Una nueva forma de hacer lo mismo
El teletrabajo, las clases con apoyo en plataformas, los webinars, los foros virtuales, las video conferencias, son algunas nuevas experiencias de comunicación que tenemos al alcance, mientras se intensifica el confinamiento en casa. El desarrollo de la comunicación en línea y la proliferación de plataformas de comunicación de uso gratuito han sido decisivas para ampliar las posibilidades de intercambio, participación y comunicación en tiempo real, sin que ninguna persona tenga que moverse de sus lugares de residencia.
Una asamblea de estudiantes con una asistencia de más de 800 participantes, sostenida durante más de 10 horas; una conferencia con un aforo de 500 personas (límite impuesto por la plataforma) con una duración cercana a las dos horas; una ceremonia virtual de grado de 98 médicos con participación de las autoridades de la universidad y padres de familia; una rueda de prensa sobre un hallazgo científico que permitió conectar a más de 300 personas en tiempo real y trascender la noticia al contexto nacional e internacional. Estas y otras muchas actividades administrativas, académicas, científicas y gremiales fueron realizadas por la comunidad académica de la Universidad de Antioquia en las últimas semanas y tuvieron como común denominador la no movilidad de las personas de sus residencias.
Para muchos de nosotros, algunas de las anteriores actividades hasta hace poco no eran posibles o simplemente no eran apropiadas para desarrollar en un formato on line. Como lo expresó la estudiante de medicina que llevó la vocería del grupo que recibió el grado el viernes pasado: “… si nos estamos graduando de esta manera extraordinaria (mediante una video llamada) es porque somos extraordinarios, estamos ante un reto histórico y estoy segura que este grupo está a la altura para enfrentarlo.”
El teletrabajo que hasta hace poco se veía como algo exótico, no viable y con un manto de sospecha por su imposibilidad de ser controlado por el empleador, ha pasado de ser algo factible a ser una realidad, y ha mostrado que incluso se trata de una forma de trabajo más exigente y productiva que la presencial en el sitio de trabajo. El teletrabajo aminora el impacto en la movilidad de un grupo importante de personas, además de tener un efecto positivo en la disminución de la contaminación ambiental, y en el aumento del tiempo libre de los trabajadores con sus familias.
Indudablemente realizar la mayor parte de las actividades desde casa, con el apoyo de plataformas en línea, no sólo ha permitido el acceso gratuito a conferencias, cursos, reuniones, eventos sociales, entre otros, sino que también es una buena oportunidad para repensar la inversión que se deberá proyectar en los planes de desarrollo de las ciudades. Por ejemplo, me pregunto, si a la luz de lo que están realizando en la actualidad las universidades públicas y privadas, se justificaría la construcción de ciudadelas universitarias en los términos que lo propuso el alcalde Daniel Quintero en su programa de gobierno.
Realmente el foco debe ser la construcción de Ciudadelas Universitarias, dotadas con aulas, auditorios, laboratorios, parqueaderos, o por el contrario se requiere hacer un cambio de perspectiva conceptual, que redireccione recursos económicos a mejorar la conectividad gratuita de las ciudades, a otorgar becas de sostenimiento para estudiantes de bajos recursos económicos, al subsidio en la compra de dispositivos electrónicos para los ciudadanos, como computadores, tablets, smartphone, entre otros, que permita fortalecer las nuevas formas de interacción y comunicación en la educación superior, así como para soportar otras actividades que tienen efectos en el empleo, la movilidad y el acceso a la cultura. Con respecto a lo último, es interesante la agenda cultural de museos, bibliotecas e instituciones similares, dando acceso libre a diversidad de públicos para que dispongan sus contenidos de manera gratuita.
En el contexto internacional la experiencia del Instituto Minerva (Minerva Institute) puede resultar interesante para estudiar y tomar como referente. Minerva ha concebido un modelo pedagógico que combina conceptos educativos y metodologías de enseñanza de vanguardia con tecnología avanzada. Minerva no posee un campus y en su lugar concibe las ciudades en donde tiene sus oficinas (Berlín, Buenos Aires, Londres, Taipei, Seúl, Hyderabad y San Francisco (principal)), como los espacios urbanos en donde sus estudiantes realizan las prácticas, las pasantías y los ejercicios académicos. Con sólo siete años de creado el Instituto Minerva ya es reconocido como una innovación en educación superior, que le hace contrapeso a instituciones emblemáticas como Harvard y Stanford.
La pandemia nos permitió abrir una ventana en la línea del tiempo, que nos permite comparar dos formas de consumo cultural, antes y durante la crisis del Covid-19. En esta comparación encontramos que muchas de las actividades que veníamos haciendo continuaron sin mayor traumatismo, aunque esto significó un cambio drástico en nuestras maneras de relacionarnos e interactuar. El parón de las actividades humanas tuvo como consecuencia una disminución importante del consumo de combustibles fósiles, lo que permitió experimentar sus beneficios en la calidad del aire que se respira hoy en las grandes ciudades. Este sólo acontecimiento, mejor calidad del aire, debería ser tomado en cuenta para pensar en mantener en el tiempo, muchas de las nuevas maneras de hacer lo que siempre hemos realizado.