando la creación de un producto” que al final no llegue a ser eficaz.Por otro lado, estamos ante un escenario en el que medicinas como el Remdesivir, a la cual el gobierno norteamericano tuvo acceso comprando grandes cantidades, impida su acceso por parte de otros países. Esta medicina ha probado sus bondades en el tratamiento de pacientes con Covid19 en Alemania, Grecia, Corea, Japón. España y Gran Bretaña. En otras palabras, los Estados Unidos literalmente han monopolizado la producción y distribución del Remdesivir, así como del Regeneron, una terapia que en sus pruebas iniciales muestra promisorios efectos.Con el anuncio de salir de la Organización Mundial de la Salud, el ente que juega un papel clave en el diagnóstico de enfermedades de todo tipo y particularmente en la distribución de vacunas para el resto del mundo, una vez más los Estados Unidos impone sus intereses por encima del resto del mundo y ratifica la política de aislamiento que viene caracterizando a la administración Trump: América Primero.Si los ensayos resultan efectivos, los norteamericanos tienen garantizada la oferta mundial de la vacuna. Si potencias como las detalladas arriba han quedado por fuera del juego geopolítico de modo que haya una participación equitativa de recursos, qué podremos decir de los países del Sur donde la pandemia toma cada vez mas fuerza dejando una huella de miseria y muerte.Según Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias Enfermedades Contagiosas, hoy el científico más respetado en los Estados Unidos y quien en varias ha chocado con Trump por su franqueza y enfoque, afirma que volveremos a la normalidad “en un año siempre y cuando se pueda desarrollar exitosamente una vacuna”.Le puede interesar: 100.000 vidas sacrificadasSi la vacuna es una realidad en los próximos meses, Donald Trump podría salir beneficiado en sus intentos por reelegirse, muy a pesar de los errores y desatinos cometidos para atacar eficazmente, la que sin duda es la mas devastadora de las pandemias del último siglo con sus negativos efectos en la economía y el empleo. Extrañamente
En medio del frenesí que a diario nos deja la pandemia, el uso de efectivo se ha convertido en un sospechoso más de contagio. La discusión sobre el uso de medios electrónicos de pago no tiene el mismo tratamiento en las economías más avanzadas donde la población tiene mayores posibilidades de usar la banca, frente al Tercer Mundo donde la cultura de los pagos móviles apenas comienza a tomar fuerza. En las ayudas económicas que muchos gobiernos destinaron a la población de pobres, se encontró que una buena parte de los destinatarios no tenían vínculos con el sector financiero, debiendo acudir a novedosas formas como los teléfonos celulares y el giro de los auxilios a sucursales bancarias.En muchos países el efectivo ha venido siendo reemplazado por tarjetas y otras aplicaciones usadas principalmente en las zonas urbanas, incluso para compras pequeñas. El coronavirus está acelerando el cambio hacia un futuro libre de efectivo, un rubro adicional de enriquecimiento para el sector financiero. Entre las ventajas que trae la adopción de pagos móviles esta la imposibilidad para que los corruptos utilicen efectivo como medio de pago. Por otro lado, la población de la tercera edad por su desconfianza en el uso de tarjetas y el mismo desconocimiento que se tiene sobre su funcionamiento, son obstáculos difíciles de superar en la masificación de medios electrónicos. Los temores al uso de billetes y monedas como mecanismo de transmisión del virus han obligado a los consumidores a repensar la forma de comprar y pagar. El comercio y los restaurantes se inclinan hacia los medios móviles como una forma de proteger a sus empleados y clientes. Nada menos, el Banco Central de China ordenó esterilizar todos los billetes utilizados en aquellas regiones impactadas por el covid-19. Los gobiernos de India, Corea y Suecia, así como las Naciones Unidas promueven el uso de “pagos sin efectivo” a nombre de la salud pública.Definitivamente, el mundo comienza a cambiar los hábitos de compra, con menos contacto social y viviendo un experimento global que obliga a gobiernos, negocios y los mismos consumidores a replantear los patrones de operación y de integración entre los individuos. Esta dinámica crea una oportunidad dorada para que las compañías de tarjetas de crédito, bancos y plataformas digitales capitalicen esta crisis y avancen en la revolución digital, de modo que su propagación les represente réditos muy lucrativos por el cobro de honorarios en cada transacción.El confinamiento terminó siendo el motor que hace mover el comercio electrónico. Desde electrónicos hasta productos de la canasta familiar con un incremento sorprendente. En los Estados Unidos solamente, 40 millones de consumidores hicieron compras de mercado en