Esa realidad lleva a preguntar si tanto Facebook como las demás redes deberían ser objeto de regulación por parte de las autoridades nacionales.
En un mundo gobernado por las redes sociales la privacidad es un asunto del pasado pues quien decide hacer parte de ellas está expuesto a todo tipo de manipulaciones. Las plataformas digitales pasaron de ser una creación de las agencias de gobierno en los Estados Unidos a una urdimbre privada donde se perdieron las normas cívicas tradicionales. Desde un comienzo, se dejaron de lado las reglas, normas y condiciones que garantizaran la seguridad y valores sociales.
La tormenta que sacude a Facebook por la fuga ilegal de los datos personales de 50 millones de usuarios con fines políticos demuestra que nunca se implementaron las salvaguardias para proteger la privacidad de los participantes. Ese manejo irregular pone al descubierto el manejo oscuro y las grietas existentes en las redes sociales desprotegiendo a los usuarios.
Vea también: Zuckerberg pidió perdón y está dispuesto a testificar en el Congreso
Mediante un test de personalidad desarrollado por Cambridge Analítica, se pudieron recoger datos de millones de personas que se parearon con listas de posibles votantes determinando un “perfil electoral” que posteriormente fue utilizado en beneficio de la candidatura Trump. Los miembros de Facebook ceden por contrato su información personal que luego termina como arma política de primer orden y muy preciada.
Cambridge Analítica es una firma londinense de propiedad de la familia Mercer, multimillonarios norteamericanos vinculados a la extrema derecha republicana cuya misión ha sido apelar a los sentimientos nacionalistas que rechazan la inmigración indocumentada y la pérdida de poder de la raza blanca. Esa realidad lleva a preguntar si tanto Facebook como las demás redes deberían ser objeto de regulación por parte de las autoridades nacionales.
A medida que los medios de transporte fueron evolucionando, los gobiernos obligaron al uso de cinturones de seguridad y establecieron límites de velocidad. Igualmente, la ley protege a los cuentahabientes de los abusos cometidos por las entidades financieras y les prohíbe compartir la información personal sin autorización. Cuando un fabricante vende productos procesados, el comprador ahora puede ver los ingredientes utilizados. ¿Y entonces por qué no hacer lo mismo con las plataformas digitales?
Mark Zuckerberg fundador de Facebook se enfrenta a sus críticos e inversionistas prometiendo una revisión a todas las aplicaciones digitales que tienen acceso a la información de sus usuarios. Una frase de cajón que no va a resolver los abusos cometidos. Desde siempre Zuckerberg ha sostenido que la privacidad ha dejado de ser ‘’una norma social’’, una afirmación pronunciada en 2010.
Puede interesarle: Internet hostil
Finalmente, quienes piden borrar a Facebook de sus medios electrónicos como forma de castigo, no es la primera vez que la compañía tiene que lidiar con esta clase de tormentas. Lo cierto es que los usuarios, los políticos y las autoridades parecen tomar nota. Ni qué decir de la preocupación de los inversionistas al ver que la compañía perdió durante la semana una cifra nada despreciable de su valor en bolsa.