Un joven venezolano y sus ganas de comerse al mundo

Autor: Luisa Fernanda Sierra García
12 diciembre de 2017 - 05:00 AM

Winner Joel Castellano logró ganarse una de las becas de Ser Pilo Paga y hoy cuenta con orgullo como ese sueño fue el que lo trajo a tierra colombiana.

 

Medellín

Con tan solo 15 años, y una cabeza llena de ideas, sueños y metas, Winner Joel Castellano tomó una de las decisiones más importantes y duras de su vida: dejar su familia en Venezuela y venirse a probar suerte a Colombia.

A pesar de que la mayoría de sus familiares son colombianos, y él cuenta con doble nacionalidad, fue la situación de escases, inseguridad y crisis del país en el que nació lo que lo hizo pensar en buscar un mejor futuro y seguir los pasos de su tía y primos que decidieron en el 2015 mudarse a Medellín.

“Mi niñez fue muy buena porque no había crisis en Venezuela, sólo me tenía que preocupar por jugar y estudiar, pero al pasar de los años, cuando todavía Chaves estaba vivo, la situación comenzó a cambiar, había mucho robo común, empezaron a escasear los alimentos y hasta mataban gente en la calle sin que nadie hiciera nada al respecto, la Policía de Venezuela no hace nunca nada ante la criminalidad”, comentó Winner, quien confesó haber sido víctima en repetidas ocasiones de robos, a pesar de su corta edad.

Su vida académica en Venezuela fue en un colegio privado ya que la educación pública es “un desastre”, tal y como aseguró, lo que lo llevó a adaptarse a un nivel de exigencia en el que hasta pasaba noches en vela terminando las tareas del día.

“Mientras que tú en un colegio público de Venezuela puedes pagar para pasar un semestre, en un colegio privado te exigen hasta tesis”, comentó el joven, mientras aseguraba que son muy pocos los colegios públicos de calidad en su país.

Un futuro mejor

Terminando de cursar el grado 9º, Winner, lleno de seguridad pero con una tristeza que invadía su cuerpo, decidió confesarle a su madre que quería terminar sus estudios en Colombia ya que no aguantaba por lo que pasaba su país y lo único que quería era un buen futuro.

Pese a que muchas personas le dijeron que el nivel de educación en Colombia era mucho más complicado que en Venezuela el estudiante no parpadeó un segundo para cambiar de decisión, su motivación era que quería ganarse una beca que lo llevara hasta la universidad.

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“Yo estaba cansado de que me pasaran cosas malas en Venezuela, como allá prácticamente no hay ley todo el mundo hace lo que quiere. Cuando llegué a Colombia vi cosas muy distintas, como que hay cuatro semestres mientras que en Venezuela son tres y el año escolar inicia en Septiembre, cuando aquí es de enero a noviembre”, explicó el joven, quien valerosamente se enfrentó a una realidad distinta.

Una realidad que no sólo fue en el ámbito educativo sino monetario: “Luego de un viaje de 36 horas llegué a la frontera colombiana y cambié 50.000 bolívares y me dieron solo $220.000, fue muy duro porque con ese dinero mi papá compró en 2009 su auto, entonces ver que el bolívar está tan devaluado en este país también me dejó en shock" y se sintió extraño.

El inicio de la búsqueda de colegio tampoco fue muy agradable, ya que ninguno quería aceptarlo debido a que le faltaban las notas de su anterior institución, tema que sólo lo dejaba con dos opciones: realizar un examen que determinaría a qué grado iría, o esperar sin tiempo establecido que le enviaran desde Venezuela sus notas apostilladas, proceso complejo, como comentó, debido a la corrupción que se maneja en todos los trámites.  

Sin embargo, y tras una larga búsqueda, la Institución Educativa Samuel Barrientos, en el barrio La América, decidió aceptarlo con los papeles que tenía en Colombia pero sin oficializar su matrícula hasta que no mandaran sus notas anteriores. Fue ahí cuando inició su proceso en un colegio público colombiano.

