El ser humano, tan prodigioso como para poder crear la inteligencia artificial, da golpes de ciego contra su propia inteligencia y da muestras inagotables de estupidez.
Y llegó la cuarta revolución industrial. Sobre los tres hitos anteriores –vapor, electricidad e informática-, llegan la big data, la analítica de datos, el internet de las cosas y su cúspide: la inteligencia artificial. Sistemas soportados en algoritmos increíblemente precisos, computadores de altísima velocidad, avances gigantescos en biotecnología nos hacen enfrentar a un mundo totalmente nuevo. Pero, frente a este torbellino inagotable aparece en el medio el protagonista inevitable: el ser humano.
Frente a la nueva realidad humana pueden sostenerse dos visiones opuestas. La primera es la visión optimista en el sentido de que estamos viviendo el mejor momento de nuestra historia, marcado por aumento en la expectativa de vida, rebaja ostensible de las enfermedades mortales, disminución de los conflictos armados y reducción de carencias básicas.
Pero existe una segunda visión, no tan optimista. El ser humano desbordado por la tecnología, obligado a sacrificar su intimidad, hipercontrolado por el Gran Hermano, bombardeado con información falsa, expuesto y manipulado en las redes, incapaz de distinguir lo verdadero de lo falso, confinado a una moderna caverna platónica.
Y es que el ser humano, tan prodigioso como para poder crear la inteligencia artificial, da golpes de ciego contra su propia inteligencia y da muestras inagotables de estupidez.
La destrucción de su entorno, el negacionismo frente al cambio climático, la elección de gobernantes ineptos son manifestaciones de tal estupidez. Pero hay ejemplos dramáticos y más puntuales.
Nuestro país tuvo hace algunos años iniciativa de solicitar su admisión en el selecto club de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), con la buena intención de adoptar las buenas experiencias y mejores prácticas de los países asociados a dicho ente. Por supuesto para poder hacer parte de la Ocde había y habrá que cumplir requisitos en temas laborales, educativos, tributarios, de buen gobierno y de inclusión entre otros. En fin, luego de un largo proceso, Colombia fue admitida en la Organización y ahora, como pertenecemos a ella, Estados Unidos ha decidido excluirnos de la lista de países en desarrollo, porque si estamos en la Ocde es porque ya estamos desarrollados (!!!). ¿Cuándo se solicitó ser admitidos, se pensó en esta consecuencia? ¿Qué implicación económica tendrá para nuestro país dejar de recibir las ayudas para los países en desarrollo?
Capítulo aparte merece el caso de Aida Merlano. Para no repetir la historia desde su cinematográfica fuga y su detención en Venezuela, sólo resaltemos un detalle: el gobierno colombiano solicita su extradición y dada la situación política interna de ese país y las condiciones actuales de las relaciones entre los dos países, le solicita la extradición al presidente Guaidó: ¡Qué solicitud inútil! ¡Qué canto a la bandera!
Aunque los ejemplos podrían ser muchos, finalizo con uno que parece emblemático: un directivo del fútbol profesional colombiano denuncia que las apuestas están impactando sobre los arbitrajes y los resultados de los partidos. Pues bien, resulta que desde este año, nuestra liga profesional tiene como principal patrocinador a ¡una casa de apuestas!. Tienen ojo para un sucio, qué pésimo mensaje para la transparencia del campeonato.
En fin, con estas, entre otras muchas cosas, es inevitable pensar si nos irá mejor el día en que la inteligencia artificial domine al ser humano y lo libere de su estupidez natural. Bienvenida la Matrix.
INCONSECUENCIA: Primero nos invitan y luego nos exhortan para que lavemos bien nuestras manos con mayor frecuencia y luego EPM pone el grito en el cielo porque aumentó el consumo del agua.
NOTA 1: El anuncio de la petrolera rusa Rosneft de salir de Venezuela, es más grave para Maduro que la recompensa que pusieron los Estados Unidos por entregarlo.
NOTA 2: Extraña sobremanera la falta de información que se ha tenido en general de los países de África y de la India en estos momentos.
NOTA 3: Ante el comportamiento de ciertos mal llamados líderes, no cabría si no aseverar, que no rebuznan simplemente por la configuración del pescuezo.