línea. En Italia donde el efectivo es “el rey” el volumen de transacciones en la web creció un 80 por ciento.Aunque estamos lejos de llegar a una economía libre de efectivo, los riesgos para los grupos más vulnerables saltan a la vista. La bancarización de amplios grupos de población pobres es una de las mayores dificultades que enfrenta el sector financiero. Gente que recibe ingresos mínimos, retirados cuyas pensiones son bajas, personas con incapacidad física y hasta los inmigrantes, son segmentos que tienen poco o ningún acceso a pagos electrónicos. En los países del Sur, el uso de efectivo es la única forma de compra de las necesidades diarias. Asimismo, muchas urbes proscriben al comercio los intentos por eliminar este tipo de pagos.El crecimiento de las transacciones móviles en los principales mercados es imparable. El cuadro anexo si bien solo muestra el monto en miles de millones de dólares a 2017 con los porcentajes de incremento para Rusia, China e India que sobrepasan el 30 por ciento, muy seguramente para 2020 las cifras se debieron haber disparado con ocasión de la pandemia. El uso de efectivo no va a desaparecer, pero definitivamente el Covid 19 les dio un gran impulso a las transacciones electrónicas.
Un idilio pasajero que no tiene nada de genuino. Como el aspirante a novio que denigra y cuestiona las actuaciones de su futuro amor, y ahora se llena de elogios con el emperador del norte. Es lo que llaman los asesores de imagen puro “show mediático”. Andrés Manuel López Obrador- AMLO- contorsionista de la palabra, súbitamente sufre un sorpresivo lapsus mental frente a lo que piensa de un presidente que salió elegido poniendo por el suelo a sus compatriotas.Lea también: Huachicoleros y corrupciónLeón Krauze periodista mexicano director de noticias de Univisión en Los Ángeles y columnista de El Universal nos recuerda al AMLO en campaña.“No podemos consentir que como política de estado se pretenda atentar contra los intereses legítimos de los mexicanos y de la nación”.“La actual campaña contra los migrantes en Estados Unidos no es solo un asunto de carácter económico sino fundamentalmente de interés político. Un grupo esta sacando provecho de un sentimiento nacionalista”.“En su frontera sur, Estados Unidos no tiene amenaza visible ni algo de que defenderse y el muro de Trump no tendría nada de defensivo. Sería por el contrario una obra opresiva como el muro de Berlín”.“Rechazamos la erección de ese monumento a la hipocresía y a la crueldad. Es una canallada que Trump y sus asesores se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos”.En fin, que todo lo anterior y mucho más quedo plasmado en un libro y ahora se rinde a los pies del mandatario norteamericano. La aprobación de AMLO cae con los días por su errático manejo de la pandemia y los giros que ha dado desde que se posesionó como mandatario de los mexicanos. Si algo hace AMLO en sus “Mañaneras” es hablar del futuro de manera optimista y haciendo creer que las cosas en su gobierno han cambiado, aunque los resultados indiquen lo contrario. A su vez, Trump es altamente impopular en México por lo que la visita no le ayuda ante la opinión publica.Las diferencias ideológicas los acercan. Ambos gobiernan pensando en un poder absoluto. Desprecian las instituciones y el acatamiento a las leyes. Mientras Trump ataca a la prensa como Fake News, AMLO repite “tengo otra información”. No creen en la ciencia habiendo confrontado la pandemia de manera irresponsable e inefectiva con un alto número de contagiados y muertos. AMLO sigue repitiendo que los mexicanos vayan a los “restoranes” y no olviden abrazarse. Los dos cultivan un perverso culto a sus personalidades.Los analistas dirán que ello es el resultado de su lenguaje populista que en el pasado se repitió con el chavismo. La principal motivación para un encuentro con Trump es cambiar la agenda presidencial aprovechando la entrada en vigor del nuevo T-MEC, Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos, Canadá como oportunidad para hablar de inversiones y de contera relanzar la alicaída economía.Hasta la llegada de Trump a la Presidencia, el servilismo nunca fue el sello que marcara la diplomacia vis-a-vis con los Estados Unidos. AMLO ha tirado por la borda la dignidad, firmeza, respeto y la buena fe, no solo por el discurso racista y hostilidad hacia los mexicanos en los Estados Unidos, sino que AMLO con su sumisa actitud pierde su estatura de estadista independiente. Le puede interesar: La guerra arancelaria llega a MéxicoFinalmente, la comitiva de grandes empresarios que acompañó a AMLO fue algo inesperado teniendo en cuenta sus ataques al sector privado por su complicidad con la corrupción que ha caracterizado a México a lo largo de su historia. Su nuevo mejor amigo solo tiene interés en reelegirse y AMLO ha servido como idiota útil.
