El plan para dotar a la ciudad de 80 kilómetros destinados a la movilidad de los ciclistas avanza de forma lenta. A falta de 18 meses para concluir este gobierno todavía restan por construir más de 60 kilómetros de ciclorrutas.
Treinta meses después de que iniciara la actual administración de Federico Gutiérrez, una de las ideas más ambiciosas para la ciudad sigue en planes, estudios y obras a paso lento.
De los 80 kilómetros de cicloinfraestructura que se anunciaron, menos de 20 se han ejecutado. Según Paula Andrea Palacios, secretaria de Infraestructura Física de Medellín, “la meta para el fin del 2018 será dejar 30 listos y el otro año lograr los otros 50”.
Hasta el momento se han consolidado los corredores de Las Vegas, con 2.5 kilómetros, Patio Bonito con 5 más, en ciclorruta compartida, y se viene trabajando en los proyectos del circuito de Ciudad del Río, con otros 2.000 metros, y en el corredor verde de la quebrada La Picacha, ejecutado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá, que aportará 7 kilómetros más este 2018.
La complejidad radica en lo ambicioso del proyecto, debido a que en los últimos 14 años la ciudad solo construyó 40 kilómetros de ciclorrutas y hoy la meta es añadirle 80 más en menos de año y medio.
Las intervenciones cuentan con un presupuesto de acuerdo a cada paquete, por lo que no es posible aún determinar el costo total de este proyecto, según aclaró Infraestructura. Hasta el momento, se han invertido alrededor de 18.000 millones de pesos para lograr la meta del 2018 de alcanzar 30 kilómetros. Los dineros para los otros 50 dependerán de los estudios y diseños.
Sin embargo, para el concejal Fabio Humberto Rivera, la situación de este proyecto es preocupante. Advirtió que “por ahí hay un programa de televisión que dice ‘nos cogió la noche’, y creo que a la Administración para el tema de ciclorrutas la está cogiendo la noche”. Además, Rivera consideró que no ve posible la realización de los más de 60 kilómetros que restan por hacer a falta de 18 meses de gobierno.
El plan de Infraestructura es apoyarse con otras conexiones de ciclorrutas nuevas como el Paseo Bolívar, que tendrá un kilómetro de extensión, conectando con 1.2 kilómetros de La Playa, y otros trazados que estarán al interior del centro y que se unirán con San Juan.
Para Daniel Carvalho, concejal de Medellín, en la práctica, no han ocurrido pérdidas de tiempo con este tema, debido a que se está manejando un nivel de avance interesante en los diseños de cada trazado.
De la misma forma, el corporado aseguró que los retrasos que se han presentado develan una brecha generacional entre el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), algunas normas y la percepción de varios ingenieros.
“Tenemos un POT y una visión de ciudad del siglo XXI, pero aún tenemos una normativa y algunos ingenieros con mirada del siglo XX, lo que ha hecho que varias de las ciclorrutas padezcan de problemas en los trámites y permisos”, aseveró Carvalho. Asimismo, consideró que Medellín sí podrá contar con los 80 kilómetros en diciembre de 2019.
Palacios, por su parte, argumentó que las demoras se han dado por causa de que planear una ciclorruta en un sistema de movilidad existente, con unas vías saturadas, es un proceso complejo desde la planeación y los estudios requeridos para cumplir la normativa de la seguridad de ciclistas y peatones.
Además, resaltó que los diseños se elaboran a la par que se van entregan nuevos tramos de vías. “Nosotros vamos entregando kilómetros, los sacamos a obra y vamos haciendo diseños de otros porque son paquetes grandes”, acotó.
No obstante, la duda de los diseños es la que presiona los escenarios finales de la obra. Para el concejal Rivera, el hecho de que durante el primer año de gobierno no se hubieran definido los diseños limita todo, debido a que con los planes ya definidos los otros tres años se destinan a ejecutar.
“Hay unos tramos que veo muy difíciles de hacer, como los 28 kilómetros que se harían en la Ochenta, entre Caribe y Aguacatala”, comentó Rivera, quien de la misma forma aseguró que si la Alcaldía no ‘se pone las pilas’ quizá no alcance a lograr ni la mitad de la meta.