Aparte de los dos tipos de sexo que existen en los registros, "femenino" y "masculino", el estamento alemán pidió que haya un tercero, calificado como "diverso" o "intersexual".
El Tribunal Constitucional alemán instó este miércoles a la Administración a permitir en el registro de nacimiento la inscripción de personas con un tercer sexo (ya sea como "intersexual" o "diverso") además de "femenino" y "masculino". La sentencia argumenta, basándose en el derecho constitucional a la protección de la personalidad, que las personas que no son ni hombres ni mujeres tienen derecho a inscribir su identidad de género de forma "positiva" en el registro de nacimiento.
El fallo supone un paso más allá en la adquisición de derechos de las personas intersexuales en Alemania, que en 2013 lograron por una reforma legal que se permitiese a los padres de recién nacidos que no tuviesen que registrar obligatoriamente a sus hijos como mujeres o varones en el registro civil si no se podía determinar con claridad su género.
El Bundestag (Cámara Baja alemana) tiene ahora hasta finales de 2018 para articular legalmente la decisión del Tribunal Constitucional, apunta la sentencia, que es firme. El fallo, que revierte las sentencias previas, incluida una del Tribunal Supremo, responde a la querella presentada por una persona intersexual, que exigía su derecho fundamental a no ser registrado por la administración como "hombre" o "mujer" sino como "intersexual" o "diverso". La persona demandante estaba inscrita en el registro civil como mujer, pero un análisis de sus cromosomas presentado evidenciaba que no podía ser calificado ni como hombre ni como mujer.
La reforma legal de 2013, que seguía la recomendación del Comité Ético Alemán, establecía que "si un bebé no puede ser identificado como perteneciente al género masculino o femenino, se dejará sin rellenar el apartado correspondiente en el registro de nacimiento". Fuentes del Ministerio de Interior indicaron entonces que el objetivo de la ley era "quitar presiones a los padres" para que inmediatamente después del nacimiento del bebé den por establecido el sexo de éste, lo que en caso de duda puede llevar a "decisiones precipitadas" o incluso operaciones médicas.
Hasta ese momento, los padres estaban obligados a inscribir a sus hijos una semana después de su nacimiento, a más tardar, registrando ahí su sexo. El registro de los intersexuales había supuesto hasta ese momento un desafío para el Legislativo, por tratarse de bebés en que no aparece definida una identidad sexual masculina o femenina determinada, sino que en ellos conviven señas cromosómicas u hormonales de ambos sexos. Se estima que en Alemania hay aproximadamente 80.000 intersexuales, algo menos del 1 % de la población.