Llueve sobre la ciudad …Y pienso en los parquesdeshabitados de risas y juegos,y en las piedras mojadas,y en la plaza,con las sillas recogidas,y las mesasrezumando agua fría de lluviade principios de noviembre Llueve sobre la ciudad Elena Díaz Santana Y de principios de noviembre es el estereotipo de la ciudad. Y lloverán las crónicas, narraciones y relatos para sustentar una tesis falaz que hace de Medellín como la única cuna de mafiosos y paracos, por el simple hecho de detonar pólvora el primer día del mes de diciembre de aquellos años y de estos también.Lea también: Las 10 plagas de Medellín (1)Recuerdo que la calle era inclinada y su número de identificación sigue siendo el 72, a la cual la cruzan las carreras cuarenta y tanto por oriente y occidente. Estamos en el barrio Manrique de la década del 60. Pocos autos y pocas motocicletas, pues la primera que conocí fue una de marca Lambretta italiana que conducía un tío medio orate y la cual le servía para pasear sobrinos, una que otra novia manriqueña y de cuando en cuando se acordaba para qué la había comprado y se iba en ella a su lugar de trabajo.El barrio de esa década era de una belleza extraordinaria y aún alberga entre sus faldas y calles largas, un sitio privilegiado para un hijo adoptado de profesión tanguero, y ahí parado en una esquina, en medio de placas recordatorias, sigue impávido con una mano entre el bolsillo y con la otra saludando a su fanaticada.Y llegaba diciembre, ese mes en la cual todo el barrio se engalanaba con luces de colores en los alfeizares de las ventas y en los marcos de los balcones, serpentinas multicolores colgadas de lado a lado de las calles, quinceañeras en vacaciones que recorrían las calles de arriba a abajo en espera de un guiño de galantes parroquianos, como cuota de inicial para una invitación al cine en los teatros Lux y Manrique.Por esas calles deambulaban dos personajes muy conspicuos a los que apodaban “Pulga” y “Tingo” quienes por esas épocas contaban, a lo sumo, con 20 o 21 años y eran famosos por locuaces y mamagallistas, pero sobre todo eran un par de eximios “polvoreros” que en época de Navidad hacían las “delicias” de grandes y chicos, pues su cargamento de material detonante hacía pensar que eran dilectos descendientes de los dioses que usaban las perfectas combinaciones del azufre, el carbón y nitrato de potasio.Primero de diciembre (lo que hoy llaman los cronistas dizque alborada) y con él aparecían “Pulga” y “Tingo” acompañados de “El Loco Quintero”, Rodolfo Aicardi y Lucho Bermúdez con un cargamento de pólvora, porros, gaitas, natillas, buñuelos y muchos “buenas noches”, porque las puertas de las casas de la cuadra siempre estaban de par en par, para que los vecinos llegaran con viandas “porque aquí le mando mi mamá este detallito”.Y de las brazas de los cigarrillos de este par de personajes, se escuchaban los estallidos de los totes, pilas, papeletas, volcanes, chispitas, silbadores, chorrilos y demás variantes de la alquimia de los pirotécnicos. Era tal la furia de este polvorín, que arrasaba hasta con el jardín de doña Luisita, la viejecita de las cremas, la misma que vivía en frente de la casa de mi abuela Olga y que cuidada con sumo esmero, pero que terminaba sucumbiendo ante furia polvorera de “Pulga”, “Tingo” y de una horda de “patipeludos” que se sumaban a la quema del invento chino hasta bien entrada la madrugada.Además: Las 10 plagas de Medellín (2)Ad portas de iniciarse la Navidad, ya están listos reporteros, narradores y cronistas afilando lápiz y aclarando gargantas para hacerle creer a sus lectores y oyentes que la “Bella Villa” es hija dilecta de mafiosos y paracos, porque en la noche del primero de diciembre aparecerán los fantasmas de los personajes en comento con todo su cargamento pirotécnico, pero esos mismos que derraman tinta y glosan pestes en contra de una tradición mundial, olvidan que de igual forma se agitan la noches decembrinas en ciudades como Nueva York, Budapest, Hamburgo, Ciudad de México, Singapur…
