Siameses sin legitimidad política

Autor: Alfonso Monsalve Solórzano
19 marzo de 2017 - 10:04 AM

La Justicia Especial para la Paz, Jep, llamada por algunos como Jef, justicia especial para las Farc, fue aprobada en el Congreso

La Justicia Especial para la Paz, Jep, llamada por algunos como Jef, justicia especial para las Farc, fue aprobada en el Congreso, que continúa así, su lamentable contribución a la destrucción del Estado de derecho. Y lo hace, a pesar del inmenso escándalo producido por las revelaciones según las cuales, la corrupción infiltró las campañas 2010 y 2014 que llevaron a Santos a la Presidencia. Y por supuesto, las Farc no podían quedarse atrás en estos hechos, como lo puso de presente la información de que por años Odebrecht había pagado coimas para trabajar en las zonas de influencia de esa organización. Como quien dice, como en las historias de amor, son el uno para el otro, aunque es un amor entre criminales, por el poder a cualquier costo, el dinero mal habido y la destrucción de la patria.

Lo ocurrido pone de manifiesto la ilegitimidad del gobierno y de las Farc. Dos son los componentes de este concepto: la legitimidad de origen y la legitimidad de desempeño. En el caso del gobierno, la primera tiene que ver con la manera como Santos accedió al poder: violentó las reglas de juego de la democracia, introdujo dinero sucio e hizo trampa. El origen de su poder es espurio en ambos mandatos. Y en cuanto a la legitimidad de desempeño, traicionó a sus electores en 2010, iniciando una negociación que iba en contravía con lo que prometió al país, que era terminar a derrotar a las Farc, el Eln y otras fuerzas irregulares, en un momento histórico en el que aquellas estaban vencidas militarmente, los llamados elenos eran una fuerza insignificante y los paramilitares habían sido doblegados y encarcelados. Y gastó ese mandato y lo que lleva del segundo, en hacer aprobar un acuerdo que acaba el estado de derecho que juró defender. Esto, más la corrupción a punta de mermelada y contratos como el que favoreció a la familia de  la exministra Gina Parody, impulsado por ella y su pareja la también ministra Álvarez (a quienes el humor popular ha llamado las impolutas), o el de Sancho Publicidad o el de Ideas para La Paz, Ong de la cual forma parte nada menos y nada más que Sergio Jaramillo, negociador y ahora cabeza de la delegación del régimen en la Comisión de Seguimiento y Control, que cogobierna con las Farc, entidad que había recibido, ya en  febrero del 2016 (por lo que el taxímetro debe haber seguido contando), la bicoca de $11.554’ 251.920, para “asesorías” según #ElDato.

Si hubiese una gota de decencia política en Santos, éste debería renunciar; pero eso, conociéndolo -ya dijo que se acababa de enterar de primer escándalo de Odebrecht, cuando, como algún ingenioso anotó, lo que apenas se está descubriendo, lo acababa de enterrar- lo que hay que hacer es forzarlo a que abandone el cargo, mediante un referendo revocatorio u otro mecanismo de democracia participativa. Y ya.

Y en cuanto a las Farc, que han tenido pretensiones de legitimidad, habría que señalar que en su origen fueron un grupo reducidísimo de guerrilleros provenientes del Partico Comunista y de alguno sector del liberalismo, sin ninguna representación. Y en cuanto a su desempeño, ha sido el narcotráfico, el que en gran medida les ha permitido sobrevivir y convertirse en el primer cartel de ese negocio ilegal en el mundo y la segunda guerrilla más adinerada del plantea, que ha enriquecido a sus jefes -como lo hacen en menor medida sus cómplices venezolanos,  el cartel de los soles y los bolirrevolucionarios y sus familias-, han extorsionado a empresas e individuos, desplazado y emplazado campesinos para mantener el negocio; y que, primero que todo, son criminales de guerra y de lesa humanidad-en trance de ser convertidos en ciudadanos impolutos por la Jep, a pesar der que uno de los jefes dijo que ellos no habían secuestrado niños para enrolarlos y que eran sus padres y no iban a abandonarlos ,¡Qué sentido del humor! cuyo último chiste es que, al ser interrogados por un medio, sobre los dineros recibidos por Odebrecht, respondieron que el hecho de dejar  las armas (un chiste mayor dentro del chiste narrado) no los hacia delatores. Y esos son los que aspiran a gobernarnos. ¿Legitimidad de desempeño? ¿Qué les parece a ustedes?

Para rechazar este contubernio y recatar la democracia de nuestro país, es por lo que tiene sentido la marcha del 1º de abril.

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