El director del Festival Coral de Medellín, Jorge Hernán Arango, revisa la trayectoria de la maestra Teresita Gómez, la pianista más destacada del país, quien este 2017 ha recibido diversos homenajes, a propósito de la celebración de 60 años de su carrera artística.
Jorge Hernán Arango
Teresita Gómez se distingue como una de las más destacadas pianistas colombianas desde los años 60 del siglo pasado. Ha llevado al más alto grado de perfección el arte de la ejecución pianística. Los ejecutantes, a pesar de ser el vínculo esencial entre la creación musical y los auditores de esta, a pesar de que son quienes dan “vida sonora, real” a lo que estuvo en la mente del compositor y que queda después plasmado en un papel, son muy poco favorecidos con estudios musicológicos. Por lo general, quien trata de investigar sobre ellos encuentra sólo críticas breves en diarios y comentarios igualmente breves en revistas. El caso de Teresita resulta especial, ya que parte importante del interés que presenta para los estudiosos está relacionado con sus dotes y su quehacer como intérprete.
En la actualidad, la mujer artista no sólo debe enfrentarse a los problemas de su propio desarrollo psicológico femenino, sino que además se ve obligada a abrirse camino en un mundo de hombres. La posibilidad de una mujer artista de triunfar en su profesión es consecuentemente más difícil que la del hombre. En mi opinión, su batalla es dos veces más ardua. El juicio anterior, formulado en la segunda mitad del siglo XX, alude a una realidad que en las diez o más décadas anteriores era indudablemente más dura aún. El machismo atravesaba la sociedad y la “cultura occidental” trasplantada a América. La posibilidad del cultivo de la música existía para la mujer, pero con limitaciones claras. El tocar el piano en el salón hogareño por la señorita o las señoritas de la casa fue durante al menos un siglo y medio un elemento importante de la educación y la actividad social de las jóvenes. Más allá de los límites del salón, comenzaban las dificultades a veces insuperables.
Teresita Gómez forma parte de aquellas mujeres que superaron las limitaciones que socialmente se imponían al sexo femenino y pudieron llegar a las mayores alturas en el arte musical. Su condición personal y una vocación a toda prueba hacia la ejecución pianística la llevaron a esas cimas.
En la vida de Teresita las dificultades no influyeron decisivamente en el desarrollo de su carrera musical, pero sí significaron para ella retos, que se agregaron a otros también derivados de esa condición. Su maestro supo descubrir en ella todas las capacidades que tenía desde niña y él, el maestro Pietro Mascheroni, que la trataba como si fuera su hija, la preparó para que enfrentara un mundo que hoy le reconoce lo grandiosamente dotada, inteligente y genial.
Preparada de la manera más acertada por el insigne maestro italiano, esta mujer ha llegado a ser una artista que ha despertado la admiración de todos los que la hemos escuchado y entre éstos se cuentan los principales músicos y pianistas de Colombia, todos los cuales le asignan un lugar prominente entre los pianistas contemporáneos. Existe una opinión unánime: Teresita Gómez domina victoriosamente toda la técnica, su seguridad es asombrosa, su interpretación es profunda y espiritual, su sonido de una finura tal que sólo puede ser comparada con la de los grandes maestros de la actualidad. No cabe duda alguna de que Teresita Gómez conquistó el mundo como artista.
En cada presentación demuestra ser una pianista de refinamiento y conmovedora humanidad.
Quisiera rematar este corto escrito sobre Teresita diciendo que Colombia y el Mundo le debemos la gratitud perpetua por haber hecho de la música Colombiana para piano una de las expresiones que le dan trascendencia y permanencia universal, comparada a las expresiones estéticas recogidas de la cultura musical europea del siglo XIX.
Cinco datos sobre Teresita Gómez
1. La carrera de Teresa Gómez, mejor conocida como Teresita, comenzó cuando apenas tenía cuatro años en el Instituto de Bellas Artes de Medellín, su ciudad natal, de la mano de la profesora Anna María Penella.
2. Su proceso de formación musical continuó en el Conservatorio de la Universidad Nacional de Bogotá y luego en el Conservatorio de la Universidad de Antioquia. Fue agregada cultural de la Embajada de Colombia en Berlín, Alemania, labor que aprovechó para difundir la música de diferentes compositores colombianos.
3. París, Madrid, Bucarest, Varsovia, Brasilia, Quito, La Habana y Ciudad de México han sido algunas de las ciudades que han conocido su interpretación al piano.
4. Cuando cumplió cincuenta años de vida, el Gobierno Nacional le otorgó la Cruz de Boyacá Grado Comendador y después la Universidad Nacional la homenajeó entregándole el doctorado Honoris Causa.
5. La maestra ha tocado como solista con agrupaciones como la Orquesta Sinfónica de Colombia, la Orquesta Sinfónica Nacional de La Habana y la Orquesta de Polonia, entre otras.
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