“Para mi la Educación es el más importante bien social de una comunidad”. Beatriz Restrepo Gallego (q.e.p.d)
Es difícil agregar algo más a las diferentes expresiones de pesar por la partida de Beatriz Restrepo Gallego; personas más autorizadas han escrito sobre el legado que deja Beatriz: la importancia de sus aportes a la reflexión sobre la ética y la política, la magia de su personalidad y su decidido compromiso con la Educación.
A pesar de sus quebrantos de salud y su agenda derivada de la participación en comités y consejos asesores y directivos, Beatriz Restrepo nunca se negó a prestar su concurso en actividades que tuvieran que ver con la Educación. Tuve la oportunidad de coincidir en varios espacios de ciudad en donde se analizaban asuntos relacionados con la Educación y pude constatar su genuino interés por aportar, hacer preguntas que permitían orientar las discusiones y, sobre todo, escuchar y valorar lo que las otras personas aportaban o simplemente opinaban. Este actuar estuvo íntimamente ligado con su labor como Pedagoga.
La Facultad de Educación tuvo el privilegio de tenerla como integrante del Comité Honorario que se conformó para la celebración de los 60 años de la Unidad Académica. En este Comité también participaron los profesores Vladimir Zapata Villegas, Bernardo Restrepo Gómez, Alberto Echeverri Sánchez, Guillermo Londoño Restrepo y Martiniano Jaime Contreras. Durante un año disfrutamos el acompañamiento de este distinguido grupo de personalidades en las diferentes actividades académicas y culturales que se programaron.
En algún momento Beatriz me confesó que nunca había estado tan compenetrada con la Facultad de Educación y que se sintió a gusto con este acercamiento. No fui su alumno, ni tuve la oportunidad de tener a Beatriz como colega en la Universidad de Antioquia, pero considero que los espacios que logramos compartir fueron muy significativos y edificantes. Fui afortunado al conocerla, al escucharla y al intercambiar puntos de vista sobre su pensamiento sobre la educación, en desayunos que se convertían en tertulias en San Fernando Plaza.
Ojalá la Facultad de Educación recoja el legado que Beatriz deja en el campo de la educación política y ética y lo convierta en tema de estudio en los programas de formación de profesores y/o que lo pueda dar a conocer a través de programas educativos, de la misma manera que en la actualidad lo está realizando con el legado de Héctor Abad Gómez.
En esta época aciaga, referentes morales como Beatriz Restrepo Gallego nos impulsan a ver con mejor optimismo el futuro. ¡Hasta siempre!