Medellín tiene un deber moral con la Alma Mater
La UdeA es una Institución de Educación Superior (IES) que ha logrado, gracias a su proceso de descentralización académico administrativo, gestionar la consecución de recursos para conformar su presupuesto anual. En el presupuesto aprobado por el CSU de la UdeA para la vigencia del año 2020, la suma de los ingresos provenientes de los gobiernos Nacional y Departamental representan cerca del 41%, mientras la gestión de recursos que realiza la Institución alcanza el 42%.
El CSU deberá revisar el presupuesto aprobado para la vigencia 2020, atendiendo a que la UdeA no podrá cumplir con la expectativa de reunir cerca de medio billón de pesos para completar su presupuesto, lo que además tendrá como consecuencia que la administración central y las decanaturas revisen las iniciativas en docencia, investigación y proyección social que proyectaron para los próximos años.
El vicerrector administrativo, profesor Ramón Javier Mesa, dio a conocer a los profesores de la Alma Mater los lineamientos de un posible plan de ajuste en el gasto, dirigido a aminorar el impacto de los recursos que la IES no podrá recabar durante lo que queda del presente año y el siguiente. Dentro de las medidas anunciadas estarían el aplazamiento de las nuevas plazas docentes, tantos las de profesores de planta como la nueva versión de contratación de profesores de cátedra; un recorte en los gastos generales cercano al 30%; una baja en el gasto de viáticos y viajes para el personal directivo cercano al 80%; un recorte en la contratación de personal que apoya labores administrativo; un aplazamiento en la inversión física. Sin duda alguna estos recortes tendrán un impacto importante en las finanzas, pero no resuelven el problema de fondo relacionado con la implementación del Plan de Acción de la UdeA, propuesto para el período de vigencia del actual rector.
Es una verdadera tragedia que la Universidad de Antioquia tenga que reconfigurar los alcances de su Plan de Acción, su contribución a la sociedad, en temas como la investigación, la proyección social y la cobertura educativa. Por otra parte, el impacto de los efectos de la pandemia en la población estudiantil es preocupante; aunque no se conocen cifras oficiales, los pronósticos relacionados con la deserción estudiantil son dramáticos. Muchas familias se verán afectadas, por perdida en sus ingresos, al no poder dar continuidad a los estudios de sus hijos en la UdeA.
Desde hace muchos años se viene creando conciencia en los diferentes concejales y alcaldes que ha tenido Medellín para que promuevan un vinculo más orgánico con la Alma Mater, aprobando el aporte de recursos financieros que hagan base presupuestal en la Institución, reconociendo una deuda histórica de Medellín con la Universidad de Antioquia.
Para nadie es desconocido que los resultados de la gestión de la UdeA tienen como directo beneficiario a la ciudad; cerca del 60% de los estudiantes que estudian en la Institución viven en la ciudad; los indicadores en ciencia, tecnología e innovación que genera el Alma Mater los capitaliza Medellin; y gran parte de los beneficios en desarrollo social, educativo, emprendimiento y salud los aporta la UdeA a la ciudad. Con seguridad el freno de la UdeA, en sus posibilidades de gestionar su Plan de Acción y en mantener su cobertura en pregrado y posgrado, tendrá repercusiones en la ciudad. Es el momento de que el Concejo y el Alcalde de Medellín asuman un compromiso moral con su Universidad y den su respaldo a la iniciativa de incluir a la UdeA en el presupuesto de gastos de la ciudad.
Nota: La decisión de la Fiscalia General de la Nación en contra del Dr. Aníbal Gaviria ha logrado unir a la sociedad antioqueña, la academia, los gremios y las diferentes vertientes políticas, con pronunciamientos a favor de la gestión del gobernante, la persona y en solidaridad con su familia. Como lo expresa la dirección de este periódico: “que los pasos siguientes en esta causa sean dados con celeridad, máximo apego a la ley, así como respeto a los antioqueños y su mandatario”.