No sé cuántas columnas en distintos medios he escrito sobre el maltrato infantil y adolescente en sus diversas facetas. También he repetido que es una lucha incesante que he asumido tanto como columnista como en otras actuaciones de mi vida.
El pasado jueves fue el Día Internacional de la Niña...
Colombia: Cada 30 minutos una niña de 0 a 14 años es víctima de violencia sexual, según la Fundación Plan. Este año 35 niñas de 0 a 13 años han sido asesinadas, según Medicina Legal, y 333 de 0 a 14 años han sido víctimas de explotación sexual, expresa la Fiscalía. En el 2017 fueron asesinadas 45 y 433 fueron explotadas sexualmente. (El Tiempo, 11-10-18).
Entre el 2016 y el 2017 murieron por desnutrición 293 niñas menores de cinco años. Además, 15 niñas padecen violencia intrafamiliar cada día, y el 7,4 % de las niñas entre 13 y 14 años son víctimas de explotación laboral, según la fundación mencionada. Dice la Fiscalía que en 2018 el registro de delitos sexuales contra niñas será mayor que el del 2017 (13.429 casos, según Medicina Legal). (Ibidem).
La reciente tragedia de la pequeña Génesis Rúa en Fundación, como la de Yuliana Samboní en Bogotá hace casi dos años y otras ocurridas a miles de niñas, niños y adolescentes en Colombia son repetidos capítulos de una novela te terror que al parecer estamos obligados a leer por siempre.
¿Es que se nos volvió costumbre y estamos atrapados en el ciclo “… olvido - crimen - gritos de venganza - llanto en los sepelios espectáculo - ‘otro angelito en el cielo’ dice el señor cura - propuestas de pena de muerte y cadena perpetua - olvido…”?
No sé cuántas columnas en distintos medios he escrito sobre el maltrato infantil y adolescente en sus diversas facetas. También he repetido que es una lucha incesante que he asumido tanto como columnista como en otras actuaciones de mi vida.
¿Por qué? Porque siempre he sentido una extraña y hermosa conexión con los niños, aun antes de ser padre. Quizá es que me alimento de su alma para intentar mantener la mía lo más limpia posible. Pero, en especial, porque me produce indignación y vergüenza social esta aberración cobarde y dolorosa que, además, deja secuelas terribles para la sociedad. Los estudios científicos son claros:
Dicen Esperanza Cabrera Díaz y Gilberto Astaiza Arias en Secuelas del maltrato infanti”, “Revista PsicologíaCiéntífica.com” (2016): “Evidencias científicas configuran en nuestro contexto [Colombia] al maltrato infantil como un problema de salud pública que amerita la necesidad y urgencia de intervenirlo precozmente enmarcado en una estrategia global de la sociedad, la comunidad y la familia dados los graves efectos en la salud individual y social”.
Y continúan: “Sobre todo, el énfasis en la intervención de la violencia infantil está en el hogar, visto como una expresión de la violencia intrafamiliar, que genera en sus víctimas diferentes efectos tanto físicos y psicológicos y afecta el desarrollo futuro la vida individual y social, efectos que a su vez se convertirán a futuro en la reproducción de esta práctica social negativa. Por esto, desde el Estado deben definirse políticas intersectoriales para la intervención oportuna de este grave problema de salud pública”. [ http://www.psicologiacientifica.com/secuelas-del-maltrato-infantil/ ].
Infortunadamente el maltrato infantil y adolescente en todas sus manifestaciones no es solo un escalofrío de Colombia ni de esta época. Dice la Unicef que en el mundo cada 10 minutos una adolescente muere víctima de violencia de género en medio de desplazamiento urbano o explotación sexual. El siquiatra español Sergio Oliveros Calvo expresa en “Consecuencias del maltrato infantil” (2014):
“Cuando un paciente me describe los malos tratos que sufrió en su infancia ondea frente a mí una bandera sangrienta a modo de jirones del alma de miles de niños que durante miles de años han visto rotas sus vidas por los golpes de los adultos que rodearon su infancia. Niños cuya capacidad de amar y confiar quedó destrozada casi al nacer quedando condenados a alcanzar en su etapa adulta tan solo rudimentos remedos de relaciones sociales y de pareja. Recuérdenlo, el niño maltratado no puede esperar a crecer, necesita nuestra ayuda en ese mismo instante en el que conocemos, o incluso sospechamos, su sufrimiento”.
El doctor Oliveros acompaña su testimonio de un corto pero brutal video realizado por la “Sociedad Irlandesa para la Prevención de la Crueldad hacia los Niños”. Advierto que desgarra e impacta, pero a veces es necesario darnos un fuerte puño en la cara para abrirnos el corazón y apropiarnos de ciertas causas que no dan espera. Acá: [ https://www.youtube.com/watch?time_continue=39&v=wm9_5vv-eqs ].
No, ¡no puedo esperar a ser mayor!