Lento en mi sombra, la penumbra huecaexploro con el báculo indeciso,yo, que me figuraba el Paraísobajo la especie de una biblioteca.Poema de los donesJorge Luis BorgesLa casa era como si se sumergiera dentro de la tierra. Para llegar a sus distintas habitaciones se descendía por una larga escalera y aparecía, de frente, una gran galería de habitaciones, unos grandes patios (mi memoria me dicta que eran tres), una inmensa sala con unos cuantos muebles, una cocina con ollas ahumadas, un par de baños y lo mejor, una habitación que albergaba una biblioteca armada con ladrillos como columnas y tablones como entrepaños.Puede interesarle: Megadiversidad de estúpidosEse pequeño paraíso albergaba gran diversidad de libros a los que tuve acceso desde corta edad. Entre los entrepaños me encontré con obras extraordinarias como El día señalado del maestro Manuel Mejía Vallejo a quien conocí saboreándose un ron añejo y lanzando bocanadas de humo de un cigarrillo pielroja; la cursilería paisa hecha obra literaria de la mano de mi tío Darío Ruiz Gómez y que bautizó como Para que no se olvide su nombre; y si de poesía se trataba, aparecía el fantasma de Darío Jaramillo Agudelo con sus Poemas de amor. En resumidas cuentas, esos ladrillos y esos entrepaños terminaron por robarme cientos de horas desempolvando sus libros y fundir en mí una pasión desbordada por las letras, por la lectura.Hoy, dieciocho años después de la génesis del siglo XXI, casonas y bibliotecas hacen parte del paisaje de nuestros recuerdos. La avanzada inmisericorde de urbanizaciones, conjuntos residenciales y similares han legado a las nuevas generaciones diminutos habitáculos sin posibilidad alguna de contar con un espacio privilegiado donde contemplar a Cortázar, Borges, Tolstoi, Cervantes, Joyce, Verne y muchos otros que hicieron parte de mis ladrillos y tablones. Los fantasmas de los ilustres García Márquez, Mutis, Llosa, Shakespeare, Dickens y de otros tantos, ya no deambulan por pasillos y cuartos entre las manos de ávidos lectores de los diminutos apartamentos, porque así lo decidieron los constructores del siglo de la ignorancia.La forma como se ha desarrollado en los últimos años la ciudad es sinónimo de la ausencia de un alto contenido cultural y, otros fantasmas menos amigables ahora deambulan por sus calles: mendigos, drogadictos, alcohólicos, raponeros y prostitutas han pasado a ocupar los espacios que en otrora lo hacíamos los ciudadanos de a pie, buscando en las bibliotecas espacios sublimes para sumergirnos en el mejor de sus mundos. Pero desaparecieron la Científica, la Dante, la Nueva…y con ellas, mis buenos amigos de los entrepaños y los ladrillos. Los urbanizadores, constructores y pésimos gobernantes los desplazaron para siempre.Hoy, reproduzco lo que me contó otro inquilino de mi vieja biblioteca, Pierre Félix Bourdieu en su extraordinaria obra La distinción: los hijos de padres con fuertes y superiores “capitales” escolares y culturales como producto de la constante lectura, reproducen mejores informes académicos, generan trayectorias biográficas y profesionales más sólidas y exitosas, adquieren entornos sociales con mayor riqueza cultural, desarrollan capacidades cognitivas que influyen de manera indeleble en su vida y los catapulta a un mundo con menos necesidades materiales pero contemplan con mayor avidez el arte pictórico, la música, el paisaje…Lea también: Ni tan educadaPor Junín, la avenida Primero de Mayo, el pasaje La Candelaria ya no hay espacio para los lectores ni para un sorbo de café con Octavio Paz y su Laberinto de la Soledad entre mis manos. Borges y sus secuaces tomaron sus viejas máquinas de escribir, sus tinteros, sus plumas y las resmas de papel, y se marcharon lo más lejos posible para no escuchar más el grito ensordecedor de los urbanistas, que los echaron de las librerías por no cumplir con sus propios planes de ordenamiento territorial.
