La industria automotriz acaba de registrar su mejor año en mucho tiempo,
La industria automotriz acaba de registrar su mejor año en mucho tiempo, con la alemana Volkswagen primera en ventas en el ámbito global y una producción de 10,3 millones de unidades. Muy pocos le habrían apostado a VW luego del escándalo en la que se vio envuelta con sus motores diesel, siendo objeto de cuantiosas multas por la entidades ambientales en los Estados Unidos y obligada a indemnizar a miles de compradores. Toyota y General Motors ocuparon el segundo y tercer lugar respectivamente aunque la diferencia en términos de unidades no fue significativa. En su más de un siglo de existencia, GM superó los 10 millones de vehículos gracias al mercado chino donde es líder indiscutible, registrando además unos resultados sorprendentes con una utilidad operativa para el 2016 de 12.600 millones de dólares.
Más allá de las jugosas ganancias y de un renacimiento de la industria, el hecho de gran impacto es el papel del sindicato automotriz, United Auto Workers la poderosa agremiación encargada de negociar los contratos laborales con las Big 3 (GM, Ford y Chrysler) en los Estados Unidos y Canadá. Los fabricantes extranjeros no cuentan con organizaciones laborales y ello les permite una mayor flexibilidad ofreciendo empleos temporales que les ahorra en promedio 250 dólares por vehículo que al multiplicarse se traduce en una ventaja considerable en el estado de pérdidas y ganancias.
La UAW ha tenido que acomodarse a los procesos de globalización aceptando el ingreso de trabajadores con salarios y beneficios menores para aquellos oficios que no están atados a las líneas de ensamble, que no demandan experiencia o cuyas labores son principalmente repetitivas. Esa diferenciación salarial denominada Nivel 2, ha hecho posible para los fabricantes domésticos compensar en parte los costos y ser más competitivos.
Por otro lado, la UAW en una movida muy inteligente logró incorporar a los contratos laborales con las Tres Grandes una clausula relativa a la distribución de utilidades. Un hito histórico amarrar las ganancias al desempeño de la fuerza laboral, en lugar de buscar aumentos en el pago por hora trabajada. Serán cerca de 150.000 trabajadores que recibirán en promedio 8.600 dólares de bonificación por una sola vez. Para el caso de General Motors un record de 52.000 empleados recibirá su bono por distribución de utilidades. La gigante Ford estima en 56.000 los favorecidos, mientras en Chrysler los beneficiarios ascienden a 40.000.
Estas bonificaciones “son un premio a nuestros asociados por su compromiso y dedicación fabricando algunos de los vehículos más populares y de alta calidad” según la vocera de al UAW. Los analistas del sector esperan una reducción en el número de unidades producidas para el 2017 y aún es muy prematuro saber cómo el gobierno Trump procederá con los vehículos fabricados en territorio mexicano.
Tienen razón quienes argumentan las condiciones desfavorables que deben enfrentar los trabajadores en ese país, donde no existe ningún tipo de contrato laboral o bonificación por utilidades corporativas. Por otro lado, pocos días después del anuncio sobre posibles aranceles, Ford decidió cancelar su proyecto de planta de ensamble en San Luis Potosí para la fabricación de modelos pequeños por un monto equivalente a los 1.600 millones de dólares.