El país nórdico decidió responder con cifras a las menciones que hizo Donald Trump sobre el presunto aumento de la inseguridad y un supuesto atentado terrorista que el presidente de Estados Unidos utilizó como argumento para defender sus medidas migratorias y los vetos de inmigrantes de algunas nacionalidades.
El Gobierno sueco ha lanzado una campaña con "datos" sobre su política migratoria y cifras de delincuencia en respuesta a las menciones del presidente de EE.UU., Donald Trump al país nórdico.
"Recientemente se ha difundido información simplista y a veces completamente inexacta sobre Suecia y la política de inmigración sueca", asegura el Ejecutivo en un apartado de su página web en inglés, donde, sin citar a Trump, el Ministerio de Exteriores busca desmontar con cifras y argumentos las que considera las acusaciones "más comunes".
Trump, que ayer volvió a citar a Suecia como ejemplo de los peligros que, a su juicio, conlleva acoger inmigrantes, dio a entender el pasado sábado en un mitin que el día anterior se había perpetrado un atentado en el país nórdico, declaraciones que matizó posteriormente.
“El único intento conocido de atentado como tal fue en 2010. Nadie resultó afectado, salvo el atacante", afirma el Gobierno sueco como primer "dato", recordando el ataque fallido que protagonizó un sueco de origen iraquí en el centro de Estocolmo.
Trump aclaró después que se había referido a un reportaje de Fox en el que se relacionaba la llegada de inmigrantes a Suecia con un aumento de la delincuencia, pero el Ministerio de Exteriores también sale al paso.
"En términos generales, la violencia ha disminuido en Suecia en los últimos 20 años" explica, antes de reconocer que las violaciones sí se han incrementado y de pedir que se valore ese dato con precaución.
"El número de denuncias por violación en Suecia ha aumentado. Pero la definición de violación también se ha ampliado con el paso de los años, lo que hace difícil comparar las cifras", se señala en la página.
Según apunta el Gobierno, puede llevar a equívoco comparar los datos con los de otros países, porque muchos actos que la ley sueca considera violación y no están tipificados así en otros países.
Del mismo modo responde al eurodiputado británico Nigel Farage, quien aseguró que Suecia, que "en términos relativos ha acogido a más hombres jóvenes inmigrantes que ningún otro país en Europa, está sufriendo una dramática subida en los crímenes sexuales".
"Tanto es así que la ciudad sueca de Malmö, es ahora la capital de las violaciones en Europa", afirmó el euroescéptico Farage, uno de los primeros políticos europeos que se entrevistó con Trump tras su victoria electoral.
Las criticas externas han encontrado eco en el partido ultraderechista Demócratas de Suecia, la tercera fuerza de su parlamento, lo cual motivo a dos dirigentes a que publicaran el jueves un artículo en el "Wall Street Journal" en el que se vinculaban la llegada de refugiados con el supuesto aumento de disturbios y delitos sexuales.
En respuesta, ese mismo medio ha reproducido un artículo del ex primer ministro y extitular de Exteriores sueco Carl Bildt, que acusa a Trump de "calumniar" a su país para defender el cierre de las fronteras de EEUU y le invita a visitar Suecia.
"No encontrará el paraíso", pero sí un pequeño país "vibrante e innovador" que afronta el reto de acoger a muchos refugiados de Oriente Medio, como hace décadas hizo, con "éxito", con miles de refugiados de los Balcanes, asegura Bildt.
Además de la página en internet, la campaña sueca se ha extendido a Twitter, donde Exteriores ha colgado una serie de "datos sobre Suecia" que recuerdan, por ejemplo, que el país está considerado como la nación más competitiva según el Foro Económico Global (WEF), la mejor del mundo para los negocios y la más innovadora de Europa. Con respecto a la inmigración, destaca que entre 2010 y 2015 sólo un quinto de los recién llegados ha pedido asilo; el resto llegó por motivos familiares, son ciudadanos de otros estados de la Unión Europea, son suecos que regresan a su país o buscan trabajo.
El ministro sueco de Justicia e Inmigración, Morgan Johansson, arrancó la campaña manifestando que los suecos deberían estar "orgullosos" de haber acogido a unos 143.000 sirios que huían de la guerra desde 2011.
"Ahora hay un debate que parece dejar implícito que deberíamos de alguna forma avergonzarnos de esto. Por supuesto que no deberíamos: deberíamos estar orgullosos. Esta es la mayor operación humanitaria de Suecia desde la II Guerra Mundial", recalca convencido de que el país conseguirá superar el reto de la integración y de la prevención de la delincuencia.