¿Qué habría sucedido si este escandaloso caso se hubiera presentado en la administración de Juan Manuel Santos?
Resulta cierto y lógico que las gentes peleen, luchen y hagan hasta lo imposible -legal o ilegalmente- para llegar al gobierno, y poder ayudar desde allí a sus amigos y copartidarios, pues siempre ha existido y existirá el perverso tráfico de influencias.
Pero no por ser esto una constante convertida en algo aceptado con resignación y rabia por los ciudadanos, debe aprobarse que todo un expresidente como Álvaro Uribe Vélez, haga ostentación descarada de su poder y dicte órdenes, como cualquier amo, a áulicos suyos ahora parapetados en la alta burocracia.
El hecho referido a ese funesto tráfico de influencias protagonizado hace algunos días por el exmandatario colombiano, a ciencia y conciencia como para que se enterara todo el país de su inmenso poder, además de vergonzoso deja en entredicho la supuesta autonomía de quien ejerce como presidente.
Si alguna duda quedaba de esa dependencia, que daba para que algunos la calificaran bondadosamente de supuesta, quedó absuelta de manera definitiva con esa llamadita a Miryan Martínez Cárdenas, directora de la Agencia de Tierras, a quien Uribe le anticipó que enviaría a dos de sus congresistas, encargados de hacerle entrega de una intriguita para favorecer a unos potenciales votantes del viejo Caldas.
Imagínense ustedes amables lectores, ¿qué habría sucedido si este escandaloso caso se hubiera presentado en la administración de Juan Manuel Santos?, ¿cuál y cómo habría sido la reacción del Centro Democrático con el expresidente Uribe a la cabeza ? Cabezas de otros estarían rodando todavía.
En cambio ahora para justificar tal desafuero, se apela a decir que este gobierno es amigo de todos, palabras de la senadora, María del Rosario Guerra, aunque en ese todos no quepan los millones de colombianos que no tienen la fortuna de estar amparados por el poderoso ex presidente.
“Oye, te hablo desde Riosucio”, pudo haber dicho Uribe a la Directora de la Agencia de Tierras, parodiando un poco el preámbulo de El Preso, el rutilante éxito de Fruko y sus Tesos que hizo furor hace algunos años en el ámbito bailable latinoamericano.
De ahora en adelante los altos funcionarios estatales, comenzando por el primero de ellos, deberán estar prestos a cualquier llamadita que les entre desde el más remoto rincón, pues podría estar anunciándoles la inminente llegada de algunos recaderos con las instrucciones pertinentes dictadas por el amo.
Este hecho que “cruza los límites del tráfico de influencias”, al decir del senador Roy Barreras, de haber sido protagonizado por otro personaje, habría continuado seguramente con una investigación disciplinaria o algo parecido, pero los altos funcionarios encargados de su seguimiento hicieron mutis por el foro y como si no fuera con ellos, guardaron y siguen guardando absoluto silencio, mutismo que también mantiene “el que dijo Uribe”.
Vale preguntar si la rápida restitución de los recursos del Fondo Nacional del Ganado hecho a Fedegán por el actual gobierno, se decidió también después de una llamadita por celular, o por el contrario fue objeto de un tú a tú más formal y distendido, con suculento menú y algunos vinos de fina marca como corolario.
Lo trivial y anecdótico, el caso de una o dos parcelitas de tierra, validan llamar desde Riosucio. Lo demás, lo gordo y trascendente, se define de otra manera en este gobierno amigo de todos, sobre todo de los poderosos. O no, ¿senadora Guerra?
TWITERCITO: La tierra en Riosucio da productos de pan coger y voticos de pan contar.