Al frente de la Secretaria de Educación de Antioquia está una persona con conocimiento y experiencia
Quedé preocupado y sorprendido al leer la columna titulada Un regalo de Manizales, de Raúl Tamayo Gaviria, publicada el sábado 4 de julio en El Colombiano. Tengo especial sensibilidad por la Educación Pública y en especial con las Instituciones de Educación Superior (IES) del Departamento de Antioquia.
Digo que quedé preocupado por la noticia, dado que al parecer algunas de las Instituciones de Educación Superior de Antioquia tendrán un recorte en las trasferencias que la Gobernación debe realizar por ley a estas IES. Según el Sr. Tamayo este recorte correspondería a un treinta por ciento del presupuesto de estas IES, lo que equivaldría a tres mil quinientos millones de pesos aproximados que dejarían de recibir la IUDigital, el Politécnico Jaime Isaza Cadavid y el Tecnológico de Antioquia. En la información que menciona el Sr. Tamayo no se dice nada sobre el aporte que realiza la Gobernación de Antioquia a la Universidad de Antioquia (UdeA).
Pero también digo que quedé sorprendido al leer que el Sr. Tamayo, columnista de amplia trayectoria y conocimiento de muchos temas, considera que la decisión de la Gobernación de Antioquia, de hacer recortes en las transferencias a las IES públicas, se debe a la presencia en la cartera de Educación, de una persona forastera, es decir, no nacida en Antioquia, y se pregunta el Sr. Tamayo, si acaso el Dr. Aníbal Gaviria no encontró dentro de los hombres nacidos en Antioquia, alguno que representará la casta de personalidades de la Educación que ha tenido el Departamento en su historia. Por ejemplo, el Sr. Tamayo menciona a Nicolás Gaviria, Luis Valencia, Gonzalo Arboleda, Óscar Peña. Infortunadamente el Sr. Tamayo no menciona eminentes antioqueñas como Marta Lucía Villegas Botero (secretaria de Educación de Antioquia y directora General del Icetex) y Beatriz Restrepo Gallego (Rectora de la UdeA y secretaria de Educación de Antioquia), que se destacaron por sus aportes a la educación de la región y de Colombia; o la Dra. Cecilia María Vélez White que fue secretaria de Educación de Bogotá y ministra de Educación Nacional por un período de ocho años y que es actual rectora de una Universidad en Bogotá.
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Me siento obligado a escribir esta columna, por varias razones. La primera es que conozco a la Dra. Alexandra Peláez Botero, no de hoy sino de tiempo atrás, cuando desempeñó el cargo de directora de Fomento a la Calidad Educativa de la Gobernación de Antioquia y luego cuando se desempeñó como secretaria de Educación y como vicealcaldesa de Educación, Cultura, Participación, Recreación y Deporte del Municipio de Medellín. No me equivoco que la formación profesional, experiencia en el sector de la Educación, conocimiento del territorio, sensibilidad y capacidad de concertación, muestran a la Dra. Peláez como una persona con la idoneidad para dirigir una de las carteras más importantes del Departamento de Antioquia.
La segunda razón es que es necesario recordarle al Dr. Tamayo la actual crisis por la que está atravesando el mundo y las consecuencias de la pandemia en la economía que las naciones. El Departamento de Antioquia no es ajeno a esta crisis lo que se muestra en la caida del recaudo del 12% (a corte de mayo) y en la pérdida de empleos cercana a los 120.000. Esta disminución de los ingresos en las rentas del departamento inevitablemente tendrá repercusiones en las diferentes carteras, dentro de las que encuentra la Secretaria de Educación y por supuesto en los aportes que por ley debe realizar el ente territorial a las IES públicas del Departamento. Al respecto en una columna anterior describí el escenario en el que se mueve la Universidad de Antioquia ante la caída de su presupuesto en cerca de un 40% de los recursos que obtenía por su propia gestión.
Al no ser originario de Antioquia, pero con ancestros paisas, me sentí aludido por el Dr. Tamayo en su enfoque regionalista. Durante el tiempo que tengo de residente en Medellín, más de dos décadas y con dos hijos nacidos en Medellín, nunca he recibido trato distinto o me he sentido excluido por no ser antioqueño. Concursé en una convocatoria pública para un cargo de planta en la Universidad de Antioquia, siendo seleccionado entre 16 participantes la mayoría nacidos en Antioquia; tuve la dignidad de dirigir la Facultad de Educación de la UdeA durante dos períodos (6 años), unidad académica cuyo decano fundador fue don Nicolas Gaviria; nunca he experimentado un gesto xenófobo o no amigable por no haber nacido en Antioquia. Soy columnista de este importante periódico, en los últimos cinco años, y durante todo este lapso no he recibido por parte de mis lectores y colegas mensaje alguno que me cuestione por no poder hablar de los asuntos que tienen que ver con los gobiernos, instituciones o personas de Antioquia.
Estaré al tanto de las decisiones que tome la Asamblea de Antioquia para constatar si la Comisión de Presupuesto de la Asamblea de Antioquia prioriza la Educación, antes que otros frentes importantes del departamento, y los recursos que hoy, al parecer pierden las universidades, se compensan con traslados presupuestales provenientes de otras carteras. Invito al Dr. Tamayo para que use sus buenos oficios, ante los actuales diputados, para que las IES públicas de Antioquia no se vean mermadas en sus recursos financieras y puedan desarrollar sus planes de acción que benefician a la sociedad antioqueña.