En los 60 años del Sena, Juan Felipe Rendón Ochoa, director regional de esta institución, explica el recorrido y los retos de esta entidad.
El Sena nació el 21 de junio de 1957, fue una de las primeras decisiones de la junta militar luego de la caída de Rojas Pinilla. Se creó para generar tejido social, requerido para avanzar en competitividad y productividad de las industrias. La creación fue liderada por la Iglesia Católica, sindicatos y empresarios.
A Antioquia llegó en 1960 para quedarse. Actualmente, en el departamento hay 16 centros de formación, que atienden los 125 municipios del departamento en todos los sectores de la economía. Entre estos, hay once centros especializados. El presupuesto de este año es de aproximadamente $241.000 millones en Antioquia.
EL MUNDO habló con Juan Felipe Rendón Ochoa, director regional del Sena, sobre el presente y el futuro de esta entidad.
¿A cuánta población está atendiendo en Antioquia?
El año pasado en Antioquia estuvieron en procesos de formación cerca de 75.000 personas en educación superior, es decir, tecnólogos y especializaciones tecnológicas. En formación para el trabajo, que son los técnicos, operarios y auxiliares, estuvieron en proceso de formación cerca de 103.000 personas. El otro tipo de formación es la complementaria y allí cerca de 540.000 personas se formaron. Las cifras de este año van a ser muy similares.
¿Cuál ha sido la evolución del Sena en estos años?
La formación es por lo que más nos conocen, pero a través de los años hemos entrado en otros tres frentes, como la Agencia Pública de Empleo que permite hacer la mediación entre la demanda y la oferta laboral; el emprendimiento para la generación de nuevas empresas; y la innovación, que es una cantera de nuevas ideas para que se transformen negocios o para que nazcan otros.
En el ámbito nacional ¿qué porcentaje de cobertura tiene el Sena?
El Sena está en el 100% del territorio. Todos los municipios de Colombia tienen cobertura del Sena en cualquiera de nuestros cuatro frentes. Así no haya sedes, hay acción.
En Antioquia, por ejemplo, hay sede propia en diez municipios, en alianzas serían 40 municipios, pero tenemos presencia en los 125, porque hay instructores que se desplazan, hacemos recorridos con la Agencia Pública de Empleo por todas las subregiones para hacer mediación entre vacantes y aspirantes.
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¿En Medellín hay una vocación definida como se tenía anteriormente que estaba enfocada en textiles?
Sin duda hay unos sectores que son "jalonadores" de la economía. El comercio cada vez tiene más peso en el PIB y tiene mucha oferta y muchas personas que quieren estar en ese sector. También hay una dinámica fuerte en la manufactura, que implica sectores como la confección, el cuero y procesos industriales. La construcción también jalona mucho.
Sin embargo, si nos comparamos con lo que éramos hace 40 años, no es tan definido situar a Medellín en un solo sector, como en ese momento sí lo era, en el sector textil. Ahora tendemos cada vez más a integrarnos con el mundo y a tener otras posibilidades de ingreso.
Teniendo en cuanta que en el ámbito mundial cada vez hay más educación especializada, ¿cuál es la pertinencia que tiene la educación técnica y tecnológica?
Es cada vez más necesaria. En el último informe de Medellín Cómo Vamos se ve claramente que en las últimas tres mediciones la formación técnica y tecnológica ganó más espacio. Entre el 2014 y 2016 pasamos del 19,2% al 21,9%, es decir, de todas las plazas ocupadas, quienes vienen ganado terreno son los técnicos y los tecnólogos, entonces cada vez tiene más pertinencia.
Incluso, cuando hablas con los empresarios, ellos piden procesos de formación de menos de dos años, porque la dinámica empresarial es veloz y esperar tanto tiempo en un proceso de formación puede desactualizar el contenido.
¿Cómo están enfrentando ese reto de la constante actualización del conocimiento?
Con la generación acelerada de conocimiento y tecnología, los procesos de formación tienen que ser muy rápidos y flexibles para adaptarse. Por eso hemos pasado a un proceso de formación por competencias, con un modelo pedagógico por proyectos. Y así, si en el trimestre uno hacen la práctica en un I-phone 1 pero en el trimestre tres trabajan con el I-phone 6 y así nos vamos adaptando a los cambios vertiginosos del conocimiento.
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La educación superior pública está estrangulada por la desfinanciación y la congelación de sus recursos ¿ustedes también tienen ese problema?
No, nosotros tenemos garantizada la financiación creciendo año tras año, por destinación específica y crecimiento sostenido de mínimo el Índice de Precios al Consumidor. Anteriormente era a través de los parafiscales, con el 2% de la nómina. Cuando dejó de existir nació un impuesto que se llamó el Cree, que el año pasado que dejó de existir. Ahora el 1,4% del porcentaje del impuesto a la renta de las personas jurídicas va destinado al Sena y eso es lo que nos financia.
¿Qué retos tiene el Sena para los próximos años?
Debemos crecer más en infraestructura para atender nuevas demandas y vocaciones. Igualmente, trabajar cada vez más de la mano con las empresas para formar talento humano y comunidad interesada. Finalmente, queremos crecer mucho en las escuelas de destrezas porque hacia allá va al mundo. Tenemos que dar procesos de formación muy cortos para que la persona tenga rápidamente la posibilidad de emplearse y la empresa tenga el talento disponible. O que las personas generen con agilidad su emprendimiento o actividad productiva, porque la generación de empleo no puede cargarse solamente sobre las empresas existentes sino que tenemos que generar nuevas empresas.
En infraestructura, necesitamos por lo menos otros dos tecno-parques en Antioquia. Actualmente, hay uno en Medellín y otro en Oriente, y los dos que necesitamos son para el Norte y Urabá.