Los cinco municipios del sur del Valle de Aburrá tienen un creciente número de habitantes. Frente a los problemas de contaminación y al desarrollo urbanístico, los entes involucrados se ven en la necesidad de plantear soluciones
La suma de la población de Itagüí y Envigado para 2017 es de cerca de 500.000. Itagüí es el municipio más densamente poblado de Colombia, con 273.944 habitantes según las proyecciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (Dane). Cifras considerables si se tiene en cuenta que es el tercer municipio más pequeño de Colombia, estando el primero también en el Aburrá Sur: Sabaneta. Con 232.854 habitantes, Envigado no se queda atrás.
Pese a que urbanistas como Carlos Henao señalan que en el Sur del Valle de Aburrá los espacios para la expansión de las zonas urbanas están agotados y no hay donde construir, el BIO 2030 Plan Director del Valle de Aburrá calcula, en base a cómo ha crecido la región, que entre 2010 y 2030 la población de Envigado aumentará un 54%, esto implicará un aumento de más de 108.000 personas, superando así a Itagüí que crecerá 58.770 personas en el mismo periodo.
También, en municipios como La Estrella, donde la población rural asciende actualmente a casi la mitad, comunidades han expresado su preocupación frente al crecimiento urbanístico.
“Es importante resaltar que los habitantes no son enemigos del progreso ni de un modelo de desarrollo sostenible que privilegie la construcción de acueductos y alcantarillados para los habitantes actuales, con espacios públicos y zonas verdes dignos para los peatones, para los ciclistas, con respeto por el medio ambiente, con recreación, salud y movilidad adecuada. Pero sí se oponen a aquello que desconoce el sentir de la comunidad”, manifestó Luis Javier Robledo, habitante de la vereda San José de este municipio.
BIO 2030 plantea que para 2030 se consolidará el crecimiento de las cabeceras municipales en todo el territorio metropolitano del Valle de Aburrá: “A medida que aumenta el proceso de metropolización de los pobladores, se amplía su localización en municipios distintos a Medellín, hecho que fragmenta cada vez más el gobierno de la metrópoli y hace más difusa la posibilidad de gobernar el Valle de Aburrá como conjunto. Hacia el año 2030, 38% de la población vivirá por fuera de Medellín. Esta tendencia estructura uno de los retos institucionales más importantes, en la medida en que la menor concentración de la población en la ciudad central requerirá la puesta en marcha de nuevos y modernos mecanismos de gestión”.
Este plan rector apunta que en las próximas décadas “el único camino viable para la construcción de gobernanza metropolitana será el compromiso de los municipios y de sus ciudadanos. La posibilidad de tener una institucionalidad metropolitana fuerte no dependerá de esfuerzos nacionales, sino que estará soportada en un conjunto de soluciones que enfaticen la cooperación formalizada, los acuerdos público-privados y los arreglos institucionales flexibles, que permitan generar nuevas capacidades de gobierno y los recursos apropiados para enfrentar los retos que impone la metropolización”.
Frente a esto, Víctor Piedrahita, subdirector de Planeación del Área Metropolitana, señaló que están trabajando de manera conjunta con las administraciones locales para que el crecimiento sea sostenible e indicó que es de vital importancia el Cinturón Verde Metropolitano, “una estrategia de planificación y de transformación integral de largo plazo para consolidar un territorio ordenado, en la zona de encuentro entre lo urbano y lo rural”.
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Para poder definir el crecimiento, el Área Metropolitana y las administraciones locales se basan en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) de cada municipio, Tres Valles: el territorio de la economía: una estrategia de ordenamiento económico-territorial para los valles de Aburrá, Occidente Cercano y San Nicolás en Antioquia (2012) de la Universidad del Rosario calificó los cinco POT del Aburrá Sur como aceptables, dándoles una calificación de siete en una escala de uno a diez.
Este estudio resalta la articulación de los diferentes municipios utilizando el “corredor multimodal” del río Medellín y el macroproyecto Centralidad Sur que busca establecer un crecimiento urbano sostenible, entendiendo las dinámicas propias de cada localidad.
Medidas en pro del aire
Como respuesta a la contingencia ambiental en el Valle de Aburrá, el 14 de marzo de 2017, debido a los altos índices de contaminación, las entidades involucradas, entre ellas el Área Metropolitana y el Ministerio de Medio Ambiente, anunciaron medidas para reducir las emisiones de carbono.
Eugenio Prieto, director del Área Metropolitana, apuntó que es necesario trabajar en todo el Valle de Aburrá modelos de movilidad sostenible y señaló que están trabajando para aumentar las extensiones de zonas verdes en la región, debido a que hay un déficit de 700.00 árboles.
“Se requiere trabajar en acciones de mediano y largo plazo: la región debe revertir su modelo de ocupación; grandes inversiones en sistemas masivos de movilidad y transporte sostenible, así como en medios no motorizados personales; una ciudad que funcione 24 horas, desplazando los picos de demanda del transporte y un reordenamiento del transporte de carga y mercancías”, concluyó Carlos Fernando Cadavid, director del Centro Nacional de Producción Más Limpia.