La elaboración del PD 2020-2023 de Medellín debería ser una tarea fácil
Cómo explicar que la formulación del Plan de Desarrollo (PD) para Medellín, encargo asignado por el alcalde a las dos universidades públicas más importantes de Colombia, sea hoy materia de preocupación de diferentes sectores que no ven reflejado en el borrador puesto en circulación iniciativas que desde tiempo atrás vienen funcionando o que no contemple aspectos relacionados con el PEM (Plan Educativo Municipal de Medellín) y el Plan Decenal de Educación.
Por lo menos en lo que corresponde con la línea estratégica 2 denominada “La tranformación educativa”, existe una política pública que orienta lo que Medellín debe hacer en los próximos años, independiente de la administración de la ciudad. Me refiero al Plan Decenal de Educación 2016-2026, cuyo contenido es hoy vinculante (no indicativo) en los ejercicios de planeación que realizan los entes territoriales (Ley 1955 del 25 de mayo de 2019). En lo que tiene que ver con Medellín existe el Plan Educativo de Medellín 2016-2027 (Acuerdo del Concejo No. 48 de agosto 8 de 2017), que según reza en el artículo primero: “permitira? [el PEM] direccionar y organizar las poli?ticas y acciones a implementar en el sector educativo y posibilitara? el desarrollo de estrategias para avanzar hacia la visio?n compartida de futuro, que trascienda la voluntad poli?tica de las administraciones pu?blicas y las acciones de corto plazo que no generan impactos, y las transformaciones que necesita la ciudad.”
De igual manera se establece como documento vinculante para la elaboración del PD la propuesta de gobierno del candidado ganador de las elecciones para la Alcaldía, cuyos programas y proyectos deberán estar reflejados en el PD 2020-2023.
Estos tres insumos (Plan Decenal de Educación, Plan Educativo de Medellín y Propuesta de gobierno para la alcaldía formulado por Daniel Quintero), sumado el balance de la gestión del alcalde saliente y la actualización de los diagnósticos de cada uno de los componentes, se constituyen en puntos de partida para la formulación del PD 2020-2023. En el informe de gestión del alcalde saliente (Federico Gutiérrez) aparecen los programas y proyectos que deberán tener continuidad, con sus respectivas líneas de base, lo que permitirá al nuevo equipo administrativo de la ciudad, establecer el compromiso de la gestión de los próximos cuatro años.
Lo anterior no implica que los equipos que formulan el PD no puedan realizar procesos de consultas ciudadanas con el fin de identificar otras prioridades o afinar los programas que desde tiempo atrás se vienen desarrollando. La novedad del PD radica en cómo concretar las iniciativas planteadas por Daniel Quintero como candidato y hoy como alcalde de Medellín. Por ejemplo, lo relacionado con la ampliación de la cobertura en Educación Superior, con la continuidad de la Ciudadela Universitaria de Occidente y la creación de la Univerciudad del Centro, la Ciudadela Pedro Nel Gómez, la Universidad Virtual y la Construcción de la Universidad del Norte; de igual manera en el programa de gobierno se menciona la intención de realizar una transformación educativa que cambie el modelo pedagógico de instituciones públicas y privadas y que permita insertar a Medellín en las lógicas de la Cuarta Revolución Industrial (4RI).
Desde mi punto de vista las dos universidades públicas no entendieron la magnitud del encargo y ha trascendido en los medios las incorformidades del equipo administrativo de la alcaldía por el documento elaborado por los académicos y el juicio crítico de la Directora del Programa Medellín Cómo Vamos que hace llamados a mejorar de manera sustancial el borrador del PD.
Por fortuna como lo he planteado es fácil realizar los correctivos al PD 2020 - 2023, tarea en la que en la actualidad se encuentran distintas organizaciones públicas y privadas y el mismo equipo del Departamento Administrativo de Planeación (DAP). Queda un sabor agridulce relacionada con la participación de las universidades públicas. El mismo Alcalde al entregar el encargo a las dos universidades, en el contexto de la Alianza Inntegra, lo hizo rememorando los dos planes de desarrollo, que según su criterio, han logrado trascender las administraciones de turno de la ciudad, a saber: Medellin Futuro de 1913 y el Plan Piloto Wienert-Sert de 1949.
Por fortuna los tiempos han cambiado y el establecimiento de planes decenales y docenales limitan la “acción transformadora” de las administraciones de turno, imperando la necesidad de dar continuidad a las políticas públicas que se desarrollan en el tiempo y que pueden ser evaluadas en su impacto social. Un ejemplo de estas políticas públicas es el Programa Buen Comienzo que cumple 16 años de implementación y que tuvo como antecedente el Programa la Escuela Busca el Niño. Lo que ha caracterizado la gestión administrativa de Medellín es la continuidad en las políticas públicas en Educación.