Hace pocos días una periodista de esta casa editorial, para más señales Lina Viviana Castañeda Tabares, le hacía conocer a la ciudadanía de este país el panaroma oscuro que se avecina en lo que concierne al manejo de residuos sólidos. No es necesario repetir en esta columna muchas de las cifras expuestas por ella o, en su defecto, reproducir opiniones de expertos ambientalistas entrevistados, pero es necesario reflexionar un poco sobre varios aspectos que consigna la periodista en su investigación.Vea también: El principio 10 y la democracia ambiental¿Qué departamento, ciudad o país del mundo se puede dar el lujo de disponer de cientos de hectáreas para depositar miles de toneladas de residuos? ¿Cuántos alimentos y cuánto oxígeno se dejan de producir para cambiarlo por metano? ¿Cuántas hectáreas dedicadas a albergar montañas de basura podrían convertirse en bosque con todas sus bondades ambientales? No contar con una sólida educación ambiental es el resultado de su deficiente gestión, cruel reflejo de la nula gobernanza, de no poseer dirigentes y autoridades ambientales bien formadas en esta materia y de contar con ciudadanos despóticos con su entorno por falta de una acertada formación ambiental.Heike Freire prologando una gran obra escrita por Joseph Cornell (Compartir la naturaleza) pone el dedo en llaga y señala que en occidente se han dilapidado más de cincuenta años en educación y políticas ambientales sin lograr frenar la degradación de la Tierra, y que no requerimos de ser expertos ambientalistas ni científicos para que podamos percibir con toda claridad el grado de destrucción de los hábitats de este lado del planeta.James Gustave Speth, abogado y defensor medioambiental estadounidense, dramáticamente señala que ni nuestros enormes conocimientos ni la avanzada capacidad técnica, nos permitirá resolver los problemas medioambientales. Su explicación es obvia y pertinente: porque el problema está en otro lugar, tiene que ver con los sentimientos, con los valores y con las actitudes, y para manejar acertadamente estos intangibles, se requiere de un profundo cambio cultural, una transformación espiritual En otras palabras, lo que se requiere urgentemente es cambiar el modelo de educación ambiental en que nos hemos apalancado en las últimas décadas para resolver los problemas del medio ambiente. La educación tradicional, señala Freire, tiene como objetivo ampliar el saber de los niños, jóvenes y adultos con relación a su entorno natural y de su importancia para la vida; hay que enseñarles la forma de cómo gestionar sus actividades diarias de forma más racional y menos impactante. Y es aquí donde aparece el “pero” porque el medio ambiente pasa a convertirse en una asignatura más de la estructura curricular de la escuela, del colegio e incluso de la universidad misma. Su enseñanza es meramente intelectual, basada en conceptos, abstracciones e imágenes que en la mayoría de las veces riñe con la realidad a la que se le quiere direccionar. En otras palabras, sus contenidos se añaden al resto de las disciplinas en forma acumulativa sin que se examinen de forma criteriosa los libros de texto; se programan salidas de campo de manera que el educando pasa a memorizar datos, cifras, nombres, lugares pero no se relaciona, desde los sentidos, la emoción y la imaginación con la naturaleza, con su hábitat.De su interés: Educación ambientalTodas estas formas equivocadas de enseñar ecología y medio ambiente no ha permitido entender un concepto denominado déficit de naturaleza (Richard Louv) que hace visible los nefastos efectos que se tienen para la salud desarrollar una vida a espaldas de la naturaleza y, peor aún, permite visibilizar el síndrome de ecofobia (David Sobel) que hace alusión a una forma de pedagogía llamada sarcásticamente como pedagogía negra, enseñanza apalancada en el miedo por la forma como se desarrollan muchos materiales y las actividades de educación ambiental.Señores, a repensar el modelo educativo medioambiental.
