Si tu contrario te la hace una vez, malo es; si te la hace 2, malo vos

Autor: Alfonso Monsalve Solórzano
18 marzo de 2018 - 12:07 AM

Hay que hacer presencia efectiva en regiones de la costa y del sur del país, para ganar adeptos y contrarrestar la compra de votos.

Ya está claro que Iván Duque, del Centro Democrático, se perfila como el ganador de la Presidencia de la República; y que, muy lejos, a 1 millón 150 mil votos, se encuentra Gustavo Petro, si se tiene en cuentan sólo los votos obtenidos por cada uno, y no el total de los acumulados en cada consulta. La gente de la izquierda que iba a votar por Petro ya lo hizo, por lo que difícilmente superará, en las presidenciales, el límite de los 2 millones y medio que alcanzó, o, siendo flexibles, los 3 millones 367 mil votos que totalizó la consulta.

En cambio, Duque cuenta con 4 millones 33 mil votos que sumó, más los casi 2 millones que pusieron Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordoñez, provenientes de las corrientes conservadoras. Y aunque gentes de otros partidos diferentes al centro Democrático y a la coalición, hayan sufragado por él, muchos de esos votos son de opinión y es probable que en el desarrollo de la campaña gane más de estos y de ciudadanos provenientes de los otros partidos, incluidos muchos de izquierda que perciben a Petro como la amenaza populista y de odio de clase que es, heredero del chavismo y defensor vergonzante del régimen venezolano.

Por eso es razonable decir que la base de Duque es, como mínimo, los casi 6 millones de votos que logró su coalición el domingo, casi el doble que la de Petro, y aumentando, en la medida en que las propuestas seduzcan al voto de opinión, que debe ser el objetivo central de la campaña; y se produzcan las alianzas centradas en programas, con otros sectores políticos. Y quiero insistir en esto: cualquier alianza, si se da, debe ser sobre el programa y los valores políticos del candidato, legalidad y transparencia, porque de lo contrario, Duque perdería su ventaja, que consiste en ser percibido como un hombre para el que no todo vale para alcanzar la presidencia.

Los otros candidatos no se dejaron contar, pero dentro de los que se mantienen, es casi un hecho que ni De la Calle, por quien no votarán muchos liberales; ni Fajardo, a quien ya están traicionando muchos de los Verdes, comenzando por Ángela Robledo, tienen chance. Y Vargas Lleras piensa que podría alcanzar la presidencia, si una política de alianzas basada en el menú clientelar de los caciques regionales de su propio partido y de los partidos conservador, liberal y de la U, sobre todo en la costa, le funciona. Porque, es triste decirlo, en este sector sí que todo valdrá para llegar a la jefatura del estado.

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Yo diría que Duque tiene la opción de ganar en la primera vuelta si se cumplen las siguientes condiciones:

- Enfoca principalmente su campaña en el voto de opinión, principalmente en los jóvenes, sin descuidar segmentos de la población como las mujeres, representadas en Marta Lucía y en la militancia del CD y las bases conservadoras.

-Se acerca a dirigentes de los partidos Conservador, de la U y Liberal, con propuestas programáticas, incluso si sus directivos toman otras opciones. Igual, con líderes sociales, organizaciones de base e iglesias. Estas últimas podrían jugar un gran papel.

Pero todo este gran esfuerzo se puede frustrar si las prácticas corruptas, incluidas la compra de votos y el fraude, no se eliminan o se reducen a su mínima expresión. En estas elecciones, además de lo político, jugará un gran papel, la organización y el control que se haga sobre el proceso mismo. Para ello:

- Hay que hacer presencia efectiva en regiones de la costa y del sur del país, para ganar adeptos y contrarrestar la compra de votos. Esta última práctica puede torcer el resultado final de las elecciones y hay que neutralizarla, vigilando, documentando y denunciando esas prácticas, para desarticularlas al máximo. Es cierto que esta práctica disminuirá porque los directamente interesados ya no se están jugando su elección, pero Santos raspará la olla de la mermelada y los dineros de la Farc, del otro narcotráfico y del exterior -Venezuela, principalmente- jugarán su papel.

- El acompañamiento internacional de la OEA y la ONU son importantes, pero no debe hacerse sólo el día de las elecciones sino con semanas de anticipación. La persecución de la Fiscalía a estas prácticas ha de garantizarse para que los procedimientos judiciales no se hagan sólo después, sino antes de la votación.

- La vigilancia de los resultados el día de las elecciones es vital. Hay que exigir a la Registraduría y al Consejo Nacional Electoral que informen periódicamente sobre cómo van los procedimientos electorales y las medidas que toman para evitar el fraude, tanto en los puestos de votación como en los mecanismos de transmisión de los datos, para que no ocurra lo que le hicieron al partido Mira. Se debe demandar que haya ciudadanos del candidato Duque como jurados y la presencia de testigos electorales de esta fuerza en todos los puestos de votación.

- El acceso a los medios de comunicación debe ceñirse a los términos de la ley y los ciudadanos deben exigir a esos medios una información equilibrada y no sesgada del proceso electoral y de las propuestas de los candidatos.

- Por último, pero no por ello menos importante, hay que estar listos para enfrentar los montajes, las calumnias y las medidas judiciales destinadas a favorecer a Santos y a sus candidatos y a empapelar, encarcelar y desmoralizar a la oposición, y toda la serie de ardides despreciables para evitar el triunfo de la oposición. Esta debe estar lista para la movilización.

Seguramente que faltan recomendaciones y sugerencias. Lo importante es que evitemos el fraude y la corrupción. Ya el país ha sido testigo de ambos delitos, en su historia reciente. Ya le robaron a la oposición unas elecciones. Y como dice el refrán árabe, si tu contrario te la hace una vez, malo es; si te la hace dos, malo vos.

Nota final: lo de la Farc estaba cantado. 58.000 votos. Eso es lo que son. Así los siente Colombia. Una minoría ridícula a la que Santos llenó de privilegios, entre ellos 10 parlamentarios. Y para eso, casi desbarata el país. Llegó la hora de corregir el rumbo.

Además: Hay que hablar contundentemente

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