Otro de los infortunios que deja esta pandemia es el futuro incierto de los recién graduados para quienes hay pocas esperanzas de conseguir un empleo. Atrás quedaron los planes de celebración y regocijo por los logros alcanzados con esfuerzo y dedicación. Lo que sigue es la incertidumbre de cómo pagar los préstamos estudiantiles y unos ingresos que en muchos casos no justifican el paso por las aulas universitarias. Este fenómeno no se limita al Tercer Mundo, sino que cada vez más en las sociedades avanzadas ya se cuestionan las ventajas de tener un título profesional. Lea también: El mundo ya no es el mismoEsta generación es bien diferente a las anteriores teniendo en cuenta las múltiples fortalezas gracias a la tecnología y redes sociales en las que crecieron, hiperconectados con el mundo a través de sus teléfonos inteligentes como forma preferida de contacto. Millenials que como grupo crean masivas cantidades de contenido en línea como requisito para ser relevantes. Sin embargo, dadas las condiciones actuales, el reto es saber si esos jóvenes podrán superar la condición social y económica de sus padres.Lo único cierto es que los millenials atraviesan un momento de gran vulnerabilidad como resultado de una crisis de empleo de calidad: una mayoría laborando como meseros, dependientes o en call centers. En consecuencia, no hay ahorros de donde echar mano pues los salarios son bajos. Las deudas estudiantiles se acumulan y los beneficios laborales no aparecen. Además, son una generación financieramente constreñida y conservadora a la hora de invertir. La independencia económica que fue la promesa de una mejor educación ha quedado aplazada.Hay quienes definen a este segmento como la generación perdida. Ingresar a la fuerza laboral en momentos casi iguales a la Gran Depresión, implica tener que acomodarse a lo que el mercado puede ofrecer. Las recesiones no son buenas para nadie. Los analistas expresan como un aumento en la tasa de desempleo del uno por ciento se traduce en una pérdida del 7 por ciento de los ingresos al comienzo de la vida profesional. Difícil saber con certeza el tamaño de la riqueza evaporada por la actual crisis sanitaria, cómo lograr ingresos competitivos y de qué forma salir de esta encrucijada.Qué se puede esperar de la recuperación es todo un albur. Las cifras de empleo en los Estados Unidos reportadas esta semana para el mes de junio son engañosas por el número tan descomunal de 4.8 millones de nuevos puestos de trabajo, que no compensan los 16.5 millones que todavía quedan por resarcir desde febrero. El tan ansiado rebote en V no muestra signos de ser la realidad con varios estados obligados a cerrar nuevamente varios sectores por la segunda ola en camino.En América Latina la situación no puede ser peor con unas economías dependientes de los precios de las materias primas que van de la mano con la situación económica mundial en recesión. La industria y en particular el comercio van abriéndose lentamente, pero con el lastre de miles de negocios que no van a sobrevivir. Índices de desempleo nunca vistos que exigirá de los gobiernos creatividad y grandes subsidios para mantener así sea parcialmente la supervivencia de las empresas. Le puede interesar: Comienza la debacleFinalmente, la celebración del 4 de julio que marca la independencia de los Estados Unidos, antes motivo de pujanza y orgullo, hoy reducida al mínimo por los alarmantes casos de contagio que han llevado a gobernadores y alcaldes a cancelar los tradicionales fuegos artificiales, al cierre de bares, restaurantes y playas. Mientras tanto, Donald Trump sordo a las recomendaciones de su equipo de expertos sanitarios, invita a una masiva concentración en Dakota del Sur sin tapabocas, sin el distanciamiento social requerido, ni las precauciones debidas. Prima el ego y la sinrazón.
