Tomar las riendas del cargo administrativo de la universidad pública por excelencia del departamento es todo un orgullo para John Jairo Arboleda, quien fue designado el pasado 27 de febrero, por decisión unánime, como rector para los próximos tres años.

Luego de su posesión, que tuvo lugar este lunes en la Seccional Oriente de la Universidad de Antioquia, EL MUNDO dialogó con Arboleda, quien hasta el viernes pasado se desempeñó como decano de la Facultad de Ciencias Agrarias.

¿Qué mensaje quiere enviar al tomar posesión en una región y no en la Ciudadela Universitaria?

Soy un hijo de la regionalización. A veces me han dicho que el padre de ella… Ojalá así fuera, pero no. Lo que yo hice fue aportar un grano de arena del 2003 al 2012 en la Dirección de Regionalización y me tocó llevar a la Universidad de Antioquia a todas las subregiones del departamento con presencia permanente, ampliación de cobertura, oferta académica y más el aporte de recursos para la investigación local. El mensaje es claro, es hacer un reconocimiento a lo que me debo, a lo que soy. Después de 215 años seré el primer rector que se posesiona en regiones para darle la importancia que se merece esta estrategia, que empezó hace 22 años con el logro de llevar la universidad pública por excelencia de Antioquia a todas las subregiones. Así se lo comenté al Gobernador y le gustó la idea de enviar el mensaje de la importancia de las regiones para la Universidad.

¿En qué estado recibe en materia fiscal la administración de la Universidad?

En este momento estamos en empalme con la administración saliente. Uno de los temas prioritarios para nosotros en esta tarea que asumimos es hacer un análisis completo para ver qué vamos a recibir. Tenemos necesidad de recoger toda la documentación para sentarnos a hacer un análisis desde el punto de vista presupuestal. Sabemos que, igual que cualquier universidad pública del país, tenemos un déficit importante y acumulado sobre la base de los problemas fiscales que tiene el país a raíz de los recursos insuficientes para la educación superior y necesitamos saber cuál es ese monto para poder establecer estrategias para enfrentar ese crecimiento en déficit fijo en recursos de la Ley 30 de 1992, que sólo se incrementa con el IPC, pero que comparados con los costos de crecimiento se van quedando cortos y generan un descuadre que atrasa los proyectos.

¿Hacia dónde quisiera usted que se direccionará la investigación en la Universidad? ¿Qué áreas fortalecerá?

Venimos haciendo énfasis importantes, sin frenar el desarrollo de las áreas de la salud y ciencias exactas por su importancia en materia de logros y reconocimientos para la Universidad, en la investigación social con temas muy relevantes y resultados satisfactorios que habrá que seguir mejorando. Queremos también fortalecer el trabajo con redes de cooperación internacional en investigación porque ese es el rumbo que está tomando el mundo al crear grupos de investigaciones internacionales para crecer.

Lea también: El rector de la Universidad de Antioquia

¿Cómo asegurar que los grandes intelectuales de la Universidad se queden a nutrir el estado del arte de la U.de.A?

Ese es un tema muy importante para la Universidad porque sabemos que los salarios de enganche son poco atractivos para personas con los niveles de formación de los profesores, que en nuestra Universidad casi el 60% ya tiene formación doctoral. Los salarios no son muy atractivos, pero por fortuna con el decreto 1279 del Ministerio de Educación se regulan con profesores universitarios y a través de la productividad que tenemos podemos tener pagos que logran competir con el sector privado. Necesitamos encontrar mecanismos de retención para aquellos profesores que se dedican a hacer una formación excelente, con estímulos a ellos y no solamente a sus investigaciones.

¿Cómo está la Universidad en materia de deserción y qué estrategias piensa implementar para reducir este problema?

La deserción universitaria es un problema de orden mundial. Nosotros tenemos niveles muy altos todavía, aunque uno podría decir, para tranquilizarse, que más o menos por ahí se mueve la deserción en el mundo, alrededor del 40, 50% y que nosotros estamos un tanto por debajo del promedio nacional, pero sigue siendo un cáncer que se carcome la educación superior. Hay un esfuerzo enorme para ofrecer cupos y formar profesionales y es una gran frustración que los jóvenes al cabo de 3, 4 semestres abandonan la universidad dejando una silla vacía que difícilmente se puede llenar. Para ello tenemos un programa modelo a nivel nacional que se llama Permanencia con Equidad, donde tratamos de darle un sentido más positivo a la situación y queremos que los estudiantes permanezcan el tiempo justo en sus procesos de formación para que no deserten y logren culminar sus estudios en los tiempos estipulados. Asimismo, el programa de Bienestar Estudiantil, donde trabajamos en brindar almuerzos, acompañamientos psicosociales, apoyos financieros, becas y más al tiempo que se identifican las diferentes problemáticas que retiran a nuestros estudiantes de las aulas.

