Debemos desintoxicar el medio. De lo contrario la profesión con verdadero futuro ya no será la ingeniería sino la demolición.
En las obras de infraestructura los pliegos ganadores de licitaciones suelen tener un valor por debajo de la media; la firma constructora-ejecutora (generalmente consorcio de megaempresas) cuadra caja con adiciones y otrosíes durante la ejecución, el lobby y las coimas se calculan en un PyG oculto. Priorizar diseños de revista en menoscabo de obras seguras, ausencia o deficiente control de las interventorías, ahorro en especificaciones en detrimento de la seguridad de la estructura, dudosos estándares de diseño y construcción, son solo algunos ingredientes de las anomalías en infraestructura. Sucedido el colapso, aparecen los organismos de socorro, las declaraciones de inicio de investigaciones y mientras el tiempo echa tierra sobre los escombros y el país va olvidando los hechos, envuelto en la borrasca de noticias del día a día.
El 15 de enero de este año se desploma un tramo del Puente Chirajara, mueren 10 obreros. Implicadas las ligas mayores: Coviandes, Gisaico, Consorcio Interconcesiones. Pérdida $72.000 millones. Concepto: “falla de diseño en viaducto. La viga transversal no era suficiente para soportar todas las fuerzas que concentraba”. Dictamen: fallas humanas por errores en el diseño de los elementos estructurales. En turno (para colapsar) está el puente Hisgaura, Santander: el 1 de septiembre tras ocho horas de inspecciones en el sitio, funcionarios de Prevención y Atención de Emergencia del Ministerio de Transporte–Invías concluyeron que: “la viga que rigidiza se distensionó” y “aunque se encontraron y se registraron graves anomalías, estas podrán ser mayores al efectuar una revisión más detallada” el puente debe ser rehecho porque amenaza ruina. Y sí, la vía que era plana, se encogió convirtiéndose en un acordeón, el contratista disimuló el problema rellenando los vacíos con pavimento, lo que a su vez tributa mayor carga a los soportes; craso error. Pérdida $100.000 millones. Contratista: Sacyr, española. Interventoría: ETA, santandereana. El cabildeo (desde 2016) le ha servido a Sacyr para que no avancen las investigaciones y las sanciones; al contrario, le fueron asignados otros contratos. Mientras tanto canten conmigo: el puente está quebrado/con qué lo pegaremos/con cáscara de huevo.
Hidroituango: engendro de EPM, la joya de la corona. Costo $11.4 billones, proyecta generar 2.400 MV. Esta mega-obra se viene documentando, estudiando e impulsando hace más de 40 años, ha tenido encarnizados defensores y documentados detractores. Entró en crisis el 28 de abril, con alerta máxima en toda la ribera del río Cauca aguas abajo en 10 municipios. Falla principal: el taponamiento por derrumbe de la galería principal, luego de haber sido sellados dos túneles auxiliares, provocó el desbordamiento del caudal. Cuando la galería se destaponó arrasó 59 viviendas, 2 escuelas y varios puentes en Puerto Valdivia, 544 personas tuvieron que salir corriendo. La Gobernación contrató un estudio con la Universidad Nacional que tipificó ocho errores principales, atribuibles al constructor EPM. Dice el gobernador que por cumplir los tiempos no se actuó con base en el cronograma cuya secuencia establecía otros protocolos. Se inició un rifirrafe entre el alcalde de Medellín y el gobernador de Antioquia con mutuas amenazas de demandas, donde terció a favor de la Alcaldía toda la plana mayor de EPM. Después el Concejo de Medellín aprobó la venta de algunos activos de EPM, para enmendar una mala ejecución con una peor decisión, al poner en juego el patrimonio público. Este capítulo aún no se cierra pues aunque para EPM se han resuelto algunos puntos críticos, la gran incógnita está en el estado de la sala de máquinas que fue el sitio por donde se condujo el caudal durante la emergencia. Se llegó a afirmar que una catástrofe en esta represa, superaría a lo ocurrido en Chernobyl: por el compromiso de las comunidades ribereñas, de la flora y la fauna que se afectarían; por las modificaciones realizadas al caudal del río Cauca de impredecibles consecuencias, por los daños a la ladera y a la estructura rocosa generados por las inmensas excavaciones y por el impacto de las explosiones exigidas por el proyecto. En fin, no parece ser un proyecto amigable sino poderosamente invasivo. Y a veces la naturaleza se da su tiempo, pero retoma su curso.
Sin tratar de satanizar la ingeniería, ni de poner el mismo rasero a todos los profesionales, no basta la modernización per se, es asumir el qué-hacer con responsabilidad. Las herramientas existen, la norma colombiana está homologada con las más exigentes a nivel internacional; pero la ética debe estar por encima de los réditos y de los intereses políticos y personales. Se construye para tener un mejor entorno, para comunicar, para cobijar y proteger. Están en juego vidas, patrimonios, presupuestos públicos y recursos de las comunidades. Debemos desintoxicar el medio. De lo contrario la profesión con verdadero futuro ya no será la ingeniería sino la demolición.