Cuando el enfermo comienza a sanar luego de un largo período de convalecencia y creyendo estar totalmente recuperado comienza a hacer movimientos nada recomendables por los médicos, entonces la recaída es inevitable. El símil se puede aplicar a lo que hoy atraviesan los Estados Unidos donde por recomendacióndel ejecutivo, desconociendo las directrices de las autoridades sanitarias y con un afán electoral, muchos estados abren sus economías sin haber puesto en ejecución un plan por etapas como lo sugirieron los expertos.Lea también: Liderazgo en tiempo de crisisLa Organización Mundial de la Salud-OMS anunció esta semana un aumento dramático de casos en el planeta: 183.000 en un solo día, lo que supera las cifras más altas de abril. De ese total, una quinta parte en los Estados Unidos muy a pesar de los anuncios del vicepresidente Mike Pence menospreciando una segunda ola de infecciones, señalando que el número de muertes iba en descenso y que se iba ganando la batalla.No es ninguna sorpresa que los estados donde el rebrote se ha acentuado hagan parte de la bancada republicana que siguió los erráticos llamados del presidente para reabrir la economía a cualquier precio. El caso más crítico hoy es Florida donde los números son alarmantes obligando a varios alcaldes a cerrar playas, evitar el contacto masivo e incluso exigir el uso de tapabocas. Texas está pagando el costo de una apertura prematura con los hospitales llegando al límite por el número de pacientes contagiados. Una situación similar se vive en ArizonaEl mapa del rebote muestra una concentración en el sur del país, mientras el noreste se recupera y ve caer no solo el índice de contagios sino la cifra de muertes. Nueva York que fue de lejos el estado más impactado ahora muestra que con el liderazgo de su gobernador y siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias es posible superar los momentos de mayor dificultad.Habría que preguntarse las razones por las que unos estados hayan podido aplanar la curva de contagios y muertes al tiempo que en el sur se observe lo contrario. De acuerdo con una encuesta del New York Times y Sienna los votantes mayoritariamente estaban a favor de darle prioridad al control de la pandemia por encima de una reapertura de la economía. Sin embargo, los votantes del partido republicano presuntamente apegados a las directrices de la Casa Blanca y las opiniones de los columnistas de Fox News optaron por una vía opuesta.Es bien sabido que Donald Trump desde un comienzo desestimó los alcances de la pandemia siendo el argumento principal el triunfalismo económico de su mandato por encima de las vidas y los enfermos. Lo que siguió después es bien conocido. Aunque aún faltan varios meses para las elecciones, el presidente ha perdido parte de su base de electores que ven como las muertes se acercan a 130.000, la economía colapsa y la gente va perdiendo la esperanza. Lo mas absurdo es hacerle creer a la opinión publica que el virus se va desvaneciendo, que una segunda ola es un invento de sus opositores y portar una máscara es símbolo de flaqueza.La situación en América Latina no es menos dramática pues se está lejos de pasar la primera fase. En la región los casos se han triplicado en menos de un mes. Brasil lleva la carga más pesada con más de un millón doscientos mil infectados y las víctimas fatales 55 mil. Bolsonaro en su infinita ignorancia, repitiendo el modelo Trump culpando a la oposición y los medios ya es segundo en ambos conteos. López Obrador no se queda atrás con un discurso demagógico y centrado en su personalidad. La masificación de pruebas, el más importante indicador del avance de la pandemia no arranca, lo que sumado a la indisciplina social obliga a las autoridades a tomar medidas draconianas de control.El virus que importaron los más ricos luego de sus periplos por Europa y el Norte, se va extendiendo a los más vulnerables. Los llamados para que la población entienda la importancia del confinamiento y distanciamiento social no encuentran eco en particular entre los jóvenes. Con tan solo el 8 por ciento de la población global, Latinoamérica aporta la mitad de las muertes.Le puede interesar: Abrir la economía a costa de la vidaLo que le espera a la región no es nada halagador. Millones que van a engrosar las filas de la pobreza. Las múltiples generaciones de progreso social súbitamente borradas. Tantos que veían como su ascenso en la escala social hacia la anhelada clase media, tendrán que esperar a ver que les depara un futuro que nadie se atreve a predecir. La generación de nuevos emprendedores frustrada por el cierre masivo de pequeñas y medianas empresas y muchos sueños truncados.
