La utilidad de un modelo pedagógico es el de proporcionar un referente ético y conceptual desde el que se definen las orientaciones, la finalidad, las concepciones, los valores y las metas educativas.
Se ha dado a conocer un documento resumen sobre el Plan Educativo de Medellín 2016-2027 (PEM) que da cuenta de los diferentes programas e iniciativas que las próximas tres administraciones, incluida la actual, realizaran para consolidar una visión de futuro que se resume en: “hacia una educación integral, humana y sostenible para las apuestas de desarrollo de la ciudad de Medellín.”
Me llamó la atención que el PEM definiera como línea estratégica 3 la construcción de un modelo pedagógico de ciudad; a pesar de que la iniciativa tiene algunos programas que se presentan para su desarrollo, se reconoce en el PEM que la meta al final es la “elaboración del documento de los lineamientos del modelo pedagógico de ciudad, como elemento de política pública”, que tiene como actor principal a la Asociación para el Fomento Educativo Familiar de Medellín; en la tabla de mapeo de actores del PEM se dice que “Para las familias se deberá adoptar y gestionar un modelo pedagógico, didáctico y formativo en consonancia con las definiciones de ciudad y que cuente con el apoyo de las instituciones especializadas en estos diseños”.
Sin conocer más detalles de esta línea estratégica del PEM y sobre la trayectoria de la Asociación para el Fomento Educativo Familiar de Medellín, se me ocurre que la iniciativa de construir un modelo pedagógico de ciudad es una excelente oportunidad para lograr articular las diferentes instituciones públicas y privadas de carácter formal, no formal e informal que desarrollan sus objetivos misionales en el contexto de la cultura, la educación y la divulgación en Medellín. Por todos es conocido el potencial educador que tiene la ciudad de Medellín en el campo de sus parques educativos, museos, centros interactivos, bibliotecas públicas, unidades de vida articulada (UVA), entre otros, los cuales ofrecen infinidad de programas y actividades educativas y culturales dirigidas a diversidad de públicos: niños, niñas, adolescentes, adultos, adultos mayores, personas en situación de discapacidad, minorías, población vulnerable, entre otras.
Un modelo pedagógico de ciudad tendría la virtud de dar orientaciones sobre las finalidades de la educación con las que se deben comprometer estas instituciones y sobre las características que deberían tener los programas y actividades educativas que se proponen para las diferentes audiencias que acuden a estos centros; la utilidad de un modelo pedagógico es el de proporcionar un referente ético y conceptual desde el que se definen las orientaciones educativas, la finalidad de la educación, las concepciones de la educación, los valores educativos y las metas educativas.
Infortunadamente la gran mayoría de instituciones a las que se alude en esta columna no cuentan con un modelo pedagógico y por supuesto no existe una iniciativa de ciudad que de orientaciones a estas instituciones para la construcción de un referente de esta naturaleza. Hace algunos años en asocio entre la Facultad de Educación de la UdeA y el Museo de Antioquia se logró construir un modelo pedagógico para este museo, lo que permitió redimensionar la naturaleza formadora y educadora del Museo de Antioquia más allá de su dimensión patrimonial. Este ejercicio permitió dotar a la Institución Museística con instrumentos conceptuales que le permitieron orientar su accionar alrededor de los públicos que la visitan. Infortunadamente la salida de Lucía González Duque de la Dirección del Museo de Antioquia no permitió poner en escena las bondades del modelo pedagógico diseñado.
Una agenda centrada en lo pedagógico para Medellín