La gastadera del gobierno Santos parece que es incontrolable. Veamos este caso: muchos avisos pone en TV dando a conocer que el gobierno “cumplió” en algunos asuntos específicos. En esos avisos aparecen al final las letras Antv, es decir, la Autoridad Nacional de Televisión es quien los diseña, realiza y contrata con los medios su difusión.
Pareciera que Santos estuviera en campaña, pues a estas alturas del partido ya poco o nada nos importa si “cumplió” o no en su mandato. Las encuestas muestran que solo el 20% de los colombianos aprueban su gestión. Eso es lo que en la mente tenemos los ciudadanos, así el mandatario se desborde sacando anuncios para decir que “cumplió”. ¿Para qué? ¿No hay muchísimas otras cosas en qué invertir esos recursos que van a publicidad de un gobierno que ¡por fin! está de salida? ¿Acaso no hay niños sin alimentación escolar, o acaso no hay un hueco enorme en la salud?

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Se sabe que producir un comercial de televisión cuesta mucho dinero y mucho más difundirlo, en especial, en horarios denominados triple A. ¿Qué favores políticos estarán pagando con esos innecesarios gastos? Alguien se tiene que estar beneficiando de la mano rota del gobierno santista. Sugerible, pues, que Santos y sus acólitos se abstengan de dejar más vacías las arcas nacionales… al menos por estos laaaaargos días que faltan.
Es, en consecuencia, irresponsable estar hoy gastando en propaganda diciendo que “cumplió”, cuando bien sabemos el 80% de los colombianos que el gobierno Santos no ha sido bueno. Lo que hizo lo hizo y la imagen que se tendrá en el futuro no la van a cambiar unos inoportunos y muy costosos avisos por televisión.
La gastadera también incluye viajes de último momento para que en Europa le rindan honores. Eso pasó recientemente en sus giras por Alemania, Hungría, España, Bélgica y Francia. Para eso se vendió a Isagén y para eso se pretende vender otro 10% de Ecopetrol y la participación en Movistar. Es decir, hasta el último cartucho económico se piensa gastar antes de entregar el puesto. Qué bueno sería preguntarle a la Fuerza Aérea con cuántas horas de vuelo recibió y con cuántas entrega Santos el Boeing 737 a su servicio, horas que irán adicionadas a las voladas en equipos comerciales.

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Con fundadas buenas razones, en Portafolio (16 mayo 2018) el doctor Miguel Gómez Martínez escribió: “Santos le deja a su sucesor una muy delicada situación fiscal que deberá enfrentar la nueva administración con un esfuerzo de recorte del gasto y una nueva reforma tributaria. De lo contrario, el país entrará en un escenario en el cual peligrará el grado de inversión y todo el plan financiero. El nuevo gobierno recibe una economía debilitada, con bajo crecimiento y un elevado nivel de endeudamiento. El desempleo ha aumentado y la volatilidad del dólar refleja el nerviosismo de los agentes económicos…”. Más adelante apuntó: “Un mejor precio del petróleo –algo en lo que el gobierno no tiene nada que ver–, sin duda, le dará un respiro a las cuentas públicas. Pero no es garantía, pues los determinantes de su comportamiento son impredecibles”.

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Los medios han tratado recientemente sobre la escasez de pilotos comerciales. Ese es un problema que se veía venir y, tal vez, descuido o falta de recursos económicos han llevado a que algunos no hayan tomado las previsiones necesarias.
El pronóstico del fabricante norteamericano de aviones comerciales Boeing, contenido en su 2016 Pilot Outlook, es de que de aquí a 2035 la industria de la aviación necesitará 617.000 nuevos pilotos comerciales; 679.000 técnicos de mantenimiento y 814.000 tripulantes de cabina. En el caso de América Latina, las proyecciones de Boeing hablan de la necesidad de 51.000 nuevos pilotos en los próximos 20 años. Subrayo la palabra “nuevos”.

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En este punto pensaría uno que, por “huelguistas” que sean los pilotos con experiencia que han salido de Avianca, por poner ese caso, la demanda por su profesión es tan elevada que en muchas partes podrían estarlos esperando con los brazos abiertos.

P.S.- Por el contrabando y la producción ilegal de licores Colombia en 2017 dejó de recibir impuestos por 627 millones de dólares. En ese solo renglón están los recursos para no tener que imponer más tributos a los colombianos con una reforma tributaria.