La protesta contra los líderes de las dos grandes potencias nucleares logró reunir bajo las mismas banderas a activistas, ecologistas, anarquistas o miembros del movimiento Lgtb.
La cumbre que reunirá este lunes en Helsinki a los líderes de Rusia y Estados Unidos ofrece nuevas esperanzas al mundo, pero muchas de las políticas de Vladímir Putin y Donald Trump también despiertan rechazo, como quedó patente este domingo en una multitudinaria protesta en la capital finlandesa.
Casi 2.000 personas marcharon por el centro de Helsinki unidos en su condena a las políticas de inmigración de Trump y su voluntad de construir un muro con México, la homofobia impulsada por el Kremlin, la falta de libertades y el encarcelamiento de activistas en Rusia, entre otras muchas denuncias.
"Hagamos de nuevo grandes a los Derechos Humanos", rezaba el lema de la manifestación, en alusión al eslogan con el que llegó Trump hace un año y medio a la Casa Blanca.
La protesta contra los líderes de las dos grandes potencias nucleares logró reunir bajo las mismas banderas a activistas de Amnistía Internacional, ecologistas, anarquistas, miembros del movimiento Lgtb (lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) e incluso a la comunidad ucraniana residente en Helsinki.
"Que Putin haga todo lo que quiera en su propio país, pero invadir otros países para quitarles territorios no está nada bien", dijo el ucraniano Víctor Ivanov, que marchó junto a su mujer envuelto en una bandera de su país.
La política migratoria de Trump, que desde el pasado abril ha separado a cerca de 3.000 niños indocumentados de sus familias en la frontera con México, fue otro de los temas que más atención suscitó.
Entre una multitud que gritaba "acaben con las deportaciones", la finlandesa Pirjo Tinat denunciaba lo que percibe como una creciente tendencia anti-inmigrante en la mayoría de los países desarrollados.
"No es sólo Estados Unidos, Finlandia también ha estado deportando a Irak y a Afganistán a gente que estaba buscando asilo", afirmó Tinat.
Unos metros más atrás, la finlandesa Katya desfilaba en silencio con un cartel contra el muro que Trump quiere construir en México.
"No se debería separar a las familias, y hace poco leí que, para reunirlas con sus hijos, hacen que los padres (indocumentados) paguen por las pruebas de ADN. Es una locura, no deberían tener que pagar por los errores de otros", denunció.
La joven de 23 años condujo durante dos horas hasta Helsinki también por otro motivo: "los escasos derechos de los Lgtb en ambos países".
"En Rusia es ilegal tener una bandera del orgullo gay, y eso es simplemente demencial", lamentó.
Pese a todo, muchos de los manifestantes admitieron que la primera cumbre en toda regla entre Putin y Trump es una buena noticia para el mundo, independientemente de que haya o no resultados concretos.
Los de la protesta no fueron los únicos mensajes para Trump y Putin: el principal diario finlandés, Helsingin Sanomat, imprimió en decenas de vallas publicitarias el mensaje en inglés y ruso "Señor presidente, bienvenido a la tierra de la libertad de prensa", junto a titulares sobre políticas de ambos líderes que minan ese derecho.