¿Qué ha pensado para tratar de fondo el problema del microtráfico y el consumo de drogas al interior de la Universidad?

Ese es un tema supremamente delicado. Sabemos que la universidad refleja muchos de los problemas que tiene la sociedad, pero eso no significa que nos vayamos a quedar cruzados de manos diciendo que esa es la sociedad y la universidad que tenemos y que nos toca. Nosotros debemos mostrar que podemos combatir los problemas de ilegalidad. En el tema de microtráfico debemos hacer uso de las herramientas que la Ley nos da y debe ser tratado por las autoridades. En el tema de consumo, que si es un problema de salud pública, nuestros estudiantes son objeto de atención por parte del programa de Bienestar con tratamientos, promoción y prevención. Sabemos que cada vez hay una edad más temprana en el consumo de drogas. Hace muchos años se llegaba a la universidad a probar por primera vez estas sustancias y ahora están llegando es a consumir porque el inició se dio por fuera de la Universidad y pretendemos intervenir y prevenir el incremento de consumidores.

¿Y las ventas dentro de la Ciudadela Universitaria?

Las ventas son un tema que apremian las universidades públicas y privadas. Aquí tenemos una gran herramienta con el programa de Bienestar para que aquellos estudiantes que realmente lo necesitan para cumplir con sus actividades académicas, reciban apoyos económicos y se puedan dedicar a lo que vinieron aquí, que es a formarse. Yo estoy seguro que ningún joven piensa ingresar a la universidad para dedicarse a las ventas y necesitamos saber por qué están vendiendo para poder ayudarlos. Hay otro tipo de venteros, que nada tienen que ver con la Universidad, a los que les tenemos que arrimar a la autoridad porque hay una mezcla de informalidad y ventas ilegales como por ejemplo ventas de películas, libros, música, pues se está hablando de asuntos de propiedad intelectual que están sancionadas por la Ley. Asimismo, también buscar entablar procesos sancionatorios contra aquellos estudiantes que, como explotación, ponen a trabajar en ventas a otros estudiantes.

¿Considera la opción de quitar las rejas de la Universidad y abrirla como espacio público?

Ese es un tema cíclico que se trata dependiendo de las condiciones e intereses. Me gustaría abrir esta Ciudadela Universitaria para el disfrute de Medellín, pero cuando uno revisa en la historia de la ciudad se da cuenta que en los inicios no se tenían mallas y estas se ponen luego a raíz de las condiciones de inseguridad del sector, porque para ese entonces esta era una de las zonas alejadas de Medellín. Las mallas obedecieron a un reclamo por generar seguridad y lastimosamente esa situación aún no cambia mucho. Si hiciéramos eso tendríamos que incrementar por mucho el personal de vigilancia al interior de los edificios y sería muy difícil. Con esto quiero decir que es un tema de permanente discusión y hasta que no se mejoren las condiciones de seguridad no considero que sea el momento para abrirla.

¿Cómo avanza la internacionalización de la Universidad?

En los términos en lo que es posible estamos bien en internacionalización pese a la falta de recursos. Venimos dando pasos gigantes en el tema, aunque lógicamente si nos comparamos con instituciones privadas por supuesto que seguimos en pañales. Se hace un esfuerzo muy grande para que nuestros estudiantes y docentes en medio de sus dificultades económicas puedan acceder a un pasaporte, una visa, un viaje y una permanencia en el exterior y aunque no lo hacemos en los números que quisiéramos, sí trabaja fuerte. Esta Universidad nunca había sido objeto de atención y de destino de estudiantes y docentes del exterior y cada vez más estamos recibiendo gente que quiere formase aquí, lo que nos demuestra cómo ha impactado ese crecimiento.

Lea también: UdeA entregó segunda fase de la Ciudadela Apartadó

¿Cómo califica la relación con otras universidades de la región?

Creo que las relaciones con otras universidades son muy buenas, de cooperación. Tenemos un grupo que se llama el G8 con las ocho universidades más prestigiosas de Antioquia y nos reunimos para compartir problemas, soluciones y generar convenios para generar conocimiento e incluso ayudarnos en gastos. Queremos seguir haciendo parte de esta alianza y fomentar el crecimiento de la educación superior.

¿De qué forma analiza los resultados de las elecciones de Congreso para los intereses de la educación pública? 

Creo que tenemos un cambio importante en nombres y personas en el Congreso. Lo que hay que hacer es lograr alianzas con las demás universidades públicas de la región para centrar en nuestro campo a la bancada antioqueña y que eso nos permita contarles la importancia de una adecuada financiación y generar conciencia. Queremos mantener encuentros con los congresistas para que miren cómo estamos trabajando. También impulsar a otras universidades del país a que hagan lo mismo para que los proyectos de la educación siempre estén con el aval de los congresistas.