Esos manifestantes, inconformes en su gran mayoría desinformados, han pretendido socavar la institucionalidad provocando toda clase de desmanes y ataques contra las propiedades tanto públicas como privadas
Después del receso del fin de año debido a las conmemoraciones navideñas, que trajeron una aparente calma relacionada con el “tal” paro nacional, los "idiotas útiles" impulsados, motivados y patrocinados por el mamertismo internacional, volvieron a las andadas.
Se les aplica el dicho: “Vaca ladrona no olvida portillo”, porque de nuevo recurrieron a las viejas mañas, entendiendo que Maña es: “Artificio o truco astuto para hacer algo”. Se aplica también la palabra Astucia y también: “Vicio o mala costumbre”.
Para ilustrar el planteamiento, es necesario empezar por el “caballo de batalla” denominado eufemísticamente como “la lucha contra la corrupción”. Los promotores del paro se las ingeniaron para que una organización no grata, ONG, europea, diera a conocer un “estudio” que concluía que Colombia era el número uno mundial en materia de corrupción. La realidad es que, ¡SÍ! hay mucha corrupción en Colombia, pero no es el país “que más” corrupción tiene.
También otra maña vieja que se vio reforzada es la campaña de desprestigio contra el ejército, y aumentaron las campañas de desprestigio contra el general Nicasio Martínez comandante de dicho estamento recientemente retirado, resucitando el tema de las interceptaciones telefónicas. Los primeros en saltar a la palestra presentándose como víctimas, fueron los conocidos senadores Barreras y Cepeda, y, claro, la “gavilla mediática” encabezada por la cadena radial mamerta y el desprestigiado semanario. Comentaría Marañas: Si el general Nicasio se puso a gastar recursos públicos para interceptar las llamadas de personajes como los senadores, ¿pretendía saber lo que todo el mundo sabe? Estaría “gastando pólvora en gallinazos” (equivale a despilfarrar, dilapidar, malgastar o perder el tiempo en algo inútil).
Otra “maña vieja” resucitada al ser esgrimida por los organizadores de las protestas, es la cuestión de los “falsos positivos” combinada con el de los asesinatos de los líderes sociales. En estos casos que se rechazan en su totalidad, es preciso definir claramente ¿Qué es un líder social? Lo mismo se aplica para las víctimas, porque en esta columna se ha sostenido repetidamente que en dichos grupos: “no son todos los que están ni están todos los que son”.
También esos manifestantes, inconformes en su gran mayoría desinformados, han pretendido socavar la institucionalidad provocando toda clase de desmanes y ataques contra las propiedades tanto públicas como privadas y, esgrimiendo una espuria defensa de los derechos humanos, han enfilado sus baterías contra el ESMAD, Escuadrón móvil antidisturbios. En este accionar han transformado en un mártir de la causa, a un joven cuya muerte fue provocada porque aparentemente “estuvo en el lugar equivocado en el momento también equivocado”.
Por razones de disponibilidad de espacio, no se trata profundamente, en este escrito, la vieja maña de sabotear la formación de la juventud interrumpiendo permanentemente el desarrollo de actividades de la Academia, dichas actividades se ven afectadas continuamente con las viejas mañas de las anormalidades académicas y las asambleas estudiantiles indefinidas con la consecuencia de que semestres de tres meses se cursan en un año.
En general la actitud del gobierno nacional se ha considerado como “tibia y timorata” lo que se ha reflejado en las encuestas de opinión con la pérdida de credibilidad y favorabilidad, porque gran parte de la población piensa que fue elegido “para gobernar y no para dialogar”. Existe el temor de que, buscando una indefinida gobernabilidad, se vuelva a la “maña vieja santista” de la “repartición de mermelada”.
Desafortunadamente en los gobiernos locales de algunas de las principales ciudades: Bogotá, Cali y Medellín, se han presentado manifestaciones preocupantes de laxitud o de apoyo solapado respecto a los desmanes de las marchas organizadas por los promotores del paro.
En el departamento de Antioquia y en la ciudad de Medellín, luego de las posesiones de los mandatarios locales, se han presentado algunos nombramientos importantes y cruciales teniendo en cuenta la contingencia de Hidroituango. Nada más, ni nada menos, que los nombramientos de los nuevos gerentes del proyecto hidroeléctrico de Hidroituango y de las EPM. Con estos y muchos otros nombramientos, como los conocidos para las respectivas juntas directivas, ha surgido la inquietud relacionada con los perfiles que deben tener tales funcionarios, porque tales requisitos o perfiles no aparecen claramente definidos. Al mismo tiempo aparecen los denominados profesionales “toderos” o “catapis” (juego infantil que utiliza los tetrápodos, elementos con cuatro patas dispuestas simétricamente) sirven para todo y en cualquier posición “caen parados”.
Es como si ya existieran los doctorados o maestrías en “todería” o que ya se están otorgando títulos “Honoris causa” en “todería”. Lo cierto es que aparecen algunas hojas de vida que permiten creer que se trata de funcionarios que “saben todo de nada”. Esto ha llevado a que, por ejemplo, el Area Metropolitana del Valle de Aburra, Amva, rebaje drásticamente las exigencias académicas (principalmente las ingenierías) requeridas para los cargos de subdirección. Es como si ya no creen en la formación académica necesaria. ¡El que entendió, entendió!
De todas formas, el deseo ferviente es que los nuevos funcionarios acierten en el desempeño de sus funciones.