Al mediodía (hora local), la participación se situó en el 19,24 %, la cifra más baja de las últimas cuatro citas de este tipo.
La primera vuelta de las legislativas francesas transcurre este domingo con una escasa movilización ciudadana y un gran despliegue de seguridad, que en pleno estado de emergencia vela por que no haya incidentes en unos comicios que configurarán la nueva Asamblea Nacional.
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"Hay más gente en las playas que en los colegios electorales", resumió este domingo la cadena BFM TV, respaldada por las cifras facilitadas por el Ministerio del Interior. Al mediodía (10.00 GMT), la participación se situó en el 19,24 %, la cifra más baja de las últimas cuatro citas de este tipo: en 2012 fue del 21,06 %, y del 22,56 y 19,7 %, respectivamente, en las primeras rondas de 2007 y 2002.
El centro de voto del Ayuntamiento del distrito II de París reflejó ese escaso goteo de electores, con filas de no más de cuatro personas y momentos de ausencia total de gente. "Al haber votado en las presidenciales, los franceses tienen la impresión de que las legislativas son un poco accesorias, lo que no es nada justo", explica el alcalde de ese barrio y presidente interino del colegio electoral, Jacques Boutault.
La cercanía con las elecciones de los pasados 23 de abril y 7 de mayo, que auparon a la Presidencia al socioliberal Emmanuel Macron, y una campaña marcada por sucesos paralelos, como los atentados de Londres o el ataque frustrado en la catedral de Notre Dame, han restado además atención mediática e interés. "Ha habido una falta de debate", lamenta Alexandre, que prefiere no desvelar el contenido de su voto, pero apunta que el balance de estas primeras semanas de mandato "globalmente no es decepcionante".
Michael, parisino de 35 años, y jefe de un gabinete de 'coaching', sí admite en voz alta haber respaldado La República en Marcha (LREM), el partido de Macron, y cree que este último ofrece "una buena imagen de Francia en el extranjero".
Opiniones como la suya hacen prever, según los sondeos, que su formación conseguirá una amplia mayoría, con entre 350 y 427 escaños de los 577 disputados. "Me parece positivo a condición de que esté a la escucha de todos los otros partidos", asegura Michael, que confía en que haya consenso cuando se identifiquen "problemas puntuales".
El resultado definitivo no se conocerá hasta el próximo domingo: en esta primera ronda, salen elegidos los candidatos que obtengan más del 50 % de los sufragios y un número de votos equivalente al menos al 25 % de los electores inscritos. De lo contrario, pasan a la segunda los dos aspirantes que hayan finalizado en cabeza, y aquellos votados por al menos el 12,5 % de los inscritos, lo que podría dar lugar a triangulares el próximo día 18.
La participación, por ello, volverá a ser determinante, pero los propios participantes admiten el poco calado de esta última cita: "Hay cierto cansancio, tras una serie de secuencias electorales, con las primarias y las presidenciales", dijo hoy la presidenta del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen.
Quienes sí acudieron a las urnas vieron sus pertenencias registradas a la entrada de los colegios, dentro del despliegue que mantiene el previsto para las presidenciales y que cuenta con 50.000 policías y gendarmes y con militares de la operación antiterrorista Sentinelle.
"Creo que los servicios secretos hacen su trabajo y yo confío en la seguridad. Estoy tranquilo", concluyó Michael, acostumbrado desde la aplicación del estado de emergencia en noviembre de 2015 a la presencia reforzada de agentes en las calles.