La parálisis del Gobierno Federal no encuentra una salida pues tanto Trump como los demócratas en el Congreso se refugian en su trinchera
Todo indica que el arte de negociar ha dejado de ser la prioridad para los políticos en Washington. Históricamente, en política no hay posturas extremas y las partes tarde que temprano encuentran la forma de solucionar las diferencias. La parálisis del Gobierno Federal no encuentra una salida pues tanto Trump como los demócratas en el Congreso se refugian en su trinchera. El centro de la discordia son los fondos para la construcción del muro que no va a resolver los problemas de seguridad en la frontera.
Es preciso destacar que el Congreso como órgano de poder independiente es quien aprueba el presupuesto de funcionamiento de las distintas agencias federales y el ejecutivo tiene la opción de vetarlo. A pesar de que a comienzos de diciembre hubo un acuerdo partidista, el presidente Trump dio marcha atrás luego de la arremetida de la derecha recalcitrante que no cede en su empeño por dividir y cerrar las puertas a los inmigrantes.
Después de casi un mes, cerca de 800.000 trabajadores siguen sin recibir salarios. El drama de las familias se ve reflejado en la imposibilidad de adquirir lo esencial como comida, el pago del arriendo, medicinas y gasolina para transportarse. Lo mismo ocurre con miles de contratistas independientes que hacen posible numerosas tareas de construcción y mantenimiento. Una incertidumbre por el futuro inmediato y unas consecuencias que se agudizan con el paso de los días.
Las filas en los aeropuertos son interminables por la falta de personal que cuida de la seguridad a la hora de abordar los vuelos domésticos e internacionales. Las autoridades del aeropuerto de Miami tuvieron que cerrar una de las terminales pues no contaban con guardias suficientes para atender la demanda de pasajeros.
La suspensión de actividades esenciales en distintas agencias federales ha impactado a varios sectores económicos a saber: la Administración de Pequeños Negocios encargada de aprobar préstamos cuenta con un mínimo de funcionarios afectando al comercio y la industria. Un numero creciente de parques nacionales, museos y sitios históricos cerrados. La basura acumulada, sanitarios en condiciones antihigiénicas y varios casos de vandalismo reportados. El turismo y los negocios que dependen de su funcionamiento paralizados.
En los Estados Unidos la Administración de Alimentos y Medicinas cumple una función primordial en el control de enfermedades a través de inspecciones rutinarias a sitios que producen verduras, quesos y otros alimentos de la canasta familiar. La aprobación de nuevas medicinas es otra de las áreas en las que la FDA está involucrada.
La construcción de vivienda familiar depende de que los préstamos que requieren el respaldo de la agencia federal, reciban el visto bueno. Los agricultores del Medio-este, la despensa productora de maíz, soya y sorgo no están recibiendo información que les ayude a decidir qué tipo de cosecha deben sembrar. Las Cortes de inmigración que por su alto volumen de casos tienen enormes dificultades para agilizar procesos de visas, reunificación familiar y deportaciones sufren como ninguna el cierre administrativo.
La economía mientras tanto comienza a mostrar una disminución en la dinámica productiva y de servicios. Difícil calcular con exactitud las cifras, pero hasta los más optimistas la estiman en miles de millones de dólares.
Los anteriores son apenas algunos de los ejemplos que ilustran los efectos de la sinrazón de un gobierno incapaz y una bancada demócrata radicalizada, que tienen al país secuestrado por el egocentrismo de un presidente que depende para gobernar de lo que Fox News le indique, de una derecha dirigida por ideólogos extremistas y del apoyo de solo una tercera parte de la población norteamericana. En otras palabras, un país de sordos.