Mas que las expresiones de rechazo a la muerte de George Floyd y las masivas protestas que se han observado a lo largo y ancho del país, lo que deja claro es la incompetencia, falta de liderazgo y caos en la Casa Blanca. No es solo Trump el que ha dado palos de ciego en esta crisis sino su círculo cercano, que como bien conoce la opinión pública, solo se limita a no contradecir a su jefe y nada ha aportado distinto a la idea de militarizar a la capital Washington. Un grupo de áulicos y serviles que denigran de su papel de orientar y en el mejor de los casos disentir de la opinión del presidente.Lea también: 2019 en pocas líneasNo es coincidencia que las pandemias, como lo destacan los historiadores, desestabilizan las sociedades y han producido revueltas. La extensión del virus al resto del mundo, combinado con la fallida respuesta de las autoridades en los Estados Unidos, ha creado el coctel perfecto para que continúe la agitación en muchas ciudades. Además, la enfermedad ha afectado más a las minorías, en particular a la comunidad afroamericana y latina, que a otros segmentos de la población. Por otro lado, las pandemias tienden a ampliar las divisiones étnicas y sociales. Cuando la economía comience a recuperarse habrá una brecha entre anglos y negros, siendo aquellos, quienes reciban primero los efectos positivos. Las expresiones de rechazo al racismo sistemático que han imperado se van a traducir en un cambio en la forma como la sociedad y las fuerzas policiales han enfrentado los abusos y las divisiones raciales.El racismo estructural se define como la forma en que las inequidades raciales se han enraizado en los sistemas políticos, económicos y sociales en los Estados Unidos. Resulta sorprendente que la violenta forma en que murió Floyd a manos de un policía blanco haya mostrado las injusticias y diferencias en la forma como uno y otro grupo racial es tratado por las fuerzas policiales y los jueces. Un 75 por ciento de los afroamericanos encuestados ven la brutalidad policial como parte de un problema de más fondo. Una cifra muy similar en opinión de los hispanos que, entre otras cosas, han sido relegados a un segundo plano del movimiento Black Lives Matter (las Vidas Negras Importan). En las grandes urbes los hispanos también son acosados por la policía. La odiosa practica de la policía en Nueva York que en su momento se llamó “detener y revisar” a negros y latinos fue una muestra contundente de racismo que por fortuna fue demandada y abolida.Veremos si esta masiva demostración en contra del racismo va a perdurar en el tiempo. De momento, demócratas y republicanos presentaron al Congreso su plan de reforma policial con diferencias significativas. La reiterada practica de someter a un detenido agarrándolo del cuello que fue la causa de muerte de Floyd y otros, no encuentra un consenso para su prohibición. Algo inexplicable y absurdo que la bancada republicana se oponga a su eliminación, demostrando una vez más, el sesgo racial del grupo de la extrema derecha de ese partido.El movimiento Black Lives Matter ha logrado lo que parecía imposible: desmontar las estatuas de los personajes históricos representativos de la Confederación en la mayoría de las ciudades del sur del país. La líder demócrata Nancy Pelosi fue más allá retirando del Capitolio 4 pinturas de quienes fueron presidentes de la Cámara de Representantes, que en su momento juraron para ‘’ perpetuar y preservar la esclavitud’’. No menos significativo ha sido la respuesta de grandes multinacionales comprometiéndose a aportar dinero a la causa de los negros. Hasta esta semana 50 de las principales compañías de la lista Fortune 100, habían donado un poco más de 2.000 millones de dólares para combatir el racismo y desigualdad. Quaker Oats sorprendió con la decisión de retirar del mercado la popular receta de pancakes Aunt Jemima reconociendo que “sus orígenes se basan en un estereotipo racista”.Le puede interesar: “A pesar de todo me levanto”Abraham Lincoln padre de la abolición de los esclavos negros dio su vida para que cesara el choque de civilizaciones con “mezquindad hacia nadie”. Trump por su parte en todo momento genera la división y confrontación con saña y confrontación hacia sus contradictores.PD. Para que no quedara duda de la independencia de poderes, la Corte Suprema le asestó un golpe al gobierno Trump esta semana, protegiendo a la comunidad LGTB y a los Dreamers que no podrán ser deportados.
