¿Observaremos impasibles cómo se tragan nuestras riquezas naturales? ¿Estaremos a la altura de los movimientos sociales que han detenido el fracking?
En otros comentarios ha sido vehemente mi oposición al método de fracturación hidráulica (fracking) por sus nefastas consecuencias sobre los recursos naturales, concretamente sobre las reservas de agua, que la naturaleza ha depositado en el subsuelo para usufructo de la humanidad.
Pero mediante decreto, el Gobierno Nacional autorizó el uso de esta técnica en proyectos piloto, concretamente en el Magdalena Medio. Según el periódico Portafolio, en su edición del 4 de marzo pasado, cada iniciativa tendrá que contar con licencia ambiental y se ejecutará solo con fines investigativos y de naturaleza científica.
Desde hace un tiempo muchas organizaciones ambientalistas, movimientos sociales y países han rechazado esta práctica; sugieren enfatizar en las energías renovables e incentivar la investigación, la ciencia y la tecnología, para hacer la transición necesaria que asegure el cuidado del medio ambiente, mientras se protege el mayor de los recursos: el agua. Entidades de renombre mundial han impulsado una campaña para que se suspenda el fracking hasta que haya suficiente conciencia de que su uso no genera afectación de ningún tipo.
Advierten, además, que esta técnica genera impactos ambientales y sociales, que incluyen la contaminación y pérdida de recursos hídricos, emisión de gases efecto invernadero, pérdida de la biodiversidad e incremento de la sismicidad, entre otros. Solicitan, finalmente, que se prohíba esta práctica y se adopten medidas protectoras para la salud pública y/o el ambiente.
Así que se contraponen la propuesta del Gobierno Nacional que primero quiere hacer la investigación con casos piloto, pero de todas maneras utilizando el fracking, y la de quienes sostenemos que la experimentación científica se puede hacer sin necesidad de acudir a los “planes piloto”, que asimilo a una bien orquestada distracción.
Ahora bien, en lugar de tomar medidas de fondo, el Consejo de Estado entregó a unos comités -cuyos miembros ven con buenos ojos esta técnica- la posibilidad de aprobar los resultados de los planes piloto. Pero desde ya algunos empresarios y gerentes de multinacionales hacen planes alegres para la utilización permanente del fracking, conscientes de que tendrá luz verde por parte del Gobierno Nacional y de algunas instituciones gremiales y académicas.
Pienso que estamos ante un creciente desarrollo de ese capitalismo salvaje que creíamos en vía de extinción, y al que se suman, por ejemplo, la ley de financiamiento, las propuestas de reforma pensional y laboral, el otorgamiento generoso de licencias ambientales que atentan contra grandes reservas forestales… Demostración de que estamos en el Gobierno de los grandes empresarios y multinacionales, obsesionados con la acumulación de riqueza. Me pregunto: ¿seguiremos observando impasibles cómo se tragan nuestras riquezas naturales? ¿estaremos a la altura de los movimientos sociales y democráticos que han logrado detener este monstruo del capitalismo?
Nota: En campaña electoral el presidente, Iván Duque. Sostuvo que un posible gobierno de él no se utilizaría la técnica del Fracking, pero el cambio de postura se sabe que es parte de la compensación a los que financiaron su campaña.
*@JaimeFajardoLan