Como es usual al finalizar un año, se suelen plantear intenciones para el nuevo año con el fin de superar muchas de las deficiencias y frustraciones del año que termina.

Ciertamente una de las intenciones necesarias a ser implementada, es la de “llamar las cosas por su nombre”. En otras palabras, al decir de los gringos: “We must turn to basics”. Hay que acabar con los eufemismos como el de que un secuestrado es un retenido y un terrorista encapuchado es un rebelde sin causa. También hay que revisar y analizar el abuso que se hace de algunos eufemismos populistas nefastos como la tal “igualdad de género” y el diabólico “libre desarrollo de la personalidad”. Lo mismo ocurre con la definición de términos como “Víctima” y “líder social” porque es claro que “no son todos los que están, ni están todos los que son”.

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En la situación social con que se termina en la nación, es necesario recordar y tener en cuenta a las siguientes definiciones:

Descontento: “Sentimiento de disgusto e insatisfacción”.

Protesta: “Muestra de desconfianza o descontento”.

Caos: “Desorden o confusión absoluta”.

Entonces es necesario reconocer que ante los organizadores del actual paro y las marchas “fríamente calculadas”, existe también una gran “mayoría silenciosa” que no recurre a las vías de hecho, y no sigue las directrices del mamertismo internacional que sigue aplicando todas las formas de lucha con las intenciones que ya son bien conocidas.

Por ejemplo: El autor de estas notas manifiesta su permanente descontento con el nefasto acuerdo de La Habana, el manejo que se dio al triunfo del “NO” en el plebiscito, la imposición del “fast track” y la instalación del tribunal de la Farc, la JEP, y así: ha manifestado permanentemente su protesta, porque afortunadamente aún se puede, y no participa en marchas, ni se encapucha, ni fabrica y lanza cocteles Molotov, ni recurre a pintar paredes; a propósito: “la pared y la muralla son el papel de la canalla”..

Los organizadores del paro, y las consecuentes marchas, solo buscan el caos y así lo han ratificado con la tomadura de pelo a la que han sometido al gobierno “tibio y timorato”. No es de extrañar la soterrada colaboración de muchos funcionarios incrustados en la administración actual, que no son otra cosa que una quinta columna que dejó el expresidente Santos. También al frente de ese apoyo está la “gavilla mediática” encabezada por la cadena radial mamerta, en donde se destaca un nutrido grupo de modernas pasionarias. Cabe preguntar, por ejemplo. ¿Para que solicita la Farc un sinnúmero de emisoras radiales si disponen de dicha cadena? Además, encabezan la campaña contra el Esmad, única barrera legítima que evita el incendio de las ciudades, y propician el endiosamiento de presuntos mártires de las manifestaciones de la protesta.

Es entonces necesario entrar a revisar muchas situaciones. Se destaca, por ejemplo, el caso de la educación. Simultáneamente con la realización de las manifestaciones de descontento y las marchas que buscan conducir al caos, aparecen los resultados de las pruebas “Pisa” que reflejan lo que todo el mundo sabe: el fracaso en la formación de las nuevas generaciones. Y entonces: ¿En que están entidades como Fecode? “Por sus obras los conoceréis”.

Es claro que el Comité Organizador del paro, que incluye organizaciones sindicales, tiene que responder por los daños que están causando. El caso de Fecode es de doble responsabilidad porque también tienen que responder por la malformación de la juventud. Esto es especialmente grave porque es claro que los jóvenes en su gran mayoría han sido sometidos a un proceso de lavado cerebral, y al decir de “Marañas”, no saben dónde están parados.

También contribuyen a ese panorama desolador de la educación, la actitud de las directivas que siempre se acomodan para que los revoltosos “no pierdan el semestre”, olvidando que el tiempo es un recurso no recuperable. Esta laxitud de las directivas académicas, combinada con la mal entendida “Autonomía”, también contribuye a la baja calidad de la formación de las nuevas promociones.

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Por último, un hecho “positivo”: Las declaraciones del expresidente Santos relacionadas con su eventual complicidad con la corrupción generada por Odebrecht, teniendo en cuenta que es un mentiroso contumaz, constituyen, en realidad, una confesión. Existe la percepción de que tal acción no tendrá la reacción esperada, debido al contubernio, similar al que existe entre la JEP y la Farc. “El que entendió, entendió”.

Al finalizar otro año debo expresar mi agradecimiento a las directivas que me han permitido expresarme por medio de estas líneas, a ellos y a los pacientes lectores que me han honrado con su atención, les deseo:

“UNA MUY FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO NUEVO PLENO DE PROSPERIDAD Y BUENAS REALIZACIONES”