El Plan Nacional de Desarrollo (PND), en el artículo 187, ordena su armonización con el Plan Nacional Decenal de Educación (PNDE) 2016-2026, dando cumplimiento a la Ley 115 de 1994.
Un experimento de política pública educativa se encuentra en el PND (Ley 1955 del 25 de mayo de 2019) del gobierno del Presidente Duque; dice el artículo 187: “En cumplimiento de lo ordenado por la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), la política educativa del Gobierno nacional contenida en el presente Plan Nacional de Desarrollo deberá armonizarse con los propósitos y lineamientos del Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026. Con el fin de fortalecer la planeación educativa en las regiones, los departamentos, distritos y municipios articularán y armonizarán sus Planes de Desarrollo en materia educativa con lo dispuesto en el Plan Decenal de Educación 2016-2026 y en el Plan Nacional de Desarrollo.”
La Ley General de Educación, en el artículo 72, ordena al Ministerio de Educación Nacional la formulación de un Plan Nacional Decenal de Educación (PNDE), coordinado con los diferentes entes territoriales, el cual deberá ser evaluado y revisado de manera permanente, y considerado en los planes nacionales y territoriales de desarrollo. Lo novedoso del artículo 187 del nuevo PND es que, por primera vez, el carácter indicativo del PNDE cambia a un carácter vinculante, lo que convierte en política de Estado los propósitos y lineamientos del PNDE formulado para el período 2016-2026, obligando al Ministerio de Educación Nacional y a las gobernaciones y municipios, a que formulen sus iniciativas en educación y proyecten la inversión de los recursos públicos para alcanzar las metas señaladas en el PNDE.
Esta directriz del PND de armonizar los planes educativos nacionales, departamentales y municipales, teniendo como foco lo planteado en el PNDE 2016-2019, denominado: El camino hacia la calidad y la equidad, es muy significativo, en la medida que envía un mensaje de que en educación se pueden trazar políticas sectoriales que deben concitar la voluntad de todos los niveles del sistema nacional de educación.
Con esta decisión de hacer el PNDE vinculante, tendremos la posibilidad de ver por primera vez en Colombia a los próximos gobiernos regionales, que se posesionarán el primero de enero de 2020, formulando sus planes de desarrollo en educación, atendiendo a los propósitos y lineamientos, que se recogen en el documento del PNDE El Camino hacia la Calidad y la Equidad.
La armonización del plan de desarrollo nacional con el PNDE y con los próximos planes de educación departamentales y municipales, es un acierto; como experimento de política pública, estoy convencido que tendrá grandes implicaciones para el país. El PNDE formula diez grandes desafíos estratégicos, que van desde regular y precisar el alcance del derecho a la educación, pasando por la construcción de un sistema educativo articulado, participativo, descentralizado, hasta la construcción de una política pública para la formación de educadores.
Es una buena noticia, que un nuevo gobierno que ha establecido una confrontación abierta con las iniciativas desarrolladas por su antecesor, decida validar y dar continuidad al PNDE, que fue elaborado con el concurso de un amplio consenso y que demandó un trabajo serio de muchas personas y organizaciones públicas y privadas. El talante de la ministra María Victoria Ángulo es garantía para que se vean los frutos, en todo el territorio nacional, de la implementación de esta política pública.