El organismo de la ONU enfocado en infancia encendió las alarmas por el impacto de la guerra entre entre separatistas y gobierno ucraniano en los niños.
Más de 200.000 niños que viven en las zonas de Ucrania oriental sumidas desde hace tres años en un conflicto separatista, requieren ayuda psicosocial urgente para superar el trauma de vivir bajo la constante amenaza de la violencia, denunció hoy Unicef.
Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, uno de cada cuatro niños que residen en las regiones de Donetsk y Lujansk, viven a menos de quince kilómetros de la denominada "línea de contacto", que separa las zonas bajo control del gobierno de Kiev de las que están en manos de los grupos separatistas prorrusos.
Esta entidad aseguró que los menores viven con "miedo crónico" y en la "incertidumbre constante" de que haya bombardeos, ataques diversos o que pisen minas antipersonales u otros explosivos; lo cual logra, según este orgnismo supranacional, que los niños padezcan extrema ansiedad, disfunción del esfínter, pesadillas, y comportamiento agresivo, entre otros.
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Los síntomas descritos se repiten a ambos lados del frente, aunque con especial gravedad en las zonas prorrusas, en las que se calcula que residen 80.000 niños, según señaló en rueda de prensa la representante de Unicef en Ucrania Giovanna Barberis.
“Estos transtornos necesitan de una atención psicológica adecuada y urgente, pero los profesionales disponibles (profesores, psicólogos, pediatras, etc) no cuentan con recursos ni capacidad suficiente”, indicó la delegada.
Por este motivo, Unicef solicitó 31 millones de dólares para atender a las familias afectadas por el conflicto, de los cuales, 5,5 millones se quieren dedicar a la protección de servicios y apoyo psicológico.
"Existe el riesgo de perder a toda una generación de niños si no reciben ayuda urgente", concluyó la representante de Unicef sobre el terreno.