Por lo menos 12.000 ciudadanos, según la Policía, protestaron en Atenas contra la ley escoba que se empezó a debatir este miércoles en el Parlamento.
Siete años después de la firma del primer rescate Grecia está a punto de aprobar el cuarto memorando. Esa es la visión que tienen los sindicatos y la oposición del nuevo paquete de medidas de austeridad que se votará este jueves en el Parlamento y contra las que este miércoles se celebró la primera huelga general del año.
Miles de ciudadanos -unos 12.000 según la Policía- salieron por enésima vez a la calle en Atenas para protestar contra la ley escoba que se empezó a debatir este miércoles en el Parlamento y que engloba todas las medidas pendientes para obtener un nuevo tramo de la ayuda financiera de alrededor de 7.000 millones de euros.
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La Ley, que el martes fue aprobada en comisión parlamentaria, incluye además medidas de recorte de pensiones a partir de 2019 y aumentos de impuestos a partir de 2020 por un total de 4.900 millones de euros anuales.
Los sindicatos lo ven como un nuevo memorando -el cuarto desde 2010- que a diferencia de los tres anteriores no contempla ninguna contrapartida económica.
El ambiente que se palpaba este miércoles en el centro de Atenas era doblemente gris: un cielo encapotado enmarcaba el sentimiento de desesperanza que se leía de los rostros de los manifestantes.
"No nos queda esperanza alguna. Ningún político puede ofrecerla. Lo que hace falta es un líder que ame a la patria, diga basta ya y exija la quita de toda la parte de la deuda que es ilícita".
Son palabras de Melina Kotsaki, azafata retirada de 73 años que cuando se jubiló cobraba una pensión de 2.200 euros, de los que en estos momentos solo le quedan 750 euros y que con el nuevo tijeretazo que entrará en vigor en 2019 cobrará hasta un 18 % menos.
Tampoco Kostas Kekas, camillero recién jubilado con 700 euros, cree que haya actualmente un político capaz de mejorar la situación en Grecia, a pesar de que las encuestas dan diez puntos de ventaja a los conservadores frente a la gubernamental Syriza.
"Lo único que tendría sentido es un Gobierno que luche porque Grecia salga de los memorandos y que no piense sólo en sus intereses partidistas sino, sobre todo, vele por el bien del pueblo", dice Kekas.
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La jornada de huelga, que en algunos sectores como el naval, los médicos, los abogados o el transporte público es de 48 o hasta de 72 horas, transcurrió como suele ser habitual en Grecia, con un seguimiento muy desigual, imperceptible en el comercio, pero con muchos trastornos en los servicios.
El tráfico ferroviario se detuvo por completo y en el transporte urbano, los autobuses y tranvías pararon durante todo el turno de noche.
Mientras tanto, el metro funciona solamente desde las nueve de la mañana (06.00 GMT) hasta las cuatro de la tarde (13.00 GMT).
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