En la frontera entre los Estados Unidos y México se eleva un monumento a la infamia: un muro cuya extensión es de aproximadamente 1.130 kilómetros que separa los Estados de Sonora (México) y Arizona (EE.UU.). La línea que dibuja el muro divide en dos a la ciudad de Nogales. La sección que se ubica al norte pertenece al condado de Santa Cruz, y la que se ubica hacia el sur, geopolíticamente pertenece a Sonora.Nos cuentan Daron Acemoglu y James Robinson en su libro Por qué fracasan los países que quienes viven al norte de esta ciudad cuentan con una renta media con unos 30.000 dólares al año por hogar; los adolescentes y adultos aseguran una educación de calidad, poseen un aceptable sistema de salud y su esperanza de vida supera los 75 años con acceso a los programas de asistencia sanitaria. En cuanto a los servicios básicos, el gobierno norteamericano ofrece electricidad, teléfono, alcantarillado, sanidad pública, carreteras en excelentes condiciones y conectan con el resto del país. Algo no menos importante: cuentan con democracia, ley y orden.En contraposición a lo que sucede al norte, la renta media de los hogares del sur es una tercera parte de la que tienen los nogalenses de Arizona. La mayor parte de habitantes adultos no cuentan con un título de secundaria y hay graves dificultades para que los jóvenes ingresen a escuelas de calidad; los índices de mortalidad infantil son altos y la esperanza de vida entre los adultos es mucho menor que la de sus vecinos. El acceso a muchos de los servicios básicos es limitado y la malla vial ofrece un notorio deterioro. En cuanto a la ley y el orden, estas brillan por su ausencia, lo que se traduce en delincuencia, corrupción e ineptitud.Vea también: América Latina desigualdad y populismo¿Cómo pueden existir dos ciudades tan diferentes pero que en realidad es una sola? La respuesta no es tan compleja: el sistema político en cada de las porciones de Nogales es una diferencia brutal. Al norte la democracia en su esplendor y al sur, la presencia de partidos políticos corruptos.Lo grave es que el fenómeno de Nogales se repite por toda Latinoamérica pero con muros invisibles: bandas delincuenciales en todo su apogeo, una pobreza galopante, desescolarización, desempleo, el hambre, el narcotráfico y la acechante muerte. ¿Su origen? El mismo de Nogales del sur como producto de la corrupción, el saqueo sistemático a los recursos públicos, la incapacidad de generación de empleo, el incremento de los impuestos y los precios de los alimentos básicos, el bajísimo desarrollo tecnológico y la escasa capacidad de innovación.Además: Frenar el populismoTitánico el reto que acaba de emprender el presidente Duque para desmontar todas esas barreras que a través del tiempo han dejado pésimos mandatarios (con algunas excepciones), pésimos administradores de la cosa pública y nefastas instituciones que no han velado por el buen uso de los recursos público; amén deberá por propiciar un rápido crecimiento tecnológico, la creación de instituciones inclusivas e instituciones políticas plurales. De no ser así, las ciudades colombianas, tal como Nogales, seguirán dividías imaginariamente y destinadas, no en poco tiempo, a ser verdaderas bombas de tiempo donde solo faltará quien oprima el botón rojo.
Con el triunfo de López Obrador en México, la izquierda y su populismo calenturiento, alcanza otra víctima más que servirá de vaca lechera para paliar los caprichos de las luchas ideológicas de los neocastristas y las inmensas necesidades económicas de Cuba, un parásito insaciable que a través de décadas ha devorado millonarias ayudas de Rusia, Europa del Este, China y Venezuela.El nuevo presidente manito ofrece unas características similares a las de Ortega, Maduro, Petro y demás especímenes de la izquierda, pues son políticos populistas e incendiarios y comúnmente carismáticos, los cuales consideran que el sistema político y económico que rigen a la gran mayoría de los países del mundo esclaviza a los ciudadanos y destruye sus culturas. Continuamente están señalando los problemas y las deficiencias del capitalismo y exhiben la pobreza y la desigualdad como plagas engendradas en este modelo económico, y que por lo tanto, exigen desarrollar nuevas propuestas y políticas económicas que plasmaron “con gran sabiduría” los Castro y que fueron emuladas por Chavez, Ortega y Maduro, ya traducidas en libreticas para mercar unos cuantos huevos, una pasta dental y una bolsa de arroz.Vea: Un absurdo congresoLa desigualdad no es un problema exclusivo de un sistema económico determinado, pues pobres hay en la USA de Trump, en la España de los reyes y en la Rusia de Putin. ¿Pobreza y desigualdad no son reales en Cuba, Venezuela, Corea del Norte? En Colombia, la desigualdad es tan real y persistente como en Italia donde se han cerrado 175 hospitales y con ellos se han desocupado 70.000 camas y se ha prescindido de más 15 mil profesionales.El populismo se alimenta de las estadísticas que arrojan la pobreza y la desigualdad y sus mayores exponentes en el país (Petro, Fajardo, Claudia López y su consorte, Mockus, Clara López y demás contratistas del Estado) consideran que el problema se resuelve de tajo eliminando la corrupción, exigiendo que políticos declaren sus bienes y reduciendo los salarios de los congresistas a través de consultas engañosas, cuya finalidad es catapultar sus aspiraciones a cargos de elección popular.