Una edición de Cannes marcada por la polémica por la participación en la competición oficial de dos películas producidas por Netflix y concebidas para televisión.
David Lynch y Kyle MacLachlan protagonizaron la alfombra roja del Festival de Cannes y el director estadounidense recibió una cerrada ovación con el público en pie dentro del Teatro Lumière, donde este jueves se proyectaron los dos primeros capítulos de la continuación de la mítica Twin Peaks.
Cuatro días después de ser emitida en las televisiones de medio mundo, Cannes se vistió de gala para acoger un evento poco habitual en el festival y que obligó a retrasar la proyección de la película en competición de la jornada, Good time, de los hermanos Safdie, con Robert Pattison.
El público y los fotógrafos esperaban expectantes la llegada a la alfombra roja de Lynch y MacLachlan, que no han ofrecido en Cannes ninguna rueda de prensa ni han posado en el tradicional "photocall", de ahí que los fans no quisieran perderse la ocasión.
Lynch, vestido de traje y corbata negra, pisó la alfombra, mientras apuraba un cigarrillo al bajar del coche, acompañado de su esposa Emily Stofle, con un vestido en tonos grises.
Mientras, MacLachlan, el agente del FIB Dale Cooper en la serie, con esmoquin azul noche de solapas y pajarita negras, entraba a la alfombra roja junto a su mujer Desiree Gruber, con un traje largo negro y pequeñas flores en gris.
Lea también: Fría acogida a la primera película de Cannes 2017
Director e intérprete recorrieron muy sonrientes y haciendo constantes paradas ante las llamadas de atención de los fotógrafos el tapiz que lleva hasta las escaleras del Teatro Lumière, que acoge las citas más importantes del Festival.
El grupo lo completó la productora ejecutiva de la serie, Sabrina Sutherland y, una vez reunido sobre la alfombra, empezaron a sonar las primeras notas de la banda sonora de Twin Peaks que les acompañó hasta lo alto de las escaleras, donde fueron recibidos por el delegado general del certamen Thierry Frémaux.
Sin embargo, el momento más emotivo se produjo dentro de la sala de proyecciones, donde Frémaux destacó desde el escenario que "el regreso de David Lynch tras la cámara es un evento considerable".
El director entró en la sala con todo el público en pie mientras le dedicaba una cerrada ovación que le acompañó hasta su sitio en el patio de butacas y se prolongó hasta que Lynch, saludando emocionado, tomo asiento para que comenzara la proyección.
Una proyección de Twin Peaks en pantalla grande en una edición de Cannes marcada por la polémica por la participación en la competición oficial de dos películas producidas por Netflix y concebidas para televisión.