También es preciso hacer memoria sobre el manejo harto dudoso de algunos certámenes electorales que se efectuaron con la participación del expresidente Santos.
Una actitud típica del mamertismo santista que ha invadido a Colombia, es que, ejerciendo la oposición practican el dicho: “Miran la paja en el ojo del vecino y no ven la viga en el ojo propio” manifestado en los relatos bíblicos y existe, además, la referencia de que en El Quijote también se cita.
Esto sucedió a raíz de la “jugadita” que hizo un expresidente del senado, pero la oposición del mamertismo santista, haciéndole el juego al narcoterrorismo, no han reparado nunca en “La gran jugada” que constituye, a la vez, una “gran viga en el ojo propio”, que protagonizo a través de los años el expresidente Santos.
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Esto requiere análisis mucho más profundos porque, habría que retroceder en el tiempo para analizar muchas circunstancias. Una actitud típica del expresidente Santos fue la de denunciar los “falsos positivos” para iniciar, muy soterradamente, una gran persecución contra el ejército nacional. No hay que olvidar que el mismo expresidente Santos incurrió en numerosos “falsos positivos”. Bastaría empezar con el malhadado Premio Nóbel de la paz, para seguir con las conversaciones en La Habana que desembocaron en evidentes “falsos positivos” como el “tal” acuerdo, la fundación de la JEP, el estatuto de la oposición, la presencia de asesinos violadores narcotraficantes en el congreso, la infiltración en las cortes y muchos más etcéteras, como las manipulaciones evidentes de procesos electorales. En días muy recientes el expresidente Santos se la ha pasado manifestando que: “se perdió la guerra contra el narcotráfico”. En esto hay que reconocerle al señor expresidente que tiene razón: ¡Claro! Eso pasó cuando el comandante del Estado que luchaba contra el narcotráfico, “el mesmo” presidente Santos, se pasó al bando contrario, con los acuerdos de La Habana, “¡Ahí fue Troya!”.
Los movimientos mamertos tienen que evaluar también el paso de sus candidatos por la alcaldía de Bogotá que, ciertamente, constituyen numerosos “falsos positivos”.
La gran jugada santista tiene muchos matices y facetas. Por ejemplo: se decía que el expresidente Santos era un avezado, o sea diestro, o ducho, jugador de póker, pero, aparentemente, la comunidad no se había dado cuenta que también lo adornaba dicha característica en el juego de billar. En el juego de billar es bien conocida la jugada en la cual, uno de los contrincantes le deja al rival el posicionamiento de las bolas en forma tal que le impide ejecutar alguna jugada buena. En la administración pública eso fue lo que le dejó el expresidente Santos a su sucesor, puesto que de entrada le dejó, fuera de “la olla raspada”, una colosal burocracia, en donde abundan las consejerías, los altos comisionados y las ineficientes agencias, ocupadas, en gran porcentaje, por elementos santistas, le dejó, además, unas cortes infiltradas por sus seguidores, le dejó un estatuto de oposición y ¿Para qué entrar en detalles relacionados con el “tal” acuerdo de La Habana? Es claro, entonces que al presidente Duque no le dejó ningún espacio de maniobra o de gobernabilidad como dicen ahora, para poder hacer una “buena jugada”.
También es preciso hacer memoria sobre el manejo harto dudoso de algunos certámenes electorales que se efectuaron con la participación del expresidente Santos. Esto despierta una duda muy grande en muchos sectores de la opinión consistente en lo siguiente: ¿No se habría aplicado el dicho de que: “el gobierno vota por la noche” para obtener el gran número de votos que obtuvo el candidato Petro, con el fin también de entorpecer el desarrollo del gobierno futuro de Duque? ¡Queda esta otra inquietud!
Y claro el “intocable” Petro aprovecha estas ventajas para invitar, o mejor incitar, a la subversión invocando una “tal desobediencia civil”, todo con el fin de entorpecer al gobierno nacional que ha tenido que afrontar continuamente todas las limitaciones que le dejó con su “gran jugada” el gobierno de Santos. Para acabar de ajustar, el gobierno actual se ha manifestado como una autoridad “tibia y timorata” con actuaciones incomprensibles como la de vincular en su administración a personajes de tendencia claramente santista.
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Otro campo de actividades que se ha desarrollado dentro de la “gran jugada”, es el relacionado con los denominados líderes sociales. Ante todo, es preciso definir cuales son las características y atributos de tales personajes, porque aparentemente se consideran como líderes sociales únicamente a los que forman parte de los cuadros mamertos y santistas. Los que asumen posiciones de liderazgo en la contraparte, parece que no merecen el calificativo de líder social.
Ciertamente es muy grande la inseguridad que rodea a estos elementos claves de la sociedad, pero aquí debe considerarse siempre que: “no son todos los que están, ni están todos los que son”. Pero el mamertismo santista, aprovechando su infiltración en muchos de los organismos encargados de la administración de justicia, desató también una persecución contra los líderes sociales de la contraparte. Principalmente a quienes podrían disputar el acceso al alto poder. El caso reciente del gobernador de Antioquia con características muy similares a los casos del exministro Arias, el exgobernador Ramos y el excandidato a la presidencia Zuluaga, parecen demostrar esta triste realidad.
¡El que entendió, entendió!