Vivimos en un país donde una incapacidad no se le niega a nadie. Lo de Petro, fue una burla a la justicia colombiana.
El inefable Gustavo Petro tenía que presentarse a dos audiencias de conciliación ante la Corte Suprema de Justicia, vinculadas con los punibles de injuria y calumnia. La primera, se refería a una querella instaurada por la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez, con ocasión de un trino que lanzó Petro en el que se aseveraba que “en la Operación Orión se le ordenó a los soldados de Colombia, disparar contra su propio pueblo que estaba famélico y hambriento en la Comuna 13 de Medellín”. Y la segunda, hacía alusión a una querella presentada por Colombia Justa y Libre, dado que un tuiter de Petro afirmaba que “ese partido le robó una curul a la Colombia Humana”. Pues bien, a ninguna de las dos audiencias asistió Petro y su apoderado adujo que él tenía una incapacidad médica de cuatro días por complicaciones psiquiátricas. Y no se sonrojó siquiera…
Lo que llamó poderosamente la atención y generó una reprimenda en redes sociales, fue que Petro no obstante su problema de salud de índole psiquiátrico, sí asistió a la reunión de la Comisión Primera del Senado en que se ventilaban reparos al Plan Nacional de Desarrollo. Recibió fuerte repelo de Marta Lucía Ramírez y del senador John Milton Rodríguez, los querellantes. Muy merecido ello, porque fue una payasada de Petro, con el patrocinio de un galeno de nombre Felipe Atalaya Echavarría (médico particular y no de EPS), que se prestó para la tramoya. Es evidente que si Petro estaba en condiciones incapacitantes, pues no debió haber asistido ni a lo uno ni a lo otro. Vivimos en un país donde una incapacidad no se le niega a nadie. Lo de Petro fue una burla a la justicia colombiana.
Marta Lucía Ramírez ya anunció que denunciará a Petro por fraude procesal y obstrucción a la justicia por presentar la tal excusa médica a la Corte Suprema de Justicia, mientras asistía a la sesión del Congreso. Enfermo pa allá y aliviado pa cá. Muy bien por la vicepresidenta que no se quedó con los brazos cruzados. Esto de las incapacidades es un asunto de cuidado. La ministra de trabajo, Alicia Arango, dio a conocer que “en solo 2016, las incapacidades sumaron 26 millones de días”. Y agregó que “se está realizando una investigación a varios médicos que, aparentemente, estarían otorgando incapacidades médicas a quienes que no las necesitan. Todo un carrusel de médicos. Estamos estudiando profundamente el tema para hacer una revisión con el Ministerio de Salud y la Fiscalía porque esto es un tema penal”, afirmó la funcionaria durante un Congreso de Acopi. Analistas de esta materia, aseguran que en un año, un empleado se ausenta en promedio por lo menos diez días de su trabajo por incapacidades relacionadas con gripa y dolor de estómago.
El 1º de diciembre de 2017, el periódico El Tiempo denunció que “existen médicos que se prestan para emitir incapacidades falsas en un descarado mercado que, incluso, se publicita por las redes sociales y que exige, fuera de la pertinente investigación de las autoridades judiciales, la descalificación y sanción de tribunales de ética de este gremio, el cual se desdibuja por estos hechos, que terminan costando a todos. A ello debe agregarse que la incapacidad espuria tiene que ser acompañada por una historia clínica que, como es natural, también es falsa, con lo cual se pone en riesgo una de las instituciones más respetadas en el campo de la salud: el acto médico.
Todo con el agravante de que estas acciones se atrincheran indebidamente en el prestigio y el respeto de la autonomía profesional, tan defendida por este gremio”.
En una entrevista dada a Yamid Amat en 2011, en la que Petro afirma a pie juntillas que tiene un doctorado, se comprobó que son falsos los tres títulos de doctorado (PhD.), magíster y especialización, que dice tener. Y en duda quedó el cuarto título, que lo ha presentado él mismo como una Especialización, como PhD., pero que en realidad es un diplomado. Desde hace por lo menos 10 años, Petro reivindica cinco títulos académicos, de los cuales solo ha acreditado dos. Los tres restantes, no existen. El hecho de que en cada uno de ellos haya cursado dos semestres no lo convierte –por taumaturgia–, ni en doctor ni magíster ni especialista. Esa es otra de las mentiras de Gustavo Francisco Petro Urrego, con cédula de ciudadanía No. 208.079 de Cogua. ¿Hasta cuándo Petro?
Gustavo: sos un manejador de Petro-payasadas. Ni más ni menos. Tus mentiras, son de solemnidad. Basta ya…