Las diferencias ideológicas los acercan. Ambos gobiernan pensando en un poder absoluto. Desprecian las instituciones y el acatamiento a las leyes
Un idilio pasajero que no tiene nada de genuino. Como el aspirante a novio que denigra y cuestiona las actuaciones de su futuro amor, y ahora se llena de elogios con el emperador del norte. Es lo que llaman los asesores de imagen puro “show mediático”. Andrés Manuel López Obrador- AMLO- contorsionista de la palabra, súbitamente sufre un sorpresivo lapsus mental frente a lo que piensa de un presidente que salió elegido poniendo por el suelo a sus compatriotas.
León Krauze periodista mexicano director de noticias de Univisión en Los Ángeles y columnista de El Universal nos recuerda al AMLO en campaña.
“No podemos consentir que como política de estado se pretenda atentar contra los intereses legítimos de los mexicanos y de la nación”.
“La actual campaña contra los migrantes en Estados Unidos no es solo un asunto de carácter económico sino fundamentalmente de interés político. Un grupo esta sacando provecho de un sentimiento nacionalista”.
“En su frontera sur, Estados Unidos no tiene amenaza visible ni algo de que defenderse y el muro de Trump no tendría nada de defensivo. Sería por el contrario una obra opresiva como el muro de Berlín”.
“Rechazamos la erección de ese monumento a la hipocresía y a la crueldad. Es una canallada que Trump y sus asesores se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos”.
En fin, que todo lo anterior y mucho más quedo plasmado en un libro y ahora se rinde a los pies del mandatario norteamericano. La aprobación de AMLO cae con los días por su errático manejo de la pandemia y los giros que ha dado desde que se posesionó como mandatario de los mexicanos. Si algo hace AMLO en sus “Mañaneras” es hablar del futuro de manera optimista y haciendo creer que las cosas en su gobierno han cambiado, aunque los resultados indiquen lo contrario. A su vez, Trump es altamente impopular en México por lo que la visita no le ayuda ante la opinión publica.
Las diferencias ideológicas los acercan. Ambos gobiernan pensando en un poder absoluto. Desprecian las instituciones y el acatamiento a las leyes. Mientras Trump ataca a la prensa como Fake News, AMLO repite “tengo otra información”. No creen en la ciencia habiendo confrontado la pandemia de manera irresponsable e inefectiva con un alto número de contagiados y muertos. AMLO sigue repitiendo que los mexicanos vayan a los “restoranes” y no olviden abrazarse. Los dos cultivan un perverso culto a sus personalidades.
Los analistas dirán que ello es el resultado de su lenguaje populista que en el pasado se repitió con el chavismo. La principal motivación para un encuentro con Trump es cambiar la agenda presidencial aprovechando la entrada en vigor del nuevo T-MEC, Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos, Canadá como oportunidad para hablar de inversiones y de contera relanzar la alicaída economía.
Hasta la llegada de Trump a la Presidencia, el servilismo nunca fue el sello que marcara la diplomacia vis-a-vis con los Estados Unidos. AMLO ha tirado por la borda la dignidad, firmeza, respeto y la buena fe, no solo por el discurso racista y hostilidad hacia los mexicanos en los Estados Unidos, sino que AMLO con su sumisa actitud pierde su estatura de estadista independiente.
Finalmente, la comitiva de grandes empresarios que acompañó a AMLO fue algo inesperado teniendo en cuenta sus ataques al sector privado por su complicidad con la corrupción que ha caracterizado a México a lo largo de su historia. Su nuevo mejor amigo solo tiene interés en reelegirse y AMLO ha servido como idiota útil.