“Yo al principio no hablaba mucho porque no conocía a nadie, además no entendía muchas de las cosas que hablaban, por lo que fue algo introvertido el inicio de mi año escolar, ya luego fui cogiendo campo y confianza y me fui adaptando a este nuevo espacio, hasta descubrí que existe el Gobierno Escolar, lo que en Venezuela es impensable”.

Ese fue justo uno de los cambios que más le llamó la atención, el conocer que existía la democracia estudiantil, la voz latente de los estudiantes y un líder que hiciera que estas fueran escuchadas, lo que lo motivó en el 2017 a ser candidato a la personería estudiantil, meta que logró alcanzar al tener el apoyo de más del 50% de sus compañeros.

Liderazgo y empeño

“Fue una etapa muy enriquecedora porque conocí a los estudiantes de todos los grupos, me integré más y pude poner en marcha un proyecto contra el consumo de las drogas que fue muy importante en la institución”, precisó Winner.

El proyecto nombrado “Me importas compañero”, realizado por el gobierno estudiantil en vista de la problemática de consumo de drogas, logró entrar en la estrategia de la Secretaría de educación “El líder sos vos”, para posteriormente ganar en la categoría Ideas de Proyecto en un programa de la Comuna 13 en el que les otorgaron una inversión de $1.800.000 para poner en marcha su idea, además de ganar un intercambio a Quindío donde contó su experiencia y escuchó los proyectos exitosos de las demás regiones.

“Este año fue muy gratificante para mí, nunca me imaginé que podría llegar a hacer tantas cosas buenas, por mí y por mis compañeros, poder desarrollar mi liderazgo y conocer qué podría llegar a hacer”, aseguró el joven, quien con dedicación, empeño y esfuerzo logró obtener un puntaje de 395 en las Pruebas Saber Icfes del presente año y entrar al beneficio de Ser Pilo Paga para estudiar en la universidad que quisiera, sueño que lo trajo inicialmente a Colombia.

“Yo desde que llegué tenía en mente sacar un muy buen puntaje en las pruebas y todos los ratos que tenía libre los dedicaba a estudiar y repasar para poder tener un buen puntaje. Aunque ese día de la prueba fue muy estresante salí muy feliz porque sabía que lo había hecho muy bien”.

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Camino a la universidad

Pese a haber pasado a la Universidad Nacional y a la Universidad de Antioquia, ambas a la carrera de Economía, Winner aceptó entrar en el programa Ser Pilo Paga y escogió para su futuro la Ingeniería Mecánica, la cual iniciará en los próximos meses en la Universidad Eafit.

Su interés por las matemáticas y la física no fue extraño para ninguno de sus compañeros, ni para él, que sacó 100% en la parte de razonamiento lógico de las Pruebas Saber Icfes.

De acuerdo con su exprofesor de Física, Juan José Gastelbondo, el joven siempre se destacó en las materias que incluían las matemáticas, hasta fue escogido entre un reducido grupo para ser parte de los Newtonianos, grupo de estudiantes con los que realizaba trabajos de campo fuera de los horarios de clase y en los que practicaban ejercicios de ciencias exactas.  

Desde que el joven inició se le notaban las aptitudes académicas que tenía, él cuenta con unos muy buenos hábitos de estudio y de disciplina, en repetidas ocasiones me manifestó las ganas que tenía de triunfar y salir adelante, de prepararse en la vida. Siempre ha sido muy proactivo, le gusta indagar, preguntar, ir más allá de lo que el profesor da”, explicó Gastelbondo.

Añadió además que desde 11º manifestó su gusto por la ingeniería y que ese sería el camino a escoger cuando tuviera que determinar su carrera.

“Creo que el trabajo de los semilleros fortaleció esa inclinación de Winner por la ingeniería, además, las salidas de campo logran abrir ese espectro en los estudiantes donde ven en realidad que quieren para sus vidas”, comentó el profesor.

Un camino que no fue fácil, el cual le tocó caminar sin la mano de sus padres, pero siempre con la motivación al frente y sin perder de vista su objetivo. Hoy Winner cuenta orgulloso como las circunstancias malas de su país lo trajeron hacia un futuro exitoso y productivo en Colombia, a donde llegará el próximo año su familia para empezar una nueva etapa juntos.

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