¿Reducir salarios de congresistas es contar con grandes recursos para hacer fuertes inversiones y hacer crecer la economía del país, combatir la pobreza y reducir la brecha de la desigualdad? Pura demagogia barata y populista ¿Combatir la corrupción da certeza de un gobierno eficaz y honesto? Pregúntenle a Petro que tan eficaz fue en Bogotá o Fajardo en Antioquia y Medellín. Los votos para ambos en esta región del país dan fe de ello.En conclusión, el populismo es un decálogo de soluciones simplistas (aguacates por petróleo, por ejemplo) y falsas estrategias para emprender verdaderas soluciones a complejos problemas sociales y económicos.Lea: El engaño y la mentira como degradación humanaEl presidente electo tiene una agenda trazada y deberá incluir en ella estrategias de desarrollo (pues no basta hablar de estabilidad) que conduzcan a desmontar todo ese aparato populista que vienen implementado los herederos de los Castro y sus secuaces. Sabemos que la inmensa mayoría de los ciudadanos colombianos no están satisfechos con los resultados económicos que han arrojado en los últimos años las políticas liberales y abusivas que se han desarrollado en el país por parte de unos pocos y que han alejado a los sufragantes de los partidos tradicionales como el liberal y el conservador casi hasta su extinción, pero que a su vez, le han inyectado oxígeno a un grupeto de personajes abyectos con pretensiones mesiánicas.El populismo deberá ser derrotado con propuestas fuertes, contundentes, que resuelvan muy pronto los problemas de la magnitud que aquejan al país, pues de lo contrario, el eco ensordecedor de los populistas explotará en todas las plazas y parques de este atribulado país, y el retorno a la mieles de la libre empresa será tan lento y doloroso como el camino que discurre Venezuela y que acaba de emprender México.
El asunto está claro: el populismo en esta región del continente tiene origen en dos variables íntimamente ligadas como lo son la desigualdad y una clase política tradicional, añeja, corrupta, incapaz e insolidaria que contribuyen a la inestabilidad de su sistema económico del cual se han aprovechado unos cuantos encantadores de serpientes como Lula, Mujica, Maduro, Evo, Correa y Petro, para hacerle creer a un importante segmento de la población de que ha llegado la hora de cambiar nuestro sistema y que los salvadores de estos terruños, nacidos de las entrañas del Foro de Sao Pablo, son los poseedores de las pócimas extraídas de aguacates, berenjenas y lechugas como fórmula mágica de salvación. Con relación a la primera variable se precisa decir que en América Latina, tanto la desigualdad como la pobreza, han sido relegadas a un segundo plano por parte de los gobiernos de los países que la conforman para darle prioridad al crecimiento económico como única salida al problema. Estudios serios publicados por Oxfam en su documento intitulado Privilegios que niegan derechos: Desigualdad extrema y el secuestro de la democracia en América Latina han demostrado que si entre los años 2011 y 2019 la desigualdad fuera reducida en al menos cinco puntos, alrededor de unos 17,4 millones de personas estarían por fuera de la pobreza; pero si el ejercicio fuese al contrario, o sea, si se aumentara en cinco dígitos dicha desigualdad, esta produciría unos 18 millones de nuevos pobres. Por otra parte, el mismo documento relata que hasta hace pocos años, la población pobre de esta región ascendía al 44% pero se redujo al 28% en el 2012 (reducción de un poco más de 60 millones de personas), pero la desigualdad del ingreso per cápita sigue siendo la más alta del mundo.Así las cosas, dicha desigualdad encarna un peligro inminente sobre la sociedad en general de la región, pues tiende a incrementar la pobreza a velocidades insospechadas, alimentando los cordones de miseria de las principales ciudades, el abandono del campo, el incremento incontrolado de bienes y servicios y, por supuesto, la generación de violencia, lo que se traduce en un caldo de cultivo para el populismo rampante que ya ha hecho estragos en muchos de los países latinoamericanos y con tendencia a instaurarse, pero que a su vez hace trizas a los partidos políticos tradicionales de