Qué vergüenza

Autor: Rafael Bravo
8 octubre de 2017 - 12:07 AM

¿Acaso no se dan cuenta de que las matanzas de este tipo solo se dan en los Estados Unidos?

 

 

 

El país lentamente vuelve a la normalidad luego de la peor masacre en la historia de los Estados Unidos. La forma como el asesino de Las Vegas acabó con la vida de 58 personas no se enmarca dentro del formato que ha caracterizado a otros episodios anteriores. Paddock era un individuo adinerado que frecuentaba los casinos de Las Vegas y adicto al juego, lo que le permitía una serie de privilegios en los hoteles de esa ciudad. Esas prebendas le permitieron alojarse en una lujosa suite con varios días de anticipación instalando cámaras de seguridad que le hacían posible monitorear los movimientos externos, ingresar un sofisticado andamiaje de armas y hasta martillos para romper las ventanas desde el piso 31 del lujoso hotel Mandalay para ejecutar esa horrenda orgia de sangre.

Lo paradójico es que cada vez que ocurren asesinatos masivos la gente exige acciones efectivas a la venta y control de armas, mientras los legisladores en distintos estados terminan haciendo todo lo contrario. Un ejemplo es Ohio donde se eliminó la espera obligatoria de 48 horas para comprar armas o Florida que hizo muy difícil formular cargos a quienes usen armas en defensa propia. Tejas permite que los estudiantes mayores de 21 años lleven armas al campus. En Tennessee es posible tener una pistola cargada en un vehículo así no se porte un permiso. Nevada, el estado donde acaba de ocurrir el trágico hecho aprobó una ley en 2015 que permite matar a quien intente robarle un auto o motocicleta. Y la lista de absurdos no termina.

Una tragedia que las iniciativas restringiendo el derecho constitucional a portar armas hayan perdido apoyo gracias a la influencia de la poderosa Asociación Nacional del Rifle-NRA, la llegada de políticos aliados con la derecha extremista contrarios a la inmigración y la globalización. Suena familiar el mantra ¿‘’America First?’’

La guerra cultural y el nacionalismo a ultranza impulsado desde la Casa Blanca y el congreso en cabeza de un sector del partido republicano, hace casi imposible cualquier le iniciativa que busque “eliminar” los derechos que la Constitución garantiza en su segunda enmienda. En consecuencia, las armas se convierten en un poder que ciega la discusión de fondo a los asuntos de mayor trascendencia para los Estados Unidos. Un símbolo de la identidad norteamericana. No es coincidencia que 4 de cada 10 hogares tengan pistolas o rifles y que ‘’ haya mas tiendas y clubes de armas que restaurantes McDonald’s’’.

Sorprende la insistencia de quienes afirman no encontrar explicación sobre los motivos que llevaron a Paddock a semejante matanza teniendo en cuenta que nunca mostró preferencias políticas, perteneció a ningún grupo terrorista ni puso por escrito sus verdaderas intenciones. El debate más bien debería concentrarse en dilucidar cómo fue posible que un individuo lograra acumular un arsenal propio de un ejército privado comprado en varios estados, que haya usado un mecanismo llamado ‘’bump stock’’ en los rifles para volverlos ametralladoras, asegurándose de causar la mayor cantidad de bajas posible y que  haya tenido acceso a cientos de proveedores de variado calibre. Estas son las incongruencias que deben investigarse.

Le puede interesar: ¿Hasta cuándo?

Los defensores del lobby armamentista afirman que no se debe apresurar la discusión sobre el uso de armas luego de lo ocurrido en Las Vegas. Su deseo es que el dolor y la pena de los allegados pase y la ciudadanía se olvide del asunto y entonces ahí comienza su diabólica misión para que haya armas en sitios donde se vende alcohol, en guarderías donde hay niños, en centros de educación superior y lo único que falta es que lleguen a las iglesias.

Los ataques indiscriminados contra gente inocente han traído más armas y estas se han traducido en más muertos. Un ciclo que el país no termina de sufrir sin señal alguna de que los políticos en el Congreso tomen esta epidemia con seriedad. ¿Acaso no se dan cuenta de que las matanzas de este tipo solo se dan en los Estados Unidos? Qué vergüenza.

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