Se deben adoptar las soluciones atinentes a problemas estructurales de la sociedad, ya que afectan a los más pobres.
Formular un llamado a la unidad nacional en la lucha contra la pandemia que nos agobia, es un imperativo fundamental que debemos atender todos los colombianos, sin distingo de matices e ideologías.
Por eso me parece una loable misión de todas las personas, entidades, asociaciones y gremios económicos que han escuchado el clamor de los ciudadanos para que se pongan al frente de esta lucha, sin trazas de egoísmo, tocados en su sensibilidad por los efectos de esta tragedia. Apoyar al Gobierno en las decisiones que está tomando es una muestra de grandeza, al deponer los intereses personales en favor de las apuestas colectivas y humanitarias. Cosa distinta es saber enfatizar en las soluciones atinentes a problemas estructurales de la sociedad, que recaen en los más pobres, para resolver acertadamente los de la coyuntura.
Han salido a flote problemáticas no resueltas, sobre todo de índole económica y social. El virus ha desnudado la enorme informalidad del empleo, y en consecuencia la miseria que soporta la gran mayoría de nuestros compatriotas. Resulta intolerable que el empleo informal sea del 60%, que concentra a las familias que sobreviven con el rebusque diario. Son las que por estos días protagonizan amplias movilizaciones de protesta, que no siempre obedecen a la incitación de saboteadores o de políticos corruptos. Son hombres y mujeres del común, que salen a las calles empujados por el hambre, pues el apoyo que ofrece el Gobierno no alcanza para suplir al menos sus necesidades básicas.
La gestión de los gobiernos nacional y locales orientada a llevar hasta esos hogares mercados y subsidios, solo cubre a algunos: paños de agua tibia ante las graves dificultades. Además, el proceso de entrega ha sufrido distorsiones propiciadas por los corruptos, que medran donde hay contratos y recursos. De allí la importancia de las pesquisas que adelantan los órganos de control, que deben llevar a la identificación y judicialización de sus protagonistas, que se lucran del dolor y penurias de millones de compatriotas. En general el Gobierno Nacional se ha mostrado tímido frente a los grandes capos de la corrupción, mientras que la Fiscalía considera de la mayor urgencia dedicarse a perseguir a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, líder indiscutible en el manejo de esta emergencia.
Hago notar que muchos empresarios y gremios económicos están sumando apoyos de todo tipo en la lucha contra el coronavirus, pero no faltan quienes desestiman la situación, e insisten con su propuesta de implantar el trabajo por horas. Llegan incluso a sugerir que los trabajadores renuncien al 33% de sus salarios. La cosa no es por ahí, señores: todas las ganancias obtenidas en periodos anteriores deben ser revisadas, para que esas organizaciones aporten decididamente en la mitigación de esta catástrofe. Que no olviden que la mejor inversión está en la mano de obra y en la contribución de la clase media al robustecimiento del capital.
Por eso considero de la mayor importancia que se busquen mecanismos para financiar la nómina empresarial por unos meses, iniciativa que le corresponde al gobierno, a los gremios económicos y a la banca. Esta última ha sido indolente; bajo presión, propone préstamos en condiciones poco favorables para los pequeños y medianos empresarios. Olvida el escandaloso monto de utilidades que obtuvo, solo el año pasado, cercano a los 13.5 millones de dólares. Es momento de gestos de grandeza, así que ahora la banca debería ser más generosa. A la vez que el cambio de Modelo económico debe ser un objetivo a lograr y me refiero al modelo que dispone la Constitución de 1991 y el cual no se aplica en el país.
De otro lado, las denuncias del general Juan Carlos Buitrago, luego de su renuncia al cargo, exigen la más seria investigación, pues comprometen a personas cercanas al Gobierno y al Centro Democrático. Hay que recordar que los portavoces de ese partido exhiben una actitud de pobre respaldo a las medidas de Duque en la lucha contra la pandemia. Han resultado infortunadas las recientes declaraciones de la señora Cabal, la solicitud de cierre del Congreso de otro parlamentario, y el menosprecio a las víctimas del conflicto y de la pandemia que caracteriza a la señora Paloma Valencia. El presidente tiene la posibilidad de distanciarse de estas posiciones, ahora que su popularidad parece pelechar un poco.
@JaimeFajardoLan