los países de la región y sin retorno alguno.Lea también Territorializar nueva consignaUrge reducir la brecha existente entre los más ricos y los que menos tienen (que es escandalosa): en el año 2013 el 10% de los más pobres tenían ingresos tan míseros que apenas alcanzaban el 1.3% del total de la región, entre tanto, el 10% con ingresos más altos se quedaba con el 37%. ¡Brutal! Y si se le echa una ojeada a lo concerniente a la riqueza y el patrimonio, el panorama es espeluznante: en el año 2014, el 10% de los más ricos de esta región del mundo acumulaban la bicoca del 71% de la riqueza y el patrimonio, en contraposición de un 70% los más pobres que apenas alcanzaron a acumular un 10% de dicha riqueza. ¡Un verdadero exabrupto¡Para más señales del porqué de tanto populismo en América Latina, señalemos que entre los años 2002 y 2015 la fortuna de los multimillonarios creció en un 21% promedio anual (creció seis veces más que el PIB de la región que fue de un 3.5% anual) y un 6% más alto que el crecimiento de la riqueza del resto del mundo. Rematemos: los multimillonarios de Latinoamérica, esos que cuentan con fortunas superiores a 30 millones de dólares son más de 14 mil (multipliquen, no más) y con su riqueza se podría eliminar la pobreza extrema de Colombia, Brasil, Guatemala, Honduras, Nicaragua, México y otros cuantos países más. ¿Si ven cómo es el asunto?En Colombia nos apura el populismo apalancado en el hambre, la pobreza, la violencia y el narcotráfico como producto de una pésima gestión centralista y sin escrúpulos desde hace ya muchas décadas. Vea: El despertar de las conciencias¡Estamos avisados!
El problema no es exclusivo de los países subdesarrollados pero parece un germen que se expande sin límites sobre ellos. Su ADN, parece compatible con todos los ciudadanos que deambulan por estos países, especialmente los de América Latina donde los peligros más inminentes sobre el planeta Tierra se desarrollan a velocidades vertiginosas como si existiese un afán inusitado por reducir a la mínima expresión la moral de raza humana, destruir los pocos ecosistemas que nos queda, incrementar peligrosamente sus poblaciones, destruir sus famélicas economías, romper el tejido social, en especial el familiar, multiplicar en forma indiscriminada la delincuencia hasta desbordar la capacidad de sus centros penitenciarios. La lista es larga.Vea también ¿La culpa es de la vaca?¿Por qué en pleno siglo XXI no logramos superar dicha problemática? ¿Por qué lo mejor que puede tener una sociedad que son sus niños y jóvenes son abusados, asesinados, maltratados y abandonados? ¿Por qué se funden en las drogas y el alcohol de forma frenética ante la mirada impávida de las autoridades y los gobernantes de turno?Esta crisis profunda de nuestra sociedad (y hablo ya directamente de Colombia) se yergue en un elemento fundamental: la pérdida de los valores en todos y cada uno de los estratos de esta. Los patrones de conducta a través de la moral, la ética, el respeto, la verdad, la libertad, la justicia, la honestidad, la responsabilidad, la equidad, la paz y la verdad han sido lanzados a lo más profundo de la alcantarilla con toda su fetidez.Duele ver cómo la verdad es manipulada y mancillada bajo el amparo de soportar el “good will” de una empresa o entidad, sin importar que detrás de este se escondan los más oscuros intereses personales de unos cuantos y sus arcas bancarias crecen desmedidamente mientras arrinconan a sus congéneres en las orillas de los ríos, o los obligan a “colgarse” de las breñas de las montañas donde padecen hambre, frío, enfermedades, mala educación y un largo etcétera que doblega sus valores. Y duele ver cómo en esta ciudad, la nuestra, aún se venden propiedades de cinco y diez mil millones de pesos como si tuviéramos cientos de empresarios exitosos y multimillonarios, mientras el comercio de las drogas se pasea por los parques, colegios y universidades intoxicando sus educandos y prostituyéndolos, mientras los carteles de las drogas tanto nacionales como extranjeros disparan sus balas y cosechan sus hojas. Y duelen los jóvenes y los adultos llenando plazas y estadios e izando las banderas desteñidas de los colores que representan a sus partidos políticos, encabezados por populistas, vendedores de ilusiones y maromeros de la verdad, pero sin ofrecer garantía alguna sobre la paz, la justicia y la equidad, convertidas estas en una quimera que cargan los sufragantes por las calles pedregosas y anegadas de sus barrios, con la esperanza de menos llanto, menos frío, un poco más de salud, un simple plato de comida, un mejor colegio para sus hijos y el abrazo solidario de sus vecinos.¿Saben qué mis queridos lectores? Si quiera se murieron los abuelos.Nota: A mi abuelo Germán, hombre de palabra precisa y de valores inconmensurables.
