Estamos ante la posibilidad de volver a recorrer el péndulo de la evolución educativa, mirada a la luz de la experiencia histórica y de las posibilidades tecnológicas que hoy tenemos a mano
La actual coyuntura pandémica nos ha obligado a realizar sobre el camino y sobre la marcha, ajustes, cambios e improvisaciones en varios de los asuntos que hacen parte del día a día de los humanos, entre los cuales, cabe, por ejemplo, el tema de la educación. Hoy se habla con alguna ligereza de que hemos virtualizado la educación, cuando nos referimos a emplear la tecnología disponible para aproximarnos de manera remota a los estudiantes, estableciendo comunicación vía teletrabajo, tele charlas o teleconferencias, simplemente simulando que se dictan las clases, pero de manera remota.
Sólo las instituciones que a la fecha ofrecen programas virtuales apoyados por plataformas LMS (Learning Management System) pueden hablar de una verdadera Educación Virtual. Estos sistemas de gestión del aprendizaje se implementan a partir de la posibilidad de crear “aulas virtuales” donde se produce la interacción entre tutores y alumnos.
Sin embargo, una cosa es la coyuntura y otra cosa lo que se viene: que la virtualidad llegó para quedarse, que la transformación digital es un imperativo y que la educación presencial debe revaluarse y replantearse, son hipótesis todas válidas, donde lo importante es precisar cuál metodología es la más apropiada pedagógicamente hablando, para cumplir con la finalidad última de la educación que es la formación, la instrucción y la apertura mental de los nuevos ciudadanos, en medio de entornos cambiantes y de relatos completamente agotados, garantizando la potenciación de humanos de bien.
Personalmente considero que estamos ante la posibilidad de volver a recorrer el péndulo de la evolución educativa, mirada a la luz de la experiencia histórica y de las posibilidades tecnológicas que hoy tenemos a mano.
No es caer en la simpleza de replicar lo que hacemos presencialmente, respaldados en la tecnología. ¡Ni más faltaba!
Es entender el gran papel que en su momento cumplieron los mentores y/o los tutores, la posterior necesidad de masificar la instrucción y las posibilidades de llegar de nuevo a una educación personalizada, gracias a los avances tecnológicos disponibles como el Big Data, la Inteligencia Artificial, la Movilidad y el Blockchain.
Personalmente me la juego, en un futuro no muy lejano, por una educación personalizada de manera virtual, lo cual implica un replanteamiento total del ejercicio educativo, respaldado en paradigmas como contenidos, métodos y evaluaciones, entre otros varios, que deben ser actualizados.
Recordemos que la palabra MENTOR se origina en la Odisea, cuando Méntor fungía como educador y consejero de Telémaco, el hijo de Odiseo. Grandes mentores y tutores de la historia son más conocidos por el éxito de sus alumnos, su producto final, que por ellos mismos. Rescatemos entonces a Sócrates como tutor de Platón y a Platón como tutor de Aristóteles. Alejandro Magno tuvo como tutores a Aristóteles quien le abrió la mente a otras culturas, Lisímaco quien lo aproximó a la literatura y a las letras y Leónidas en la formación de su carácter y en el arte de la guerra. Fue tutor de Julio César, Marco Antonio Gnifón. De Leonardo, Andrea Verrocchio. De Miguel Angel, Francesco Da Urbino y los hermanos Ghirlandaio. De Galileo Galilei, Ostilio Ricci.
En la España del Siglo XVI se destacó Juan Huarte de San Juan quien precisó los fundamentos que conforman el concepto de la Acción Tutorial, entendido como tarea orientadora que atiende las características diferenciales del alumno. Mayor elaboración al respecto se encuentra en las ideas pedagógicas de ilustres personajes como Comenios (1592-1670), San Juan Bautista de La Salle (1651-1719), Rousseau (1712-1778), Pestalozzi (1746-1827), Monjón (1846- 1923), Dewey (1859-1952), Montessori (1870-1952), Decroly (1871-1932), Vogotsky (1896-1934) y Piaget (1896-1980).
Quisiera recordar los grandes maestros tutores que tuvo Bolívar: Simón Rodríguez, Andrés Bello, Alexander Von Humboldt y Guillermo Pelegrón, cuyas ideas formaron al Libertador y cuyas propuestas están aún por desarrollar.
Como cada época trae su afán, hoy habría que hablar de diferentes tipos de tutorías: la tutoría individual, la tutoría de grupo, la tutoría técnica y la tutoría de la diversidad.
En esto es importante abrir la mente y dejar que los expertos se pronuncien. El tema educativo se ha convertido en un tema multidisciplinar, donde considero yo, la coordinación de esfuerzos debe estar en cabeza de los pedagogos y no de otros especialistas, por importantes que sean.
NOTA: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.