La conocida frase atribuida a un antiguo pensador anónimo, “hay luz en la poterna y guardián en la heredad”, debería cambiarse en estos tiempos que corren, sobre todo para el Departamento de Antioquia, por otra más escueta pero asaz real: Hay Gobernador.
La conocida frase atribuida a un antiguo pensador anónimo, “hay luz en la poterna y guardián en la heredad”, debería cambiarse en estos tiempos que corren, sobre todo para el Departamento de Antioquia, por otra más escueta pero asaz real: Hay Gobernador.
Sobre todo, después de que la diciente frase la rebajara a su mínima expresión el ahora destituido procurador general de la Nación, Alejandro Ordoñez, cuando con absoluto cinismo se atrevió a esgrimirla como bandera durante su segunda y viciada posesión, a sabiendas de que la volvería añicos durante una reprochable gestión.
Se trae el cuento y a cuento esta vez, a raíz de la victoria contundente alcanzada por el departamento, por su gobernante, sus senadores y representantes, en el crucial diferendo – que no enfrentamiento – entre Chocó y Antioquia por el corregimiento de Belén de Bajirá, raponazo que en el Congreso estuvo a punto de consumarse por la negligencia del anterior gobierno comandado por Sergio Fajardo.
Como si la cosa y las más de cien mil hectáreas en litigio no fueran con ellos ni con Antioquia, en el pasado gobierno seccional se dejó a la buena de Dios la suerte del tradicional territorio, dedicados como estaban sus orientadores a levantar parques educativos sobre los cuales cimentar una candidatura continuista.
Por eso en medio de tanta indolencia, algunos audaces aprovecharon para avanzar en su empeño de escindir al departamento, objetivo que casi logran con la complicidad de un manirroto Gobierno Nacional que pretendió ganar indulgencias con padrenuestros ajenos para levantar un movimiento de protesta.
La administración seccional anterior parecía estar de acuerdo con el erróneo concepto dado por unos burócratas y tecnócratas que en Bogotá desconocieron de un plumazo todos los antecedentes, aglomerados en más de 17 actos administrativos dictados desde 1576, que ratificaban a Belén de Bajirá como parte integral de este departamento. Por lo menos así lo demostraba con su negligencia y omisión, ratificadas en más de una ocasión con su ausencia en las distintas audiencias convocadas en desarrollo del proceso con el que se quiso desmembrar a Antioquia, algo secundario para ellos en medio de su afán por conseguir la continuidad del régimen a base de inauguraciones, muchas de ellas efectuadas en franca violación a las normas electorales del momento.
Menos mal que Belén de Bajirá sí tuvo doliente en la administración de Luis Pérez Gutiérrez, quien en defensa de la soberanía de Antioquia modificó el estado de aletargamiento jurídico en que la dejó sumida Sergio Fajardo, y enarboló, como debía ser, la bandera y la defensa de su integridad territorial, hasta este año a la deriva por la incuria y negligencia de su antecesor.
El zarpazo que se pretendía dar por parte del Chocó y del Gobierno Nacional contra los intereses antioqueños pudo evitarse finalmente, gracias a la decidida y vertical defensa asumida por el gobernador Pérez Gutierrez, secundado por senadores y representantes, contagiados hasta entonces por la desidia del gobernante anterior.
Hasta el Instituto Geográfico “Agustín Codazzi”, en su arrevesado concepto contra Antioquia y a favor del Chocó, reconoció varias veces que en el período 2011-2015 la presencia de los voceros antioqueños en las distintas audiencias convocadas para definir el asunto limítrofe “fue nula”.
De ahí el título de la columna: Hay Gobernador y Belén de Bajirá sigue siendo de Antioquia.
Twitercito: Por incuria de un mandatario, casi se pasa de la inexistente, Antioquia más educada, a la Antioquia más mutilada.