Hay múltiples opciones para financiar tus estudios de educación superior, desde fondos públicos y préstamos privados hasta becas.
Un título universitario ofrece grandes ventajas laborales, pero obtenerlos no solo requiere sacrificios intelectuales sino también financieros.
Estudiar una carrera universitaria puede ser costoso, no sólo es el precio de la matrícula, también hay que tener en cuenta el sostenimiento y otros gastos asociados. Pero existen opciones para pagar la carrera soñada: prestamos educativos de cooperativas y bancos, así como fondo públicos y becas.
Las estadísticas del Sistema de Prevención y Análisis de la Deserción en las Instituciones de Educación Superior (Spadies) revelan que los estudiantes desertan menos cuando cuentan con ayudas financieras. Cerca del 20% de los estudiantes que ingresan se retiran tras el primer semestre porque no tienen el apoyo financiero suficiente para continuar.
Clara Margarita Yepes, coordinadora Icetex de la Universidad de Medellín, indicó que “la mayor cantidad de estudiantes desertores son por razones económicas dentro del núcleo familiar”, por lo que contar con apoyos financieros externos es una garantía de permanencia.
El Ministerio de Educación establece como fundamental en la promoción del acceso a la educación superior los créditos educativos ofrecidos por el Icetex en sus diferentes modalidades y el otorgamiento de subsidios de sostenimiento. El Icetex además de los créditos también otorga becas a estudiantes de pregrado y posgrado, algunas de ellas para realizar estudios en el extranjero.
Es de destacar que el buen rendimiento académico durante la carrera es fundamental para el sostenimiento de las becas y subsidios. Incluso muchas instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas, cubren hasta el 100% del valor de la matrícula a los mejores estudiantes de cada programa académico.
Natalia Mejía, coordinadora del laboratorio financiero de la Universidad de Medellín, señaló que los créditos brindan a los estudiantes “la posibilidad de acceder a la educación por sus propios medios. Existen instituciones de educación superior que tienen matrículas que nos son accesibles para el común denominador de la gente, universidades privadas con tarifas bastante altas. También existen instituciones con tarifas más accesible, sin embargo, no significa que todos puedan pagar la matrícula”.
Alberto Jaramillo, economista de la Universidad Nacional en el artículo El financiamiento de la educación superior en Colombia: Retos y tensiones (2010) apunta que “la cuestión central consiste, por una parte, en garantizar el cubrimiento de los costos de formación (…) por otra, en facilitar el acceso de más individuos a la educación superior, en desarrollo de políticas de ampliación de cobertura y de equidad”.
“Sin embargo, desde la perspectiva de las normas legales, los niveles inferiores de la escala (la formación técnica profesional y tecnológica) no son beneficiarios de los recursos previstos en la Ley 30 de 1992, la cual sólo contempla mecanismos de financiamiento de las universidades públicas”, concluye Jaramillo.
¿Cuál es el mejor crédito?
Hay diferentes opciones para escoger créditos, diferentes tasas y plazos, Yepes puntualizó que la mayoría toman los créditos dependiendo de las tasas de interés, pero este no es el único factor a tener en cuenta.
“Conviene revisar varias alternativas, porque probablemente la primera no sea la mejor. Hay que hacer un sondeo con las diferentes entidades que tienen una modalidad de crédito especial para el estudio”, comentó Mejía.
En Colombia, ocho bancos manejan créditos para este tipo de programas: Bbva Colombia, AV Villas, Bancolombia, Bancompartir, Banco de Bogotá, Banco Itaú, Banco Pichincha y Davivienda, así como diversas cooperativas.
Mejía agregó que el hecho de que las tasas dependen del riesgo que signifique la persona para la empresa. “Las tasa establecidas son solamente unas referencias que utilizan para que la gente se haga una idea de cuánto le pueden llegar a cobrar, sin embargo, no es exactamente igual para todo el mundo y no significa que esa sea la plata que vayan a cobrar”.
No hay un crédito mejor que los otros, simplemente hay créditos que se acomodan mejor a unas personas que a otros, por eso hay que conocer muy bien qué es lo que se busca y tener todo muy claro: las tasas de interés, los montos y los plazos de financiamiento, así como la variación mes a mes para evitar sorpresas en el futuro.