El mundo recibió con asombro el lanzamiento de la misión a la Estación Espacial Internacional con un protagonista nuevo en la carrera espacial: Space X, la firma ideada y dirigida por el hombre que ha revolucionado la forma de renovar la industria automotriz con la firma Tesla, la energía solar con Solar City y ahora el joint venture con la NASA a través de la cápsula Dragon y el cohete Falcon 9. Elon Musk ya superó a Steve Jobs por su tenacidad, obstinación y creatividad. Space X fue creada en 2002 en unos hangares donde Boeing fabricaba los fuselajes del avión 747. La aventura espacial comenzó con una docena de empleados y “un mariachi”.Lea también: Soplan vientos de incertidumbre en la industria automotrizPara entender quién es el verdadero Elon Musk, se hace necesario acudir a la biografía plasmada en el libro más vendido según el New York Times, de obligatoria lectura y escrito por la periodista Ashlee Vance. La inclinación de Musk para abordar lo que muchos consideran imposible lo ha convertido en “una deidad en el Valle del Silicon”.Su mayor obsesión es en un futuro no muy lejano es llegar a Marte y convertir a ese planeta en una “gigantesca superficie verde rodeada de océanos”. No es ciencia ficción. Las metas que a lo largo de su trayectoria se fija Musk en su momento parecen absurdas, pero con el tiempo alcanza lo que se propone. El origen de Space X se remonta a 2001 cuando su fundador se había unido a un grupo de visionarios y científicos con el fin de explorar la llegada del hombre al Planeta Rojo.Space X se enfrenta a gigantes del complejo militar norteamericano, Lockheed, Boeing e incluso a Rusia y China en la batalla por el espacio. Mediante un modelo de bajo costo, Space X pudo lograr el desarrollo de cohetes reusables que pueden llevar carga al espacio y regresar al océano con una precisión asombrosa para volver a ser utilizados. Si la empresa en la que se ha embarcado llega a perfeccionar esta tecnología, podría terminar poniendo fuera del juego a otros competidores y convertir a los Estados Unidos en el líder llevando a humanos al espacio.Con la llegada a la Estación Espacial Internacional de una capsula con astronautas de la NASA y Space X como una empresa de capital no gubernamental, se puede decir que se ha iniciado la privatización de la industria espacial. Lo que le costaba a la NASA enviar un astronauta al transbordador espacial eran 170 millones de dólares cada uno, comparado con 67 millones de la capsula Dragon. Enviar un kilo de carga al espacio eran 54.500 dólares y con el cohete Falcon, 2.700. Llevar la misma misión en el Dragon tuvo un costo aproximado a los 2.500 quinientos millones dólares y a la NASA ello le hubiera representado cerca de 25.000 millones.El nombre Falcon viene del juego Star Wars uno de los favoritos de Elon Musk, quien, a propósito, a los 12 años pudo desarrollar su primer juego de consola. Ese espíritu competitivo combinado con una ingeniería espacial muy sofisticada ha producido una revolución en lo que serán los viajes espaciales comerciales en el segundo semestre del próximo año.Musk desde hace unos meses comenzó la construcción del cohete Super Heavy (pesado) que se encargará de llevar la capsula Starship primero a la luna y luego a Marte con capacidad hasta de 100 “pasajeros”. Los expertos afirman que la tecnología del Starship está en el terreno de lo posible sin la necesidad de saltos tecnológicos o la aplicación de modelos físicos imposibles. De hecho, la capsula emplea muchas de las ideas que fueron ideadas hace algunas décadas, pero nunca desarrolladas.Le puede interesar: General Motors cambia de rumboQuien lea la fascinante historia de Elon Musk comprenderá por qué con su arrolladora personalidad, disposición a arriesgarlo todo e inmenso ego, podría establecer “para 2050 una ciudad de un millón de habitantes en Marte completa con fundiciones de hierro (mineral más abundante en ese planeta) y unos negocios de pizza”.PS. Aníbal Gaviria ha mostrado a lo largo de su carrera política ser un gobernante incluyente y honesto. Mi solidaridad para su familia en estos momentos.
