Las fugas en Colombia se repiten cada una con su cierto artificio y diferente tono, ¿Quién se fugará mañana y cómo? ¿Quién con su música a otra parte?
Colombia en fuga.
Se fuga la exsenadora Merlano, qué digo, la “polémica empresaria” electoral. Y no es la única empresaria electoral ni la única fuga.
Se fuga la exsenadora Merlano facilito. Colombia país de fugas mayores y menores. Se fugan facilito, se deslizan desde edificios, se deslizan silenciosos entre las trochas de las fronteras, por encima de los mares, bajo las narices y frente a los ojos y con los sellos de las oficinas de migración de los aeropuertos muy orondos bien pueda pase doctor, siga doctora -qué pena-, tales cuales o impostados. O permanecen en otros países cuando aquí los reclaman para lo que sea en una suerte de fuga sin comienzo como tal o mejor con comienzo y pasaporte por si acaso.
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Fugados según el Código Penal. También fugados según el Diccionario de la RAE porque no somos bobos ni tenemos que ser grandes juristas para saber que igual huyen o salen del país o se esconden para evadir la justicia pronta o tardía o posible: “Fuga / Del lat. fuga. / 1. f. Acción de fugarse…”. “fugar /… / 2. prnl. Escaparse, huir”.
Concierto musical, concierto para delinquir, con cierto olor a podrido... Es que hasta las bellas fugas musicales de compositores como el gran Bach se definen parecido a las fugas vergonzosas de Colombia también en el Diccionario de la RAE: “fuga /… 3. f. Mús. Composición que consiste en la repetición de un tema y su contrapunto, con cierto artificio y por diferentes tonos”. Las fugas en Colombia se repiten cada una con su cierto artificio y diferente tono, ¿Quién se fugará mañana y cómo? ¿Quién con su música a otra parte?
Qué vergüenza. Colombia de circulares rojas. ¿Nos subirá la contribución estatutaria la Interpol?
Colombia país de fugas…
Se fuga Santrich para escapar de la justicia por tramposo y narco y funda la “nueva Marquetalia”; se fuga la Merlano para escapar de la cárcel por tramposa y delincuente quizás para fundar la “nueva Casa Blanca” de compra de votos con su clan del voto. Se fugan Romaña, el Paisa e Iván Márquez o, mejor, permanecen en su fuga que empezó desde que empezaron engañar a Colombia.
Se fugan, se burlan. Se fuga la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado. Se fuga la exdirectora del IDU Liliana Pardo. “Viajan” al exterior las exministras Gina Parody y Cecilia Álvarez. Se fuga el coronel (r) Hernán Orozco condenado por la masacre de Mapiripán. Se fuga el exministro, excongresista y exembajador Carlos Arturo Marulanda. Se fuga el excomisionado de paz Luis Caros Restrepo. Pone pies en polvorosa el exmagistrado José Leonidas Bustos empapelado y encartelado con su manchada toga en su maleta o en su conciencia si la tiene porque para fugarse basta con temer ser capturado que por algo será en muchos casos aunque puede que en otros no porque en Colombia estamos.
Todos unos “ilustres” y “polémicos” fugados. Y cómo olvidar la más famosa fuga, la más “ilustre”, la más bochornosa casi obscena, la más anunciada, telegrafiada y previsible: la de Pablo Escobar “fugado” de su cárcel por casa, guarida o catedral, “ábrete sésamo”.
Y aunque a veces es la viveza, por lo general la ubicua corrupción siempre está ahí como instrumento de las fugas.
Los fugados. Unos autorregresados, otros regresados a la fuerza y muchos hasta el sol de hoy, hasta la oscuridad de hoy, de ayer, de mañana y de toda la semana y de la historia.
Pero no solo se fugan los sospechosos, los investigados, los salpicados, los sindicados, los testigos, los citados, los condenados y los malandros y los quizás. ¡Oh paradoja!: En Colombia también se fugan los cerebros desde hace mucho, hablo de los cerebros fugados, de esos colombianos pilos que podrían hacer mucho por este país descerebrado pero que no encuentran acá condiciones para prepararse más ni para retribuir su inteligencia ni conocimientos ni para ser retribuidos como debe ser y sí en otros países donde sí los valoran que por eso son países desarrollados.
Es que aquí no solo se le fugan al Estado y a su justicia. También miles se le tienen que fugar a los paraestados y a sus parajusticias, a las águilas negras y a todas las aves de mal agüero y rapaces aves de largo y de corto vuelo y a las aves de paso y de permanencia histórica desde que Bolívar se fugó por una ventana en la conspiración septembrina.
Se fugan de los grupos armados ilegales de izquierda, de derecha, de sin lado, de bolsillo codicioso y criminal. Se fugan para que no los secuestren, para que no los maten, para vivir medio dignamente y en paz aunque sea pasando penurias y soledades de familiares y con nostalgias de montañas, de atardeceres, de olores a cocina y a bosques de la tierra. Se fugan, se vuelan, se asilan, emigran. Los fugan, los desplazan, los echan, los persiguen, ¡Uchy!, aquí no, váyanse que vienen por usted, no nos quite más tiempo, lo tenemos vigilado, sabemos dónde estudian sus hijos, orden de captura, desorden de capturas.
Se les fugan a los mafiosos otros mafiosos, a los paracos otros paracos, a los residuales otros residuales, a los “bacrimos” otros “bacrimos”, a los compinches sus compinches. Se fugan los unos y se fugan los otros.
Colombia país productor de prófugos, de asilados, de desplazados, de extranjeros.
Con tantas fugas también se nos fuga la esperanza.