A nivel nacional, el panorama de las obras públicas, aparte de su falta de financiación, también sigue mostrando protuberantes fallas en la calidad
…Se sabe como será el almuerzo, reza un conocido adagio popular, y es muy aplicable a la situación que se presenta, cuando está próximo a cumplirse el plazo, de los primeros cien días napoleónicos, que se les da, inicialmente, a las nuevas administraciones.
Lo primero que debe reconocerse, es que también se aplica aquella frase bíblica de que “en el principio era el caos”, porque esta era la realidad que dejó el gobierno saliente. También es necesario aceptar que no es fácil extirpar el “mamertismo” y a los “enmermelados” infiltrados en todos los estamentos del Estado, situación propiciada también por el gobierno “santista”.
Respecto a la expresión “mamerto” que se ha popularizado tanto en el País, es preciso aclarar que su definición arranca, muy simplistamente, de que se refiere al partido comunista y su origen se le achaca a la combinación del nombre de un antiguo destacado dirigente comunista, con la expresión “mamón” que tiene dos significados: Uno el individuo cansón y otro el que cambia de principios. En fin, los historiadores lo definirán, pero lo que es cierto es que el “mamerto” tiene muchos matices que van desde el comunista recalcitrante afín a “todas las formas de lucha” (M-19, Epl, Eln, Farc), hasta el “hijo de papi” revolucionario de cafetería, pasando por los que se autodenominan y califican como intelectuales. Y “están ahí”, es decir que parte del problema que encontró el nuevo gobierno, es la gran infiltración de estos personajes en todos los niveles de la administración pública, con los que no le será fácil lidiar.
También se encontró una gran proliferación burocrática plagada de altas consejerías y agencias precisamente para acomodar a tanto mamerto que algunos llaman ahora “santistas”.
Asimismo, se encontró con un altísimo déficit presupuestal y una gran deuda, y empiezan los problemas para tratar de superar estas dificultades económicas.
Desgraciadamente, en forma aparente, se ha ido por la más fácil, y se fue por la que llama eufemísticamente Ley de ajuste financiero o cosa parecida.
Se corre el peligro de tratar de eliminar el “chocolate del loro” buscando austeridad, y no mirando bien donde está la “calentura” que, claramente, no está “en las “sabanas”. Por ejemplo: hay que revisar los “compromisos” financieros que demanda el nefasto acuerdo de La Habana, heredado también del gobierno anterior. Como caso ilustrativo, está el de las tales emisoras FM. ¿Para qué esas emisoras si la Farc tiene a la Cadena Radial Mamerta a su servicio? “El que entendió, entendió”.
A todo lo anterior, debe considerarse que “resucitan”, muy calculadamente, algunos movimientos estudiantiles buscando más financiación para la educación superior. En materia de la Universidad Pública lo primero que debe hacerse es controlar el despilfarro que se hace en su administración y manejo, porque si no se hace, se seguirá teniendo un verdadero tonel sin fondo.
A nivel nacional, el panorama de las obras públicas, aparte de su falta de financiación, también sigue mostrando protuberantes fallas en la calidad, con causas que van desde la rampante corrupción, hasta la falta de idoneidad profesional de muchos de los involucrados.
A nivel regional, surge, de inmediato, la “contingencia de Hidroituango, lo que ha ocasionado un cisma en el seno de las directivas del proyecto: La Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín. Pasó lo que no debió pasar, y entonces se entra en una verdadera parafernalia de búsqueda de responsables que al final terminará como en Fuenteovejuna. Se ha cuestionado mucho la participación del Socio-Contratista, las EPM, dualidad por lo menos inconveniente, y se han traído a colación muchas de sus cuestionables ejecutorias recientes. Pero, en el fondo, lo que debe ser analizado profundamente es la actuación del verdadero dueño, en representación de la comunidad, de las EPM, como los son el señor Alcalde y el Honorable Concejo de la ciudad a través de los últimos años.
Finalmente, a nivel regional, es preciso llamar la atención sobre el derrame, verdadero “tsunami”, de la valorización en el oriente cercano, el municipio de Rionegro, decretado por la actual administración. Aparentemente con la asesoría de algún exfuncionario de la planeación (¿Cuál?) de la ciudad de Medellín, se olvidaron que si el período de gestación de la mujer toma 9 meses, “no puede ponerse a 9 mujeres a que den a luz en un mes” y pretenden resolver la evidente falta de planeación del Valle de San Nicolás, “de un tajo”, ignorando que es preciso definir prioridades y ejecutar un desarrollo paulatino y ordenado sin expropiar a los vecinos.
Con estos pocos hechos se demuestra que si bien el “desayuno” ha sido amargo, el almuerzo será peor. “Amanecerá y veremos”.