Extraño que el Día de la Recordación o Memorial Day haya coincidido con la semana que marcó la cifra de las 100.000 vidas sacrificadas por la covid-19. Para los norteamericanos ese día es el tributo merecido a los caídos en combate. Como sociedad, el respeto y admiración por los que sirven a las distintas fuerzas lleva consigo una carga emocional muy grande, además que esa conmemoración va asociada a la bandera que tanto aman. Los Estados Unidos con menos del 5 por ciento de la población mundial, aporta casi un tercio de todas las muertes por la pandemia. Una vergüenza que no admite disculpas.Lea también: Pandemia, incertidumbre y parálisisLas 100.000 vidas perdidas no tienen justificación alguna en la nación más poderosa. El New York Times en una impresionante labor investigativa pudo compilar los obituarios en todos los periódicos del país día por día desde el primero de marzo cuando se reportó el primer deceso. Una base datos salida de las agencias de salud estatales y locales. Allí, aparecen los nombres de cada uno de los fallecidos con una corta descripción de su hoja de vida. Una extensa lista de personas pertenecientes a distintos segmentos y orígenes.Historias de vida abruptamente truncadas. 100.000 vidas que en su gran mayoría debieron soportar el sufrimiento y dolor sin la presencia de sus familias. Obligadas a asumir un duelo virtual como única forma de paliar la pena. Cientos de voluntarios que entregaron su vida sin nada a cambio. No es nuevo que sean las minorías, el grupo de mayor afectación: negros e hispanos que por su condición económica debieron desempeñar labores esenciales.En momentos de tragedia es el presidente quien hace las veces de pastor en jefe, recordándole al país que los norteamericanos ante el dolor y conmoción han sacado lo mejor de si para enfrentar el futuro. Un auténtico líder hace a un lado sus pasiones políticas para mostrarse a sí mismo sin máscaras, como alguien que echa mano de su propio sufrimiento y expresa su solidaridad y acompañamiento a los que lloran sus muertos.Lamentablemente, Donald Trump no solo elude la responsabilidad que le corresponde como presidente, sino que busca culpables en sus fantasmagóricos enemigos, mientras evoca una economía que ya no existe y prometiendo una recuperación a la que muy pocos le apuestan dada la devastación que deja la pandemia. Desde un comienzo, Trump desestimó la gravedad del virus diciendo que con la llegada de la primavera desaparecería por completo y ya sabemos que ocurrió después.Los países que actuaron con prontitud y decisión pudieron contener la expansión del virus. De acuerdo con varios estudios se estima que, si los Estados Unidos hubieran implementado medidas de restricción social una semana antes, el resultado seria 36.000 muertes menos. Además, las autoridades tardaron en poner en ejecución un plan masivo de pruebas, un proceso que no fue concertado con los gobernadores en su debido momento y con los recursos suficientes.Le puede interesar: Liderazgo en tiempos de crisisLa perspectiva de encontrar una vacuna en el inmediato futuro es promisoria, sin embargo, la realidad es que el mundo observa un aumento continuado en el número de contagios. La prisa del gobierno Trump en reabrir la economía comienza a mostrar efectos negativos: cientos de personas en las playas que no respetan la distancia debida. Jóvenes que se sienten infalibles a la enfermedad para después contagiar a sus allegados. Y no faltan los escépticos que siguen el ejemplo de un presidente que se niega a usar el tapabocas pues su ego es más grande que la enfermedad.