Colombia avanza hacia un cambio significativo si logra consolidar la paz.
Es de esperar que después de la visita del papa y sus insistentes mensajes en favor de la paz y la reconciliación, los colombianos asumamos una actitud alejada de la polarización, la venganza y el odio que han encarnado algunos dirigentes, causando enorme daño. Creo que quienes sigan obsesionados con la división y la mentira, chocarán con esta nueva realidad que Su Santidad logró consolidar en favor de la concordia nacional.
A la par, se abren nuevas opciones hacia una paz integral, según hechos recientes: la desmovilización de las Farc y la creación de su nuevo partido, el cese al fuego bilateral con el Eln que impulsará la discusión de la agenda en trámite, y la propuesta de sometimiento o acogimiento a la Justicia del llamado Clan del Golfo en cabeza de su líder, alias Otoniel. Así que nuevos aires soplan gracias al proceso de paz y a los mensajes dejados por el papa.
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Acerca del cese bilateral del fuego entre el Gobierno Nacional y el Eln, a partir del próximo 1 de octubre y hasta el 12 de enero del 2018, pero que incluye ciertas acciones humanitarias, debo decir que si bien el vocero del gobierno, Juan Camilo Restrepo, ha insistido en que el acuerdo cobija el cese de hostilidades, habría que aclarar si para el Eln las acciones humanitarias caben en ese concepto. Que no se preste luego para interpretaciones acomodadas que lleven a mayor confusión e incredulidad en la iniciativa.
En fin, resulta muy positivo que las partes hayan llegado a este compromiso, máxime cuando el Eln ha sido esquivo a ello, y algunos de sus frentes obran como si fueran apenas miembros de una federación de organismos guerrilleros.
En lo que respecta al proceso de sometimiento o acogimiento a la justicia, términos sobre los cuales abundan las interpretaciones, debe quedar claro, como lo dijo el vicepresidente Oscar Naranjo, que no se trata de un proceso de paz o de una negociación política: el Clan del Golfo no tiene ese estatus, a diferencia de las guerrillas, por lo que su situación debe tramitarse vía justicia ordinaria.
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Resulta necesario, entonces, tramitar un proyecto de ley vía fast track que permita adoptar nuevos instrumentos judiciales para superar las limitaciones del código penal en estos asuntos. Ello, sin desconocer el carácter delincuencial de dicha organización al servicio del narcotráfico, pero haciendo claridad en la necesidad del juzgamiento colectivo y no individual, como lo plantea la norma.
También es preciso que al frente de ese sometimiento o acogimiento a la justicia estén las víctimas, y que todos los bienes tengan como objetivo la reparación. Que se garantice la liquidación de esta empresa criminal; que haya colaboración plena con la justicia y compromiso de no repetición del daño causado, ni de sus acciones delictivas. El país y las autoridades hemos aprendido las lecciones pasadas, y es imposible reeditar errores como los ocurridos con la desmovilización de los paramilitares durante el gobierno de Uribe
La situación del país tiende hacia un cambio muy significativo que logrará grandes avances en materia de consolidación de la paz integral y duradera, que tendrá efectos sobre el próximo debate electoral y que de seguro le restará fuerza a factores que han llevado a la polarización, el odio y la venganza, para reorientarnos por inexplorados rumbos de desarrollo y reconciliación.
Todo indica que el presidente Juan Manuel Santos pasará a la historia como el único que logró enfrentar y finiquitar la totalidad de los componentes del conflicto armado, base de injusticias y aliento de inequidades sociales.