El documento Sociedad, poder y legitimación (McGraw-Hill Interamericana) recalca que el poder es algo abstracto que, sin embargo, produce efectos muy visibles sobre quien sufre las consecuencias de este y, consecuentemente a esto, implica una situación de dominio que se puede presentar tanto en el mundo laboral como en las relaciones de pareja, en la familia, etc. En otras palabras, las relaciones de poder hacen parte del pan de cada día, de la vida cotidiana misma y conducen a cambiar la conducta de otros en pro de imponer la propia, muy a pesar de la resistencia que puedan ejercer estos.Este mismo documento señala que es la filosofía política la que analiza los mecanismos de control que emplea el poder y que ejerce sobre los diferentes grupos sociales, así como las variopintas ideologías que permiten ejercerlo justificando las formas políticas tales como el Estado, los partidos, las instituciones y otras que son de poder diferentes como el poder coercitivo (capacidad de obligar a alguien a actuar de un modo determinado empleando, para ello, la violencia o las amenazas), el poder de recompensa (bienes materiales o servicios con los que se premia la disposición de alguien a modificar su conducta para cumplir la voluntad de otro) , el poder persuasivo (habilidad de convertirse en referente de otros) y el poder legítimo (poder respaldado por el derecho y la opinión pública, que se convierte así en autoridad)Puede interesarle: FotomultasAsí las cosas, el 14 de marzo del año en curso, se materializó en las calles de Medellín una de esas formas de poder (el coercitivo) como forma de expresión de incapacidad que ha revelado en los últimos años las autoridades de la ciudad cuando se trata de darle orden a esta en materia de movilidad.Los cepos, según la Secretaría de Movilidad, son una sanción moral para todo aquel conductor que se atreva a dejar su auto mal estacionado y se busca con ello mejorar la movilidad en las calles de la cuidad, pero si se mira con ojo crítico los lugares donde se ha impuesto dicha medida (placita de Flórez, Ciudad del Río, Belén, El Poblado, Laureles) no deja ser otra forma de abuso de autoridad, pues todas las medidas de control se han desembocado en estos sitios (cámaras de fotomultas, zonas de estacionamiento regulado, cepos…) afectando a una pequeña porción de habitantes de Medellín que de una u otra forma circulan por estos sitios bien sea por que habitan allí o por asuntos estrictamente de orden laboral, académico, social… ¿Alguien ha visto una cámara de fotomultas en barrios periféricos de esta ciudad? En ellos sí que circulan motos y autos a altas velocidades, motociclistas sin cascos, adelantamientos en semáforos cuando están en rojo entre otras graves violaciones a normas de tránsito. ¿Algún ciudadano de esta comarca ha visto en un barrio periférico poner un cepo? En esas empinadas calles también hay graves dificultades de movilidad por la inmensa cantidad de motos y autos mal parqueados pues sus aceras y carriles los han convertido en eso: en verdaderos parqueaderos sin regulación alguna.Los cepos, de acuerdo con algunos jurisconsultos se saltan el procedimiento de la audiencia, lesionan el derecho de la propiedad y, para colmo de males, perpetúan la situación irregular del auto, pues seguirá allí por mucho tiempo hasta que aparezca el dueño de este o sea trasladado a los patios correspondientes, y mientras tanto, la situación de movilidad seguirá igual o peor. En conclusión, el artilugio este no resuelve absolutamente nada.Pronto sobrevendrá otro adefesio: el día sin carro, otra forma de abuso de poder ante la incapacidad de resolver nuestros problemas ambientales y de movilidad, pero nuestros mandatarios solo conciben el poder coercitivo, pero son incapaces de reconocer las bondades de los otros tres poderes: el de recompensa, el persuasivo y el legítimo.Puede interesarle: Un impuesto social y ambiental
