Falleció un excelente ciudadano, un hombre correcto, íntegro, un líder: Iván Amaya Villegas.
Hace pocas semanas falleció un excelente ciudadano, un hombre correcto, íntegro, un líder, se marchó Iván Amaya Villegas. A él, cuando fue presidente de la junta directiva de Federaltex, lo tuve como jefe; éramos colegas; nos entendimos muy bien; era acertado y prudente. Gustaba de la divergencia argumentada, de la otra opinión. Siempre salían a flote sus amplios conocimientos y su experiencia. Era persona en la que se podía depositar toda la confianza y los consejos que recibí de él fueron el camino correcto a seguir. El sector textil le debe mucho a Iván porque a través de su conducción de Ascoltex, en un ambiente difícil, de poca atención en el gobierno central, luchó por la industria y gracias a sus esfuerzos muchas normas se expidieron siguiendo sus rectas y acertadas recomendaciones, a la vez que muchas otras, que afectaban al sector, logró atajar. Fue gran amigo, sincero y comedido. He lamentado profundamente su partida. Paz en su tumba.
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Hasta hace como mes y medio, de Avianca habían salido 137 pilotos: 84 despedidos después de la huelga y 53 que renunciaron. Eso es un número muy importante porque la compañía opera unos 196 aviones y la capacitación de esa cantidad de pilotos no se hace de la noche a la mañana. Como que están en entrenamiento 255 pilotos, cifra que parece adecuada para llenar el vacío grande que existe. Lo que pasa es que, como en todo curso, no resultan elegibles todos los aspirantes. Pero lo más serio está en que los pilotos que hay trabajando allí no están contentos, y no exclusivamente por asuntos salariales. A un piloto de Avianca le pregunté hace una semana que cuándo se normalizaría la nómina de pilotos, a lo que me respondió: no sabría, pues se siguen retirando.
Desde los días de la huelga he observado que el presidente de la empresa, señor Rincón, no es exactamente pera en dulce y, más bien, su trato hacia el personal dista mucho, por ejemplo, del que daba Fabio Villegas R. cuando ocupó igual posición. Lo que irradia la cabeza se riega por la organización y así el ambiente laboral puede convertirse en un infierno. Un ejemplo: tuve oportunidad de volar en Taca a Lima. -Recordar que es Avianca/Taca)-. Ni comparación entre las tripulaciones de cabina de Avianca con las de Taca que tienen base Perú. Más amables y diligentes las de Taca. En el aeropuerto de Lima hablé con un funcionario de Taca y le pregunté si con la fusión Avianca/Taca ellos en Taca se habían tenido que “ajustar” a los estándares de Avianca y su respuesta fue cortante: ellos son Avianca y nosotros somos Taca. Es decir, en documentos oficiales existe esa unión de las dos aerolíneas, pero el personal de Perú está lejos de sentirse parte del proceso y, menos, parte de Avianca. Son dos polos unidos por unos acuerdos de la alta gerencia pero sus efectos no se ven en toda la base.
Lo que ha venido sucediendo en Avianca iría más allá de un daño en un programa de computador o de unos supuestos reflejos de la huelga de pilotos o de las incapacidades médicas normales. El caso se ve serio y muy profundamente relacionado con la alta gerencia, en su estilo, en su no interacción con la base laboral. Una cosa pregona la empresa y algo muy diferente se palpa al conversar con el personal.
Preocupa que, dentro de ese turbio ambiente, se inicie la alianza con United Airlines y Copa Airlines. Si la existente entre Avianca y Taca cojea en la práctica en las bases, qué tal aliado con otras dos que tienen culturas de servicio diferentes y, ojo, no mejores que las soñadas por Avianca.
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P.S. 1- Las relaciones del gobierno Santos con el gobierno Trump las defino como: usted allá, yo aquí. Había relaciones pero no estrechas, quizá, debido al carácter de Santos (mucho tapa-tape) y a que en los últimos años se encontró con Trump, que no es maleable. El mar de coca colombiana y el narcotráfico son enormes, temas que mucho inquietan al gobierno norteamericano. El Presidente Duque tiene su estilo y parece que sabe cómo mejorar ese entorno.
P.S. 2- Tranquilo expresidente Santos que nosotros tampoco lo olvidaremos. ¿Cómo olvidarlo? Las experiencias negativas calan hondo en la memoria.