Un anuncio que no impactó, porque es mayor el desgano que esa guerrilla suscita.
El Eln acude de nuevo a la vieja estrategia de anunciar la vigencia de treguas unilaterales, en este caso con ocasión del período de Semana Santa, mientras en la víspera emprende una ofensiva militar para dar la impresión de que la “generosa oferta” se enmarca en una posición de fuerza, como para no llamarnos a engaño. Se trata de una decisión que en nada favorece sus objetivos porque la ciudadanía, e incluso muchos sectores que simpatizan con la idea de reactivar otro ciclo de diálogos con el Gobierno, no muestran interés en la notificación y por el contrario reprochan la actitud guerrillera.
Tampoco han encontrado eco en vastos sectores de la opinión publica. Es notable la poca difusión que recibió en los medios de comunicación, y el desconocimiento de los sectores que analizan los temas de hace rato que el Eln no sintoniza con la realidad del país: más parece una agrupación que se quedó congelada en el tiempo paz y solución negociada del conflicto armado.
Definitivamente. En las últimas negociaciones que han intentado con distintos gobiernos, no han demostrado que tengan claridad acerca de los objetivos que persiguen.
Por eso no creo en la transcendencia que pueda alcanzar este nuevo anuncio, ya que nada le aporta a la posibilidad de unos diálogos de paz con el actual gobierno. Máxime si éste ha cerrado todas las puertas en ese sentido, en momentos en que en el país crecen las manifestaciones de violencia generalizada y el descontento social, al igual que las acciones de los grupos que se mantienen en contienda, aunque todo parece indicar que el presidente no se da cuenta.
A propósito, las FF. MM. no han sido capaces de detener las acciones terroristas de estos grupos en zonas tan importantes como el Catatumbo, el Chocó en límites con Antioquia, el Bajo Cauca y el puerto de Buenaventura, por citar los más notorios. Por el contrario, muchas de las zonas en donde operaban las Farc se convirtieron en fortín de otros grupos armados, mientras el crecimiento de las disidencias de las Farc se potencia.
Pero volviendo al tema inicial, si el Eln quiere lograr una mejor percepción y apoyo para un posible diálogo tendría, inicialmente, que empezar por liberar a todos los secuestrados, en un gesto humanitario que podría protagonizar esta misma semana. Solo así ambientará positivamente la reactivación de una hipotética mesa de conversaciones.
Claro que todo parece indicar que al gobierno del Duque poco le importan dichos secuestros, ni que amplios territorios se estén llenando de minas antipersonas y se incremente la extorsión y el asesinato de líderes sociales.
Mal hace el Eln al caer en el mismo plan del Gobierno Nacional; más le convendría proponer iniciativas audaces que llamen la atención de la opinión pública nacional y de la comunidad internacional. Pero también soy de la creencia de que al seno del Eln se requiere una fuerte discusión sobre la realidad colombiana y el desgaste total de la lucha armada como opción en Colombia. Sin hacer esta claridad como es debido, no tiene sentido un diálogo con esa organización.
Nota: A pesar de todos los llamados al Gobierno, incluso desde las Naciones Unidas para que agilice la Ley Estatutaria de la JEP, este no solo persiste en las trabas, sino que mantiene el intento de desmontarla, apoyado por su partido el C D. Baste con mirar la pretensión del actual presidente de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, de iniciar una investigación a la presidenta de la JEP y a otro magistrado de ese alto tribunal. Que no se diga ahora que Duque no estaba enterado de este despropósito. Trizas con risas.