Seguramente fueron los españoles los que dieron origen el periodismo ambiental por allá en las décadas de los años 60 y 70 como consecuencia de un accidente de aviación con carga nuclear en Almería; posteriormente fue la defensa de los humedales de Daimiel que se querían desecar y la contaminación radiactiva que se presentó en el río Tajo. Es la época en que se pasa de la dictadura franquista hacia la democracia y con ello el periodismo asume posturas militantes alineándose con los movimientos ecologistas.En el año de 1976 aparece el diario El País que emulando a su homólogo Le Monde utiliza la palabra ECOLOGÍA para encabezar una de sus secciones; al año siguiente se conforma el Colectivo de Periodistas Ecológicos de Barcelona como primera iniciativa de asociación en derredor del periodismo ambiental del país ibéricoEn el año de 1980 la revista TIME publica en su portada una fotografía de la Tierra indicando que esta era seleccionada como “el personaje del año”, hecho que fortalece poderosamente esta rama del periodismo y surge como especialización ante las innumerables catástrofes ecológicas que se presentaban para esa década.Pero es la agencia EFE la encargada de darle la importancia que se requería al periodismo ambiental y partir de una sección que se conoció como “Cultura, Ciencia y Medio Ambiente” es que se crean los programas especializados en estos temas, con periodistas capacitados en el área, emitiendo diariamente información para más de 2.500 medios de comunicación. ¡Todo un portento!Y así, con el pasar de los años, el periodismo ambiental se ha ido fortaleciendo especialmente a través de la plataforma global EFE verde, que actualmente se configura como la iniciativa más importante en materia de información ambiental en el idioma español ya que desarrolla plataformas web, aplicaciones de información ambiental para celulares, programas de sensibilización y desarrollo sostenibleLea también: El principio 10 y la democracia ambiental¿Por qué hacer un pequeño recorrido por la historia del periodismo ambiental? La importancia de este así lo exige, máxime cuando lo que sucede en esta materia en Colombia aún no alcanza las dimensiones ni la importancia necesarias como para ser plasmado en cuanto medio de información masivo exista en el país y las problemáticas ambientales resisten poca discusión entre estos. Los programas de debates, tanto en radio como en tv interpretan encuestas amañadas, entrevistan “aguacateros” y “googleros” desenfocados de la realidad ambiental del país, pero no son capaces de revolcar los programas de los candidatos a la Presidencia en búsqueda de propuestas que ofrezcan soluciones a la destrucción de la Amazonia, a la putrefacción de los ríos, a la sobrecarga del CO2 en las atmósferas citadinas, a la ampliación de la frontera cocalera, al desastre de la ciénaga grande, a la pérdida de la biodiversidad, al derrame del petróleo por los cauces de los ríos, a la…El periodismo ambiental tiene una dimensión fundamental por lo que requiere desde ya secciones más amplias en los periódicos, más horas de información en la radio (Caracol, por ejemplo, tiene una hora semanal, mientras agota 10 por semana en debates políticos en el programa Hora 20), profesionales del periodismo formados y especializados en la materia para que su público objetivo se sensibilice, se conciencie y se forme.Más allá de la simple información, la sociedad colombiana requiere estar seria y fielmente informada sobre los aspectos más cercanos a los temas ambientales: soluciones inteligentes y viables, oportunidades de negocios, cambios de paradigmas, investigación y tecnología a favor de los recursos naturales, legislación ambiental que favorezca el control sobre los depredadores de los recursos naturales.Señores de la academia y de los medios de comunicación ¿Para cuándo un curso de periodismo ambiental? El suscrito es el primer alumno